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Cuenta regresiva Rusia 2018, día 92: Las mascotas

BUENOS AIRES -- Uno de los grandes misterios de la historia de los Mundiales es la función de las mascotas. ¿Para qué sirven? ¿Por qué existen? ¿Qué malvado genio del marketing entendió que era ventajoso asociar la imagen de un torneo a un hombre disfrazado de animal vitoreando en conjunto con dos tribunas opuestas?

Cuando nuestro equipo gana, uno logra verlas como personajes simpáticos y divertidos. En cambio, cuando toca perder, las ganas de darles una potente golpiza se apoderan de nosotros, como si ellas fueran las responsables del resultado.

Durante el mes de la Copa del Mundo aparecen en comerciales, en partidos, en las calles, en productos de merchandising. Hasta en nuestras más crueles pesadillas. Cada organizador elige un elemento propio del país y luego lo transforma en un personaje animado con mayor o menor grado de originalidad.

Por lo general, tanto esfuerzo finaliza en una criatura olvidable.

En desacuerdo general con la existencia de tan diabólico elemento, en ESPN.com reconocemos que también hubo mascotas dignas de respeto y hasta de admiración a lo largo de los 80 años de historia mundialista. Anticipamos: el triste Zabivaka no compiló méritos para aproximarse a ninguna de las dos listas.

Por eso, realizamos una arbitraria lista con las cinco mejores y las cinco peores mascotas de todos los tiempos.

LAS CINCO MEJORES

5. FOOTIX - FRANCIA 1998

Sí, no es nada del otro mundo, pero está claro que es el menos peor. El Gallo es uno de los símbolos franceses por excelencia, entonces a la hora de elegir un animal no había muchas opciones para un pueblo que lo adoptó desde la edad media y afianzó esa identificación durante la revolución. Además, la originalidad está presenta, ya que nunca un ave de corral fue elegida para un honor semejante. Footix tenía personalidad, sacaba pecho y era un dibujo animado, no un muñeco de felpa. Un dibujo puede tener mucho más impacto que un simple disfraz. Por otro lado, su nombre fue celebrado por la gran cantidad de fanáticos de la historieta Asterix. Si en el 68 fue el "Mayo francés" se puede decir que en el 98 fue "el gallo francés".


4. WILLIE - INGLATERRA 1966

El León tiene la importancia de los pioneros. Este felino fue la primera mascota de la historia de los Mundiales, justo en el mismo país en el que nació el fútbol como deporte organizado. El linaje y la nobleza del pueblo de Gran Bretaña estuvieron representadas en el rey de la selva, que también personificó al llamado "deporte rey". Sí, todo muy Real, todo muy inglés. Willie aparece sonriendo y pateando una pelota en todos los afiches. Tiene una imagen muy simpática y muy futbolera, algo que con el correr de los años las mascotas perdieron. Además, su voluminosa melena estaba muy acorde con los sesenta, la década de los Beatles y su revolución cultural.


3. NARANJITO - ESPAÑA 1982

La naranja es un fruto típico de la zona del Levante en España. Pese a esta afirmación verdadera, hasta 1982 a nadie se le hubiera ocurrido relacionarla con la madre patria de Latinoamérica. Ese año, Naranjito se convirtió en un ícono del pueblo español gracias a la Copa del mundo. Fue la primera mascota realmente original, que evitaba los estereotipos de animales o personas. Al principio, fue rechazada por gran parte de los espectadores, aunque con el correr del tiempo aprendieron a querer a este simpático cítrico. Naranjito tiene una pelota debajo del brazo y sonríe, feliz de ser el divertimento de miles de niños alrededor del mundo. Tal fue su éxito que al término del torneo se creó una serie de dibujos animados con el gran Naranjito como protagonista.


2. CIAO - ITALIA 1990

Ciao no sonríe, pero juega al fútbol. No tiene rostro, pero es la mascota más futbolera de la historia. Simplemente por eso merece un lugar de importancia en este ránking freak. Italia 90 fue un triste Mundial, con un bajo nivel futbolístico, quizás el peor de todos los tiempos. Sin embargo, tuvo la canción más recordada y una de las mascotas más queridas. Los colores de la bandera italiana y un balón en lugar del cráneo son los aspectos salientes de Ciao, que en la lengua del Dante significa hola y también significa adiós. Alguno dirá que tiene los pies cuadrados, lo que no lo transforma en un gran futbolista. Nosotros refutaremos esa teoría para afirmar que tener la pelota en la cabeza es lo que lo convierte en la segunda mejor mascota de la historia.


1. PIQUE - MÉXICO 1986

Es una elección polémica. Pero es hora de premiar la originalidad. Cualquiera pensaría que idear la mascota de un Mundial mexicano es muy fácil. Un sombrero, un mariachi o algo parecido y problema resuelto. Sin embargo, eligieron un ají, un chile jalapeño para representar la Copa del mundo 1986. Los diseñadores no fueron por el camino más fácil, buscaron otros rumbos. Y vaya si los encontraron. Es una obviedad decir que es la mascota más picante de todas, como también lo es que ni siquiera su nombre le escapa a la originalidad. Pique se llama. Un chile con sombrero, bigote y una pelota. La mejor mascota de la historia de las Copas del mundo. ¿O alguien piensa lo contrario?


LAS CINCO PEORES

5. STRIKER - ESTADOS UNIDOS 1994

Estados Unidos tenía todo para generar el personaje perfecto como cara del Mundial: NBA, NFL, NHL.... Los antecedentes eran muchos, y lo más sencillo era pensar que una nación experiente en mascotas desde años inmemoriales compusiera un logotipo sofisticado, entretenido, impactante y representativo. Expertos en marketing y en americanismo reunieron sus cabezas, consultaron grupos de opinión, pusieron su más riguroso empeño profesional y dibujaron una figurita simplona y sin gracia que no despertó precisamente interés en el publico deportivo norteamericano (al que, para ser sinceros, poco importaba el Mundial por entonces). Los profesionales se decidieron por un perro. Guau. El mejor amigo del hombre fue el peor enemigo de la originalidad.


4. GOLEO - ALEMANIA 2006

Plaza Sésamo no pudo haberlo pensado peor. Para salir de la recurrencia virtual y los meros dibujitos, los diseñadores de Alemania establecieron su símbolo en una marioneta gigante, sin más. Para colmo de males, era un león. Y un león gordo, fuera de forma, que intentaba jugar al fútbol con la camiseta del seleccionado local. Vamos, muchachos, podrían haber pensado en algo mejor. Es difícil comprender que esta nación dura y cervecera quisiera identificarse con un blando y fofo felino. Lo más triste, quizá, fue la amistad que decidieron endilgarle al pobre muppet de la melena con una pelota virtual inmersa en carcajadas. Si la pelota se ríe, se imaginarán cómo nos habremos reído nosotros.


3. GAUCHITO - ARGENTINA 1978 / JUANITO - MÉXICO 1970

He aquí un caso -que no es uno, sino dos- en el cual la representatividad local ha sido confundida in extremis con la imagen de exportación comprada por los colonialistas. El gauchito porteño con bombilla en mano, el pequeño y rechoncho mexicano con sombrero. Nada más lejos que esas imágenes de lo que realmente es el pueblo de cada uno de esos países. En dos trazos, los cráneos publicitarios aplastaron siglos de historia y cultura. En el caso de Argentina, se agrega el nefasto simbolismo mundialista -más allá de lo que haya ocurrido dentro de la cancha- de servir como pantalla a una feroz dictadura militar. Al menos en México jugó un Brasil impecable.


2. TIP Y TAP - ALEMANIA 1974

Aún no han sido despejadas todas las dudas acerca de lo que querían simbolizar los dibujantes de este dúo germano. Quizá quisieron mostrar que en tiempos de una división explícita entre comunismo y capitalismo, el país se mantenía tan unido como el mundo que se trasladaba a él para jugar al fútbol en busca de un trofeo. Tal vez intentaban demostrar que la diversidad -ser alto y rubio; ser bajo y morocho- podía ser superada en un abrazo deportivo. A lo mejor apuntaron al sentido nacionalista más puro: los dos somos uno. Sea como fuere, el resultado final fue este risible retrato, más propio de una caricatura en los diarios que de un simbolismo de superación y esperanza. Más para las tiras cómicas que para la Copa del Mundo.


1. SPHERIKS - COREA Y JAPÓN 2002

Si hay un elemento definitivo que puede dejar clara para siempre la brecha cultural entre Oriente y Occidente, ése es la mascota de Corea-Japón. O bien, las mascotas. Las Shperiks, cada una con su nombre: Kaz, Ato y Nik. Muchas cuestiones misteriosas rodean a estos seres cuasi mágicos. En principio, ¿por qué son tres? O más importante aún, ¿tres QUÉ? ¿Monstruos? ¿Duendes? En algún punto, más que espíritu deportivo infunden un temor sereno de sudor frío. Y más allá de esto, ¿por qué uno tiene una bola de cristal? El miedo se agiganta si a una de esas criaturas sin origen se le atribuyen poderes mágicos. No parecen representar demasiado la pasión de un Mundial. Quizá no sea su culpa: el fútbol se inventó en Occidente.