Samuel Umtiti comparte vestuario con Lionel Messi y en dos temporadas ha aprendido a conocer la valía del argentino, su compañero en el Barcelona, su rival el sábado en el Mundial de Rusia.
"Estoy codo con codo con él cada día y sé que es muy difícil de parar. Tiene una calidad fuera de lo normal. Tenemos que intentarlo, pero que les quede claro, si nos centramos en él, habrá otros que nos harán daño", afirma el defensor de 24 años, propulsado en poco tiempo a ser uno de los pilares de la zaga francesa y blaugrana.
"Si no ataca él, atacará Banega", avisa el jugador, que comparece ante los medios en el cuartel general de Francia, en Istra, a las afueras de Moscú a 48 horas del duelo.
Umtiti ha caído bien en el vestuario del Barcelona y Messi, que es el capo, ha contribuido a su adaptación.
"Nos llevamos muy bien, es una gran persona, habla, sonríe, se divierte como cualquiera. No le he enviado mensajes, prefiero concentrarme en lo que vaya a pasar en el césped. Ya hablaremos después. Ahora no es el momento. Al menos, para mí", asegura el defensa francés.
Umtiti reconoce que todavía está aprendiendo. Es joven, lleva pocos años entre los mejores del mundo y tener a Messi a su lado es un curso acelerado.
"Tengo la impresión de que no vive el fútbol como los demás. Marca, vuelve a marcar, otra vez más, y nunca se cansa. Lo lleva dentro. No le gusta perder, siempre quiere ganar más títulos. Es algo que yo no me esperaba, porque cuando lo conocí ya lo había ganado todo", afirma el francés.
¿Todo? No, le falta el Mundial, la gasolina de su ambición desde que llegó a Rusia, una alquimia que, a medida que se acerca el partido asusta cada vez más a Francia.
"Honestamente, en el campo, sus controles, son impresionantes. Tiene un toque técnico que ningún otro jugador posee. Tiene un regate mortal. Desde que llegué a Barcelona me hace soñar", asegura el defensor.
Tantas son sus alabanzas al "10" de la Albiceleste que Umtiti se siente obligado de compensar: "No tenemos miedo, tenemos confianza en nuestras opciones".
Umtiti asegura que el Messi de Argentina no es el Messi de Barcelona: "No puede serlo, porque a su lado no tiene a los mismos jugadores. Barcelona juega de una forma totalmente diferente. En muchas ocasiones ha salvado a Argentina, cuando estaban al borde de la derrota. Es ahí donde hay que tener cuidado, porque es cuando más aparece su talento".
"Los argentinos son muy duros con él, no han entendido que pese a toda la calidad que tiene, no lo puede hacer todo él solo", afirma.
La admiración de Umtiti por Messi llega a tal punto que el francés afirma que "si fuera entrenador le pediría que no se molestara en defender".
"Él solo pude poner en jaque a dos o tres jugadores. Cuando tienes un jugador así, le puedes decir que se quede arriba tranquilo. Es un jugador aparte, no le puedes comparar con los demás", asegura.
La fama de Messi le precede y Umtiti está convencido de que no será necesario que les cuente a sus compañeros cómo es el atacante argentino.
Umtiti no da crédito a los mitos que afirman que la influencia de Messi en Argentina sobrepasa el terreno de juego y llega hasta el despacho del entrenado.
"No me lo parece. Creo que es el técnico quien toma las decisiones. Es posible que pida consejo a Messi, es normal, pero no creo que Messi sea el entrenador, es un jugador", dice. Pero no un jugador cualquiera.