“El que no quiere a Messi, no quiere al futbol”. La frase corresponde a Jorge Valdano y la patentó durante la pasada Copa del Mundo cuando también afirmó que Leo estaba ‘Maradoneando’ en Qatar 2022.
Son malos días, muy malos para los detractores del argentino que solo están a la espera de algún tropiezo con la intención de salir a denostarlo.
Messi llegó a Miami a cambiar la historia. Messi llegó a la MLS para escribir un antes y un después de su presencia en la Liga.
Más allá de lo que suceda en el resto de la Leagues Cup y posteriormente en lo que queda de la temporada en la cual el Inter Miami es el peor equipo de su conferencia, los primeros cuatro partidos de Leo en Estados Unidos han puesto de cabeza al deporte de dicho país.
Hay una atmósfera por el futbol que nunca se había respirado, una emoción que solo puede ser provocada por los dioses. Llamó poderosamente la atención que anoche, luego de un partido lleno de drama y locura, varios jugadores del FC Dallas, con todo y el dolor de la eliminación a cuestas, hicieron fila para abrazar y tomarse una foto con Messi.
Eso provoca el mejor futbolista del mundo y nunca está de más reiterar el llamado a dejar de compararlo, porque resulta hasta irrespetuoso hacerlo. Leo es único e irrepetible. Desde hace casi 20 años se vive la época de Messi, y lo mejor de todo es que no ha terminado porque está escribiendo una nueva historia, ahora ‘color de rosa’.
El argentino retomó la plenitud que ha caracterizado a su carrera, un tanto extraviada en París con un club sin pies ni cabeza que pretendió señalarlo por sus fracasos.
De nueva cuenta Leo es el protagonista incuestionable de cada episodio y hasta el momento van cuatro, uno mejor que otro, en los que suma siete goles y su influencia en una agrupación que estaba hundida, ha sido determinante para que vuelva a creer.
Con Messi todo es posible, incluso levantarse de la lona como sucedió frente a Dallas, que en el balance del partido fue superior, pero que padeció la magia del ‘10’.
El tiro libre para el 4-4 es una postal para enmarcar, un lienzo de una belleza indescriptible trazado con la zurda excepcional del artista rosarino. No puede dejar de admirarse. Es imposible no aplaudirla.
Inter Miami vive y lo hace gracias a su capitán. Que nadie los despierte porque están soñando y es un sueño color de rosa.