América es el bicampeón del futbol mexicano, el máximo favorito al título nuevamente y cuenta con un plantel envidiable, pero pese a ello se habla de crisis y se magnifican sus tropiezos
El América está acostumbrado a pasar en medio de la tormenta sin mojarse. Las presiones y escándalos alrededor del Bicampeón son el pan de cada día, y se incrementan cuando el club está inmerso en una racha negativa.
Cierto que tres derrotas en cinco partidos de la Liga MX, además de la dolorosa eliminación en Cuartos de Final de la Leagues Cup en una semana para el olvido, son motivo suficiente para la preocupación; sin embargo, no es momento de encender las alarmas ni mucho menos de pensar en decisiones extremas.
Es evidente que el conjunto azulcrema ha manifestado una baja de juego notable, aunado a la irregularidad característica del balompié nacional, de la cual no se salva ni “el más grande”.
La otra realidad es que las lesiones han mermado de forma considerable a las Águilas. De entrada los dos futbolistas que juegan por los extremos y que son los encargados del desequilibrio, Alejandro Zendejas y Javairo Dilrosun, han estado ausentes en esta pequeña crisis por la que atraviesa el club.
Si ya de por sí era tarea compleja reemplazar a un hombre como Julián Quiñones, y el neerlandés lo estaba haciendo bien tras un primer torneo muy discreto, se debe considerar que de pronto el técnico André Jardine se quedó sin ‘alas’ y con el uruguayo Brian Rodríguez como la única alternativa.
En la defensa también hay merma tras la grave lesión de Igor Lichnovsky que lo tendrá entre siete y ocho meses fuera de las canchas, y en el partido contra el Puebla el ‘soldado caído’ fue Sebastián Cáceres, el futbolista más importante de la zaga.
La jerarquía, calidad de sus jugadores y el dominio de un estilo le permite al América tomar la iniciativa en los partidos, pero es un hecho que ha carecido de ideas, de profundidad, de variantes que aporten desequilibrio, y sobre todo de gol.
Declaraciones del DT del América después del partido contra Puebla.
El Puebla es un rival muy limitado que le sacó la victoria de forma inverosímil, pues aunado a todo lo mencionado, el conjunto de Coapa estaba —está— tocado anímicamente por lo sucedido en la Leagues Cup. Tras perder la oportunidad de ir al Mundial de Clubes, este torneo aparecía como cierto consuelo para dar un golpe de autoridad en el plano internacional.
Sin embargo, no hay nada perdido, el América se va a levantar más temprano que tarde con todo y que tiene en puerta un desafío mayúsculo llamado Cruz Azul.
No es un partido de ‘matar o morir’, ni mucho menos un ultimátum para Jardine y un proyecto sólido que camina en la búsqueda de un tricampeonato que ningún equipo ha conseguido desde que en 1996 se instauraron los torneos cortos en México.
Las Águilas sencillamente deben regresar a las bases, apelar a la fórmula que los ha llevado a la cima, y además de recuperar a sus lesionados —principalmente a los ofensivos—, bien les vendría definir de una vez por todas con quiénes cuentan y con quiénes no, porque la incertidumbre como es el caso de Álvaro Fidalgo que podría marcharse a Rusia, desde luego que distrae al jugador.
Hay muchas tormentas alrededor del Nido, pero ese plumaje está acostumbrado a salir airoso y sin mojarse de los peores climas.