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En Inter parece no tener fin la pesadilla con Mauro Icardi

Hace apenas cuatro días, parecía que todo lo que ha ocurrido entre el Inter de Milán y Mauro Icardi quedaría en el pasado. 40 días apartado del equipo, despojado de la capitanía, decenas de declaraciones cruzadas, malentendidos por ambos lados. Todo esto parecía llegar a su fin después de que el delantero argentino volviera a los entrenamientos la semana pasada y, según reconoció Luciano Spalletti, estaba listo para ser titular este pasado fin de semana ante la Lazio.

Sin embargo la sorpresa saltó el mismo sábado del partido, cuando el técnico interista hizo pública la lista de convocados e Icardi no estaba en la relación de jugadores que serían de la partida.

Las informaciones se sucedieron frenéticamente y el propio abogado de Icardi aseguró no entender la decisión que se había tomado sobre su representado, sin antes comunicarse con ellos.

Spalletti explicaría tras el encuentro (derrota 0-1 ante la Lazio) que el entrenador es él y que no tiene porque pedir permiso a nadie para excluir a un jugador de su equipo.

El técnico habló de compromiso, de compañerismo y de respeto. Al parecer, el entrenador italiano esperaba que tras todo lo ocurrido Icardi hubiera hecho mucho más para recuperar su lugar en el vestuario.

Estaba claro que no se le iba a devolver la capitanía del equipo, pero si la actitud del argentino hubiera sido diferente, algo más humilde y se le hubiera visto dispuesto a acatar cualquier norma de convivencia impuesta por el grupo, la situación del delantero podría haber cambiado en el equipo.

No fue así.

Según Corriere dello Sport, Spalletti le habría preguntado a Icardi si tenía algo que decir a sus compañeros horas antes de cerrar la convocatoria. El técnico esperaba una disculpa del atacante y, al no recibirla, decidió dejarle fuera de la convocatoria para el partido del fin de semana.

Su reemplazo en el último mes, el también argentino Lautaro Rodríguez, también fue baja para el encuentro, por lo que el concurso de Icardi era muy importante.

Pero a Spalletti no le tembló el pulso y, además, aseguró que fuera de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, no hay jugadores imprescindibles en el mundo, y que lo que se debe valorar es la disciplina y el compañerismo. Seguro que esto no le gustó nada a Icardi.

Llegados a esta postura de fuerza por ambas partes, no parece haber forma de llegar a un entendimiento, y el drama deberá continuar, muy a pesar de los tifosi interistas. Icardi pensó que negociando un regreso con el club ya había hecho suficiente, pero ese paso no fue más que una humillación para Spalletti.

No se divisa ahora la luz al final del túnel y con nueve partidos por jugarse este año quizás lo mejor para todos será esperar a que se consuma el campeonato y que cada cual tome su camino.