Los jugadores de Quilmes se hicieron presentes en el club desde las nueve de la mañana del lunes para encarar los trabajos de la semana, pero sin respuestas de los directivos desistieron una vez más de realizar la práctica.
En ESPN 107.9 FM, el tesorero de la institución, Carlos Alonso, había asegurado que para el jueves o viernes de la semana pasada el dinero estaría. No fue el caso.
La crisis en el Cervecero continúa y la situación se agravó en 2016. A los futbolistas se les adeudan dos, cuatro y hasta cinco meses de sueldo y, deportivamente, el equipo de Alfredo Grelak no está bien tampoco.
“Estamos dando muchas ventajas deportivas y globales. Nunca me pasó algo así”, dijo el marcador central, “No sé lo que viene. Esperamos algún llamado o acercamiento de los responsables del club para ver los pasos a seguir del grupo; para saber cómo encaminar todo, pero no sabemos nada de nada”.
Al jugador no sólo le deben casi un semestre, sino que está al borde de quedarse sin contrato: “Mi vínculo con el club termina en este torneo. No sé qué será de mí. Esperaré a que termine el campeonato y veré qué surge para seguir jugando. Estoy pensando en jugar, nada más”.