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El Parque Olímpico de Múnich, entre la alegría de la Euro y los rastros del horror

La alegría de la Eurocopa 2024 junto al horror de los Juegos Olímpicos de 1972. https://www.arquitecturaydiseno.es

MÚNICH (Enviado especial) – Muchos arrancaron la rutina y algunos privilegiados tienen la suerte de disfrutar un lunes de sol al aire libre en el Parque Olímpico de Múnich, donde conviven la naturaleza y la alegría de ser sede de la Euro 2024 con el recuerdo y los rastros del horror.

Ya pasó más de medio siglo y la masacre perpetrada en los Juegos Olímpicos de 1972 sigue presente como un trauma imposible de superar. Y en estos casos, el recuerdo es un aliado indispensable con el objetivo principal de que la historia no vuelva a repetirse.

A 700 metros del Fan Zone de la Eurocopa se encuentra el memorial que le rinde homenaje a las víctimas del atentado cometido por el comando conocido como “Septiembre Negro” contra la delegación de Israel. Mientras algunos pasan caminando o en bicicleta, otros se detienen a ver las cuatro pantallas, en las que se exhibe un video que relata cronológicamente aquellas dramáticas horas desde diversas perspectivas.

Los Juegos se tiñeron de terror y muerte

El 5 de septiembre de 1972, a las 4:42 de la madrugada, ocho terroristas palestinos ingresaron por sorpresa en la Villa Olímpica ubicada en Connollystrasse 31, mataron a dos israelíes en el acto y tomaron como rehenes a otros nueve. La exigencia era que se liberen a 234 prisioneros de cárceles israelíes y a dos fundadores de la Facción Ejército Rojo en Alemania.

La intención de Múnich 1972 era cambiar la imagen que habían dejado los Juegos de Berlín 1936, que habían sido utilizados como forma de propaganda del régimen nazi de Adolf Hitler. Es por ello que se atenuaron los dispositivos de seguridad y se relajaron los controles, más allá de que el Gobierno alemán había recibido advertencias de posibles ataques.

El jefe de la Policía de Múnich, el ministro de Interior alemán y el intendente de la Villa Olímpica se pusieron al frente de las negociaciones. La prensa local relataba minuto a minuto lo que sucedía desde las habitaciones de los atletas alemanes y la información sobre el operativo de rescate llegaba a oídos de los propios terroristas. Mientras tanto, la mañana de acción deportiva comenzó normalmente. Recién a la tarde, después de varias protestas, se decidió la suspensión indefinida de los Juegos.

Los plazos se iban extendiendo y la tensión del secuestro iba en aumento. El nuevo pedido fue abandonar Alemania en un avión rumbo a Egipto. Aunque en un primer momento se anunció que los rehenes habían sido rescatados con vida, lo cierto es que en la base aérea de Fürstenfeldbruck, ya en la madrugada del 6 de septiembre, fracasó el intento de reducir a los terroristas en el avión, por parte de policías disfrazados de tripulantes, y se dio el fatal desenlace que culminó con un total de 11 miembros de la delegación israelí y un policía alemán asesinados. Por su parte, cinco terroristas fallecieron en el feroz tiroteo y los tres que lograron escapar, luego fueron detenidos.

Frente al ingreso principal del Estadio Olímpico de Berlín hay un monumento, escrito en hebreo, con el nombre de las víctimas: David Berger (pesista), Yossef Gutfreund (árbitro de lucha libre), Moshe (Muni) Weinberg (entrenador de lucha libre), Eliezer Halfin, Mark Slavin (luchadores), Ze’ev Friedman (pesista), Yossef Romano (luchador), Anton Fliegerbauer (policía alemán), Kehat Schor (entrenador de tiro), Andrei Spitzer (entrenador de esgrima), Amitzur Shapira (entrenador de atletismo) y Yakov Springer (juez de pesas).

El fútbol se adueñó de la escena

En el Parque Olímpico de Múnich hay una presencia omnipresente: la Torre Olympiaturm, con sus 190 m de altura, que permanece temporalmente cerrada desde el 1° de junio hasta 2026. Y dentro de las 85 hectáreas que forman parte de este fenomenal espacio verde se encuentra el Fan Zone de la Euro 2024, en el que junto a una de sus entradas hay una gigantografía publicitaria de Toni Kroos.

A casi 24 horas de la primera semifinal, no se ven camisetas de España ni de Francia, quien dirimirán al primer finalista en el Allianz Arena. La cancha de fútbol sintético la ocupan niñas que, más allá de haber ganado o perdido, se llevan un premio al término de un torneo amistoso. Otros niños juegan junto a sus familias en las diversas propuestas de los sponsors.

Frente al lago, en el Paseo de las Estrellas se inmortaliza la presencia de Metallica, Bon Jovi, Liza Minelli, Placido Domingo y Elton John, entre otros. Mientras tanto, un hombre le da de comer a los patos y una mujer se tira en una lona junto a sus hijos. Varios aprovechan las colinas para trotar. Los anillos olímpicos y las letras que conforman “Munich ❤️ Europe” invitan a la postal. Dentro de las múltiples propuestas, también se puede patinar sobre hielo en el Olympia-Eisportzentrum y nadar en la Olympia-Schwimmhalle, jugar al tenis en una de las 14 canchas de polvo de ladrillo o al minigolf

Hoy por hoy, el Olympiapark es sinónimo de naturaleza, alegría y ocio, potenciado por la presencia de la Eurocopa en casa. A pocos metros, el recuerdo del horror. Pasado y presente de una Múnich que no quiere, ni debe olvidar.