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Rayados despierta nostalgia y desesperanza de Libertadores

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"Torrent en poco tiempo se adapto a Monterrey, ganó y convenció" (2:17)

La victoria de los Rayados por 3-0 los lleva a la siguiente Ronda del Mundial de Clubes dentro de un grupo complicado. (2:17)

La actuación de Rayados en el Mundial de Clubes ratifica que los equipos mexicanos serían altamente competitivos en la Copa Libertadores, torneo al que difícilmente volverán.


LOS ÁNGELES -- Lo mejor de Monterrey en el Mundial de Clubes es que confirma, que ratifica, que México sería altamente competitivo en la Copa Libertadores de América. Pero, lo peor de Monterrey en el Mundial de Clubes, es que confirma, que ratifica, que México sería altamente competitivo en la Copa Libertadores de América.

Ahí vive atorado, estancado, reprimido, el futbol mexicano. Entre la utopía de la Conmebol y la distopía de la Concacaf. Entre el sueño guajiro y su realidad tercermundista.

Ya se sabe que el futbol mexicano no regresará jamás a la Copa Libertadores de América, mientras esté arraigado en Concacaf, a pesar de que en su momento, la Conmebol lo invitó a agregarse a su feudo, vía Julio Grondona. En esa ocasión, Concacaf, vía Jack Warner, con sus 40 votos, amenazó con levantarse en contra de la reelección de Joseph Blatter.

Queda claro que el cambio de entrenador le sentó de maravillas a Rayados. Sólo su directiva mantenía esa miopía absoluta para no entender que Monterrey, en manos de Martín Demichelis, era mucho collar para tan poco perro. El maniquí caduco, Demichelis, dedicaba más tiempo a su outfit, a su atuendo, que a las urgencias del equipo. El único que lo entendió fue Sergio Canales, y casi se amputa una pata, para enfatizar escandalosamente sus razones.

A un plantel poderoso en nombres, pero un alfeñique en la Liga Mx, de continuadas y continúas decepciones, Domenec Torrent llegó a darle orden y personalidad, al menos por lo que se puede percibir en el Mundial de Clubes, con empates ante Ínter, Ríver Plate, y la contundencia ante los japoneses del Urawa. Claro, Borussia Dortmund será igual o más complejo que italianos y argentinos.

Torrent transformó a Rayados. Desde la forma de vestir hasta la forma de jugar. Tiene un poderoso cómplice en vestidor y cancha: Sergio Ramos. Y la malicia para entender a sus jugadores: Tecatito Corona, un fiambre en su estadía en Rayados, tuvo una jornada luminosa ante Urawa, porque el entrenador sabía que sería un factor sorpresa y aniquilador entre la rusticidad defensiva de los japoneses.

Y así el entendimiento de Torrent. Desde entender la mejor posición para Germán Berterame, y darle el cobijo a Fidel Ambriz, con un socio espectacular como Nelson Deossa, quien ya no sólo iguala sino rebasa el rendimiento que tenía en Pachuca.

Y Rayados agrada. Por lo mismo: por orden y personalidad, y porque no tiene los atavismos de otros entrenadores obsesionados con el pragmatismo. Torrente sabía hasta dónde arriesgar ante Ínter y ante Ríver. La ecuación le cuajó.

Será cuestión de gustos, pero para no lastimar las ya lastimadas hormonas de los aficionados a Tigres, en lo personal, conservo bajo archivo con candado aquella estremecedora Semifinal ante el Liverpool en el Mundial de Clubes. Siempre elegiré ver nuevamente ese partido, porque ni remotamente hay nada disfrutable en la forma en que Tigres sucumbió ante Bayern Múnich, con tres disparos a gol de los felinos por 19 de los alemanes.

Sí, sin duda, a espera de lo que ocurra ante Dortmund, pero lo más gratificante de un equipo mexicano en un Mundial de Clubes, sea cual sea el formato, lo ha manifestado Rayados.

Retomando el tema inicial, este Rayados, como seguramente Cruz Azul, América, Toluca, Tigres, y alguna vez, no hoy, el Pachuca, han tenido --o tienen--, condiciones competitivas para una Copa Libertadores de América, especialmente con el peso eventual de la localía, y a pesar incluso de los castigos arbitrales o administrativos que llegó a padecer la tropa mexicana en algunas Libertadores.

Pero, mientras mayores sean las adversidades, más didácticas y educativas serían sus participaciones en una Copa Libertadores o en una Copa Sudamericana.

Sí, es una lástima lo bueno y lo malo que ha dejado en evidencia Rayados de Monterrey en este Mundial de Clubes: que el futbol mexicano, sólo con algunos equipos, muy contados, y no, no están las Chivas, tiene –nuevamente—condiciones competitivas en la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, ésta conquistada alguna vez por Pachuca.

Sin embargo, pues, ya se sabe, el regreso a la Libertadores y Sudamericana no interesa en el Salón Oval de Televisa, porque las transmisiones pertenecen a la competencia, y es –además-- totalmente imposible por la forma en que Concacaf tiene apergollado por el pescuezo al futbol mexicano a partir de los documentos ocultos del #FIFAGate.

Sí, Rayados abrió la Caja de Pandora. Y asoma el panorama truculento: la utopía de la Conmebol y la realidad esclavizante de Concacaf.