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Trataré de hacer lo que mi padre no pudo: hijo de Pablo Hernán Gómez

MÉXICO -- Pablo Leandro tiene 19 años, sobrevivió a un fatal accidente que cobró la vida de su familia y todos los días despierta con una meta indeleble: Continuar con la leyenda forjada por Pablo Hernán Gómez, su padre.

Con la camiseta 20, el nacido en Argentina y fallecido en México se consagró como un ídolo para los Tuzos, el de la explosividad al ataque y definición de genio, cualidades emuladas por el heredero de sus glorias, hoy integrante de la Sub-20 de Puebla.

"Aún no he jugado en la Liga, pero cuando llegue a subir o llegue a jugar sé que me tengo que romper la mad... para estar con él, sé que desde arriba nos está apoyando, para que me vaya bien en el futbol y pueda hacer todo lo que él no pudo", relató Leandro Gómez en exclusiva para ESPN Digital.

Aunque no cree en milagros, considera que el haber sobrevivido a un percance tan trágico es obra del destino, uno en el que está obligado a velar por su hermana menor y mantener vigente el legado de su padre, inconcluso por un capricho de la vida cuando apuntaba a lo más alto del futbol mexicano.

"Yo siento que falleció muy temprano para su carrera, apenas estaba empezando, le faltaba mucho por recorrer, demasiado, tal vez salir del país e irse al extranjero a jugar. Se fue muy rápido", mencionó el joven nacido en la ciudad de Mendoza.

El joven mediocampista perdió a sus padres cuando tenía sólo tres años; hasta ese momento no generó memorias de Pablo Hernán como futbolista, pero hoy le estudia hasta el cansancio, lo ha adoptado como su mejor tutor a través de una pantalla.

"No me tocó verlo jugar, pero he visto varios videos que hay y la verdad me quedé sorprendido cuando lo vi, y hasta la fecha lo sigo viendo para saber qué puedo mejorar, qué puedo copiarle, la verdad he visto que era demasiado rápido y tenía demasiado corazón por la camiseta", agregó el elemento de la 'Franja'.

Sobre su futuro como futbolista sabe poco, anhela un día llenar los inmensos zapatos de su 'viejo' y militar en Pachuca, quizá con la '20' en la espalda para tal vez después partir hacia Europa, uno de los grandes pendientes de su padre, que en esencia le acompaña a cada momento, con y sin el balón de por medio.

"Sí (lo siente cerca), en cada gol. Siempre antes de empezar como que le hablo y siento que está conmigo, en los partidos, entrenamientos, en mi vida y en todo", explicó el joven Pablo Leandro Gómez, con el sueño eterno de enloquecer al Estadio Hidalgo, con una volea para la posteridad, como las que solía firmar el hombre que le trajo a este mundo.