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Japoneses viajan doce horas para apoyar a Honda

PACHUCA -- Por fin llegó el día del tan ansiado debut del japonés Keisuke Honda. La multitud de aficionados Tuzos en el Estadio Hidalgo era notable y entre los locales se hallaban cuatro japoneses que ya portaban el jersey de Keisuke Honda, con el número dos en la espalda.

Llevaban cuatro días en México, tres de ellos en la Ciudad de México y uno en Pachuca. Dos de ellos, Tatsuya Kurebayashi y Hiroaki Funahashi, no escondían su felicidad de poder estar viviendo en Pachuca el debut de Honda en la Liga MX. Las doce horas de vuelo valieron la pena, especialmente cuando sabían que muchos de sus amigos estaban en Japón viendo la transmisión por televisión.

“Es increíble, la gente es amable, y a mí me gusta poder compartir estos momentos con la gente de aquí”, dijo Kurebayashi a ESPN Digital.

“Me gusta el estilo de juego del equipo; me gusta que siempre quieren tener el balón”, detalló Funahashi tras ver a los Tuzos anotar dos goles en el primer tiempo.

Ellos aplaudían en cada acción buena del club hidalguense, miraban a sus alrededores para contemplar el casi lleno del estadio. Rápidamente agarraron confianza con los locales que se sentaban al lado y, cuando Víctor Guzmán anotó su primer gol de la noche chocaron las manos con los seguidores que estaban situados enfrente de ellos.

Con ellos traían una bandera de su país y un jersey de la selección absoluta japonesa con el número cuatro de Honda. Cada vez que miraban a Honda, alzaban la bandera para que el mediocampista japonés los volteara a ver.

El grupo de amigos jamás había viajado fuera Japón para ver a Honda jugar un partido, ni cuando la estrella nipona jugaba en el Viejo Continente.

Funahashi quería ver a Honda anotar al menos un gol, “Me gustaría verlo jugar en el centro de campo y ojalá meta un gol o de un pase de gol”, dijo.

El deseo se le cumplió a Funahashi al minuto 72 cuando Honda se llevó un balón hasta al borde del área y soltó un zurdazo inatajable para el guardameta Melitón Hernández. La celebración despertó al estadio que miraba como su capitán Erick Gutiérrez salía de la cancha en el carrito de las desgracias. Honda celebró el gol como si hubiera sido el primero de su ilustre carrera, mientras los amigos que estaban de visita en México celebrarón el gol como si hubiera sido un gol de Honda en un partido mundialista.

Pachuca ganó 4-1 y siguió mostrando contundencia de cara a gol, sin embargo, el número de jugadores que salieron del partido con molestias amargó un poco la gran noche tuza, pero el viaje a México de los amigos japoneses valió la pena.