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Icardi se va del Inter por la puerta de atrás

El argentino Mauro Icardi, incorporado en la última hora de mercado este lunes por el París Saint Germain, se fue del Inter de Milán por la puerta de atrás, tras deteriorar su relación con un club en el que vivió seis años y marcó 124 goles.

El Inter acordó cederle al París Saint Germain por una temporada con una opción de compra a favor de los franceses para poner fin a dos meses de alta tensión, en los que Icardi estuvo apartado del equipo y, a pesar de ello, se negaba a marcharse del club.

El delantero rosarino fue excluido del proyecto deportivo del Inter por el consejero delegado, Giuseppe Marotta, al comienzo de la pretemporada, pero su situación solo se resolvió a menos de una hora del cierre oficial del mercado con la irrupción del PSG.

Y es que Icardi, según aseguraba su mujer y representante, la argentina Wanda Nara, no tenía la mínima intención de irse del Inter, al punto que llegó a presentar al club milanés una demanda oficial denunciando una serie de injusticias sufridas y pidiendo su reintegración inmediata, además de una indemnización.

Unas peticiones que se originaron, entre otras cosas, en la exclusión injustificada de las sesiones de entrenamiento tácticas, algo que, de ser demostrado, le habría dado la razón ante el Tribunal, según informó a EFE el experto en derecho deportivo internacional, Angelo Cascella.

Fue una serie de pruebas de fuerza tanto por parte del Inter, que no quería tenerle en el centro deportivo de Appiano Gentile, tanto por Icardi, quien finalmente obtuvo la posibilidad de marcharse cedido gratis al PSG, y con un incremento de sueldo.

El cuadro milanés deseaba sacar provecho de un traspaso a título definitivo del delantero, por unos 60 millones de euros, pero aceptó esta solución para favorecer el trabajo del técnico Antonio Conte.

Fue el fin de una etapa de seis años de Icardi en el Inter, al que el rosarino llegó con veinte años en 2013 y que le vio hacerse con el brazalete de capitán en 2015, convirtiéndose en el símbolo del club y en el ídolo de la afición.

Ganó dos títulos de máximo artillero de la Serie A y marcó un total de 124 goles en 219 partidos, llegando a debutar, y a ver puerta, en la Liga de Campeones del año pasado contra Tottenham o Barcelona.

Un crecimiento que disparó su valor de mercado hasta más de 100 millones de euros y que se bloqueó repentinamente el pasado febrero, cuando el Inter, cansado ante una serie de actitudes poco profesionales fuera del campo, le quitó la capitanía.

Según el club, Icardi tuvo una serie de comportamientos que sacudían el equilibrio del vestuario, lo que unido a las polémicas declaraciones de Wanda Nara sobre las posibles renovaciones de contrato de su marido, provocó la ruptura.

El entonces técnico interista Luciano Spalletti llegó a declarar públicamente que Icardi "se negó a vestir la camiseta del Inter" y que le parecía "humillante tener que rogar a un jugador" para que represente a su club.

Una situación que llegó al límite en julio, cuando Marotta explicó que Icardi no volvería a jugar con el Inter al estar fuera de los planes técnicos del nuevo entrenador, Antonio Conte.

El club invirtió 65 millones de euros para fichar al belga Romelu Lukaku, procedente del Manchester United, y le entregó el número 9 que fue de Icardi. También incorporó al chileno Alexis Sánchez para completar su delantera y aclarar, una vez más, que no habría espacio para el rosarino.

Así, tras dos meses de tensiones, Icardi decidió salir del club que marcó la mejor parte de su carrera y lanzarse a por una nueva experiencia en el París Saint Germain, donde se une a una delantera que presume del brasileño Neymar Junior, el francés Kylian Mbappé, el uruguayo Edinson Cavani, el argentino Ángel Di María o el camerunés Eric Choupo Moting.