Tras la derrota 0-2 ante Talleres, varios de los jugadores del Fortín fueron agredidos: “Tuve un golpe al vidrio y a la chapa del auto. Blas Cáceres la pasó peor porque iba su familia y su hija”.
“Uno entiende la disconformidad de la gente. Nos hacemos cargo del momento”, dijo el delantero por ESPN 107.9 FM, “igualmente no comparto la agresión”.
Ante el mal momento por el que pasa la institución de Liniers, el presidente Raúl Gámez deslizó la posibilidad de una renuncia: “Nosotros queremos que termine su mandato. Queremos centrarnos en lo futbolístico y en sacar esto adelante, porque si desvías el foco no terminas haciendo bien nada”.