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Ministro italiano, contra suspensión de partidos por racismo

El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, participó en una reunión sobre la violencia en el fútbol, realizada en Roma. AP Photo/Andrew Medichini

ROMA -- Líderes del fútbol y del gobierno italiano discreparon el lunes sobre las medidas a seguir tras un brote de violencia y racismo observado durante un partido de fútbol que se realizó el mes pasado en Milán.

El ministro del Interior, Matteo Salvini, manifestó su oposición a la posibilidad de suspender los encuentros cuando se escuchen cánticos racistas. Mientras, la Federación Italiana de Fútbol emitió un comunicado en el que señaló que quiere abreviar y simplificar los procedimientos para parar los partidos.

El partido del 26 de diciembre fue empañado por las expresiones racistas dirigidas a Kalidou Koulibaly, defensa del Napoli.

''Suspender los partidos por cánticos ofensivos representa un asunto delicado'', advirtió Salvini. ''Corremos el riesgo de poner el destino de muchas personas en manos de muy pocas... Además, es difícil encontrar criterios justos para la decisión''.

La opinión de Salvini contrastó con el ''proceso de tres pasos'' que recomienda la FIFA para enfrentar casos de racismo en los estadios.

Dicho proceso requiere que el árbitro haga una pausa breve en el encuentro en cuanto surjan las primeras manifestaciones racistas, y pida que mediante los altavoces del inmueble se inste a que cesen esas expresiones.

De persistir los cánticos, el silbante puede suspender el partido y ordenar que los jugadores se marchen a los vestuarios en tanto no se detengan los actos racistas. Y si ello no funciona, el encuentro debe suspenderse en definitiva.

Se abordó también el tema de la violencia en el fútbol, después de que un hincha del Inter murió tras una serie de enfrentamientos con seguidores del Napoli a las afueras del estadio Giuseppe Meazza, antes de aquel partido.

Cuatro hinchas fueron detenidos por su participación en los enfrentamientos, y uno de ellos fue acusado de homicidio.

Gabriele Gravina, presidente de la Federación Italiana, sugirió reforzar la presencia de empleados de seguridad en los estadios, retirar las barreras que separan a los aficionados y mejorar la monitorización con ayuda de representantes de los hinchas.

Se ordenó al Inter que jugara sus próximos dos partidos como local a puerta cerrada. Además, deberá disputar un tercer encuentro con acceso limitado para el público.

Se prohibió también que los seguidores nerazzurri viajaran a un cotejo reciente en casa del Empoli.

No es la primera vez que los choques entre hinchas han causado muertes en Italia.

Ciro Esposito, seguidor del Napoli, murió 50 días después de ser herido de bala por un rival de la Roma. La agresión ocurrió antes de la final de la Copa Italia de 2014.

Aunque en esa final Napoli venció 3-1 a Fiorentina, el duelo se realizó en la capital italiana.

Asimismo, el agente policial Filippo Raciti murió durante una serie de disturbios tras el derbi siciliano entre Catania y Palermo en 2007.