<
>

Atlanta United: un camino de vuelta al éxito que luce casi imposible

La historia del Atlanta United no tiene nada que envidiarle al mejor cuento de hadas. Un equipo creado hace apenas dos temporadas, fue capaz de convertirse de inmediato en la sensación de una liga, atraer al mayor número de seguidores de manera sostenida a su estadio y vencer a los equipos que históricamente habían mandando en el campeonato para levantar su primer título, se debe a un proyecto a tener muy en cuenta.

Pocas instituciones pueden decir orgullosas que han conseguido tanto en tan poco tiempo, y además de una forma tan brillante. El trabajo realizado por Gerardo “El Tata” Martino en sus dos temporadas al frente del club fue excepcional, pues el argentino aceptó un reto mayúsculo al firmar por la franquicia de Georgia y esa apuesta le salió muy de cara.

El nuevo seleccionador de México aseguró tras ganar la final de conferencia ante los New York Red Bulls el año pasado que para él, poder llegar a un club que empezaba de cero y trabajar para montarlo todo: desde la plantilla hasta las instalaciones, los planes de preparación física y táctica, el flujo de información del staff técnico, la coordinación con las academias, y un largo etcétera de funciones que en sus anteriores experiencias simplemente “existían” previamente, fue algo tremendamente valioso.


Por eso el título que acabaron por conquistar ante los Portland Timbers, en su propio estadio, ante 73,000 almas que abarrotaron el recinto (3,000 más que en el Super Bowl, que se disputó también en el Mercedes-Benz Stadium a principios de febrero de 2019) tuvo un sabor especial para Martino.

Sin embargo, el argentino ya es historia en Atlanta tras su salida del club para dirigir a México, y la pregunta que se hace todo aficionado ahora es: ¿Está preparado el Atlanta United para revalidar el título de la MLS Cup?


El tema es sin duda de pronóstico reservado, pero lo cierto es que va a ser muy difícil que el equipo rojinegro vuelva a hacerse con el trofeo en esta temporada 2019 de la Major League Soccer que arranca este fin de semana.

Los motivos son varios, pero se podrían agrupar en dos estamentos muy claros: uno, se refiere a los cambios del propio equipo de Atlanta y, otro, a los cambios del resto de equipos de su conferencia y de la liga.

Por un lado, al United la partida de “El Tata” Martino le va a afectar seguramente más de lo que nadie se haya parado a pensar. El argentino no es un entrenador al uso, al contrario, es un estudioso del fútbol que vive por y para su empleo las 24 horas del día. Martino lo controlaba todo en Atlanta y estaba siempre muy encima de todos los detalles necesarios para ayudar a que el equipo diera lo mejor de sí día a día. Nadie pone en duda que gran parte de culpa en el título que el equipo ganó en diciembre pasado fue gracias al argentino, y llenar el vacío que deja su partida va a ser complicado.

Frank De Boer es un técnico con más renombre por su época de jugador que por sus logros como técnico. En el Ajax tuvo seis años de éxitos locales, pero no fue capaz de hacer nada destacable en el ámbito europeo. Los nubarrones en su carrera llegan después, con su fichaje por el Inter de Milán, que buscaba reflotar el equipo y volver a luchar por desbancar a la Juventus. Nada más lejos de lo que acabó ocurriendo. El holandés tuvo uno de los peores pasos por el banquillo neroazzurro que se recuerden en la historia reciente, siendo fulminado de su puesto el tres meses después de asumirlo, dejando al equipo eliminado de la Europa League y lejísimos del líder de la liga.

Muchas de las cosas que se le criticaron en aquel momento a De Boer son aspectos que deberían ser primordiales en el hombre que agarra el testigo de Martino en Atlanta, como su preferencia por la improvisación en lugar de la preparación, su voluble visión de los sistemas tácticos (en Milán empezó con una defensa de tres, para rápidamente volver a cambiar a una línea de cuatro, tras perder el primer partido de liga), y su poca cintura para adaptarse a la idiosincrasia del fútbol en el que está empleado.

Su aventura el año pasado en Inglaterra con el Crystal Palace fue incluso peor, pues el técnico sólo duró 10 semanas en el cargo, en las que perdió los cuatro partidos de liga disputados, además, sin que sus hombres marcaran un solo gol --récord absoluto en la historia de la Premier. Con esta pésima carta de presentación llega De Boer a un equipo campeón, acostumbrado a querer el balón, tal y como pregona el holandés (eso sí), pero aguerrido, con recursos y que sabe cómo manejarse en todo momento para intentar amarrar las victorias cuando es neceario. Será interesante ver si De Boer consigue adaptarse rápidamente, pero la experiencia no invita al optimismo en este caso.

Por si la partida de su entrenador y gran gurú emocional no fuera un golpe suficientemente duro, Atlanta también perdió a su gran estrella, el paraguayo Miguel Almirón, que se marchó al Newcastle por una traspaso récord en la entidad del norte de Inglaterra. En este caso su recambio si que es un jugador de altos vuelos, como es Gonzalo “Pity” Martínez, reciente campeón de América con River Plate y el jugador más destacado de ese plantel. Aunque el hueco dejado por Almirón será difícil de llenar, no cabe duda que el fichaje del “Pity” Martínez, unido a la posibilidad de mantener un año más al máximo goleador del torneo pasado, Josef Martínez, son dos pasos importantísimos en el camino de la estabilidad. La duda es saber si esto será suficiente para hacer frente a la competencia que tendrán delante.

Porque ese es el otro punto importante en contra de la reválida del título por parte del Atlanta United. Los rivales del equipo han sabido reforzarse y establecerse como grandísimos candidatos al título este año, lo que afectará directamente a los rojinegros en su lucha por volver a levantar la MLS Cup.

Para empezar en su propia conferencia, el New York Red Bulls y el DC United serán dos rivales a tener muy en cuenta. Ninguno ha hecho grandes inversiones en el mercado, pero van a confiar en la experiencia ganada por el grupo el año pasado para dar mucha pelea en el Este.

La franquicia de Nueva York ha mantenido a su trío de atacantes de lujo (Brad Wright-Phillips, Alejandro “Kaku” Gamarra, y Daniel Royer). Chris Armas va a cumplir su cuarta temporada al mando del equipo y la fuerza de ese bloque que se quedó a muy poco de poder clasificar a la MLS Cup el año pasado (fue eliminado por Atlanta en la final de la conferencia este) será lo que de verdad defina las oportunidades de que el equipo sea protagonista de la MLS este año.

Por su parte, el DC United podrá contar con Wayne Rooney desde el principio de temporada, y eso puede ser crucial para la franquicia capitalina. El exinternacional inglés está a un nivel extremadamente superior a la media de la liga y ya el año pasado llegó a mediados del torneo y logró sacar al equipo del pozo y clasificarlo a los playoffs. Nos podemos imaginar ese mismo equipo, con un Rooney mucho más adaptado y más compenetrado con Luciano Acosta, y menos frágil en defensa, harán del United unos de esos equipos interesantes de seguir de cerca durante todo el torneo.

En la conferencia oeste las cosas no pintan mucho más sencillas para Atlanta. En la misma tesitura que Rooney se encuentra Zlatan Ibrahimovic en los Galaxy, pero el sueco --además-- ha prometido romper todos los récords que existan en la liga. Toda una declaración de intenciones de un jugador que contará con un equipo con overbooking de estrellas (los hermanos Dos Santos, Gio y Jona, y Alessandrini, entre otros) que a poco que se encuentren en la cancha podrían aspirar a ser el claro campeón del año.

Los Ángeles FC de Carlos Vela serán también otro de los equipo a seguir. En su primer año de existencia llegaron a disputar los playoff, aunque cayeron eliminados a las primeras de cambio por el Real Salt Lake. Es de esperar que el equipo angelino, con un año más de experiencia en las piernas, y con un Carlos Vela ya completamente adaptado al fútbol estadounidense, se convierta en todo un candidato al trono que hoy ocupa Atlanta. Lo mismo que ocurre con Seattle Sounders y Portland Timbers, dos equipos en crecimiento, que no han hecho grandes inversiones, pero que cuentan con un gran grupo de jugadores con ganas de dar la campanada este año.

Con este panorama en la liga, se antoja complicado que Atlanta pueda volver a levantar el título. La MLS se enorgullece de ser una liga diversa y que promete emociones fuertes desde cualquier rincón del país, pues por algo han habido ocho campeones diferentes en la última década. Si a eso le sumas los cambios clave que ha sufrido el vigente campeón y las mejoras, tanto físicas como anímicas, de sus rivales, será muy difícil que el equipo comandado por Frank De Boer logre reverdecer sus laureles en esta temporada --Aunque dicen que la esperanza es lo último que se pierde.