El colombiano Yerry Mina debutó con su nuevo equipo Cagliari en la derrota por goleada 0-4 frente a la Roma, en juego correspondiente a la jornada 23 de la Serie A de Italia.
El defensa cafetero tuvo una buena actuación, pese a la goleada, pues no se vio comprometido en la mayoría de los goles, aunque en el cuarto perdió su marca en el cobro de un tiro de esquina y Huijsen convirtió de cabeza.
El central fue el mejor de la defensa, realizando varios cierres importantes que impidieron que su equipo recibiera más goles. Mina también fue un líder en la zona de atrás, hablando constantemente y ordenando la línea de cuatro.
El zaguero estuvo muy atentó a los movimientos de los delanteros de la Roma. Yerry desarticuló un pase filtrado que de no intervenir hubiese terminado en una jugada con peligro de gol.
Minutos más tarde, apareció por la banda derecha haciendo un cierre dentro del área, poniendo su cuerpo que funcionó como una muralla para que un remate de Cristante se fuera al tiro de esquina.
El colombiano también tuvo dos cruces picantes frente a dos jugadores romanos, primero; frente al mediocampista Leandro Paredes, luego de que el argentino le hiciera una fuerte falta.
Mina se paró del suelo e inmediatamente busco al volante para recriminarle con un insulto su actitud. El futbolista de la Roma le respondió al defensor tocándose sus partes íntimas.
En el segundo tiempo y cuando el partido estaba 4-0, Mina realizó un cierre bastante fuerte frente a Zalewski que para el árbitro no fue falta, sin embargo, los jugadores de la Loba protestaron por la acción del colombiano.
En la repetición se observa que Yerry fue con fuerza desmedida y estuvo muy cerca de terminar expulsado en su debut en Cagliari.
Luego de la jugada, el técnico Claudio Ranieri optó por remplazar al defensa colombiano, tal vez pensando en que pudo ver la tarjeta roja y el juez se la podía cobrar más adelante.
El central cafetero fue sustituido en el minuto 67’ por Wieteska y mientras salía del terreno de juego, los aficionados romanos lo chiflaron por sus encontronazos con Paredes y Zalewski.
El colombiano les respondió a los aficionados aplaudiendo de forma sarcástica y al salir tuvo una pequeña conversación con el técnico Ranieri, tal vez recriminándole por su actitud.