CIUDAD DE MÉXICO -- Darwin Quintero es un futbolista 'pequeñito'. Así lo dictan su 1.66 metros de estatura y su desempeño en la cancha cuando enfrenta desafíos mayúsculos.
La mitad del torneo regular el colombiano fue el jugador más desequilibrante del América. Contra todo pronóstico y cuando estuvo a punto de salir de la institución, Miguel Herrera apostó por él y el atacante respondió.
Sin embargo, justo cuando se le elevó a nivel de 'figura' e incluso se habló de que tenía posibilidades de ser convocado a su selección nacional, Quintero volvió a ser un futbolista sin peso, aquel que con la playera azulcrema sigue sin justificar su millonaria contratación, pese a que tiene tres años en el club.
La peor versión de Darwin tiene varias semanas (tal vez meses), pero escogió el momento más inoportuno para su desplome: la Liguilla.
Ante Tigres equivocó pases de trámite, eligió mal las jugadas y en ningún momento asumió el protagonismo que su técnico y compañeros depositan en él.
Es un hecho que el Piojo le confiere tareas que rebasan al colombiano, pues es el encargado de gestar los avances del América desde el centro del campo para tratar de combinar con Oribe Peralta o algún mediocampista que se sume al ataque.
Y Quintero tiene talento, de eso no hay duda. Desequilibrio, velocidad y habilidad en el mano a mano; sin embargo, adolece de mentalidad ganadora, protagonismo, hambre, actitud y todo ese tipo de atributos que, por ejemplo, tiene de sobra el propio Peralta.
Tras salir de cambio en el duelo frente a los Tigres el abucheo fue monumental para el cafetalero; es más, el propio Miguel Herrera aceptó en la conferencia de prensa la desastrosa actuación de su 'comandante' con un "tuvo un mal partido"...
Lo cierto es que no se trató solo de un mal partido: Darwin Quintero es un futbolista que le teme a la gloria, porque con las condiciones que tiene y la infinidad de oportunidades que ha recibido en el América, hoy en día debería ser referente y figura del club.
Y no, no lo es. Es un futbolista 'pequeñito'.