CIUDAD DE MÉXICO.- Edson Álvarez camina entre la gente como uno más.
Alejado del glamour del futbolista profesional, que está acostumbrado a los lujos, autos deportivos y sueldos millonarios, el juvenil de 19 años comienza a forjar su propia historia en un futbol que cada vez tiene menos espacio para los mexicanos, no importa si juegan para el equipo más ganador o para las selecciones juveniles.
“Uno desde niño anhela jugar en un estadio lleno, que la gente grite y te apoye”, asegura el defensa de las Águilas del América, quien fue cortado a los 14 años de las fuerzas básicas del Pachuca por "baja estatura".
“El golpe más duro que he tenido fue cuando me corren de Pachuca porque yo sabía que era el sueño de toda la familia. Dije ‘ya no vuelvo a jugar futbol’, terminé muy decepcionado”.
Sus padres fueron testigos de ese duro momento para la familia.
“Fue muy difícil para la familia, pero no tanto nosotros porque el hijo no iba a ser futbolista, sino por él”, expresa la mamá de Edson, Adriana Velázquez, en su hogar en Tlalnepantla.
“Estaba en el suelo, estaba derrotado, en Cuarta División, pero le dije ‘¡dale hijo, vamos, vamos! Estás trabajando entonces tiene que producir algo de lo que estás haciendo’”, recuerda Evaristo Álvarez.
Dos años después, a los 16, Edson se convenció de hacer una prueba en América y fue aceptado luego de 3 meses de prácticas. Paradójicamente, Edson mide hoy 1.87 metros y es el único jugador de fuerzas básicas del América titular con Ricardo La Volpe.
El defensa central, adaptado por La Volpe como lateral derecho por la gran cantidad de lesiones que afectan al América, invierte entre 3 y 4 horas diarias y gasta más del 70 por ciento de su sueldo en transporte para ir de su casa (en Tlalnepantla) al club y de regreso.
Aún no tiene contrato de Primera División, pero la semana pasada dio mucho de qué hablar cuando cobró el tercer penalti en la Semifinal de la Copa MX. Mientras algunos de los más experimentados del equipo no quisieron patear, Edson pidió la pelota.
“No había tiradores concretos, entonces (Rubens) Sambueza fue el que me arropó y dijo: ‘ey, el flaco quiere tirar, denle la oportunidad, él lo sabe hacer'", recuerda en la extensa charla con ESPN.
“Era hora de hacer algo diferente en mi carrera como futbolista y pensé, ‘si no es ahora, no es nunca’. Álvarez hizo una gran ejecución, y si bien las Águilas quedarían eliminadas ante Chivas, ese puede ser el momento clave que Edson necesita para demostrar su talento en el primer equipo.
“Yo creo que todos en el principio sufren, no sé si sea sufrir o no, pero hacen mayores esfuerzos, yo creo que es la palabra. Y ese recorrido que haces (entre Tlalnepantla y Coapa) tal vez se te hace pesado pero sabes que tienes un sueño y vas por eso, no quitas el dedo del renglón nunca”.
Su padre y su hermano fueron jugadores de Tercera y Segunda División... Ellos están ahí para recordarle siempre a Edson que con esfuerzo, trabajo y sacrificio, cualquier sueño es posible.