Los partidos de eliminación directa siempre fueron un dolor de cabeza para Juan Carlos Osorio en la Selección Mexicana.
De cinco oportunidades que tuvo el colombiano al frente del Tri, perdió cuatro y ganó solo uno, que fue en los Cuartos de Final de la Copa Oro frente a Honduras.
La derrota en los Octavos de Final del Mundial contra Brasil se sumó a los descalabros en momentos de apremio que ha sufrido el Tri dirigido por Osorio desde que llegara al timón en noviembre de 2015.
El primero de todos y más doloroso por la manera, fue frente a Chile en la Copa América Centenario en junio de 2016. El 7-0 fue contundente en contra del Tri y puso en predicamento el proceso del colombiano, por quien se apostó a pesar de lo estrepitosa que fue la derrota.
Su siguiente oportunidad fue en la Copa Confederaciones cuando enfrentó a Alemania en las Semifinales y el saldo de nueva cuenta fue muy en contra, al terminar con una derrota 4-1.
El primer triunfo llegó después de todo. Fue apenas unas semanas después de caer contra los teutones en la Confederaciones. Honduras fue el rival en los Cuartos de Final de la Copa Oro y el Tri salió airoso, gracias al marcador de uno por cero.
En su oportunidad de equilibrar la balanza, sin embargo, el combinado mexicano volvió a desperdiciarla, luego de caer frente a Jamaica en las Semifinales de la Copa Oro.
Un año después y con la misión de superar la barrera de los Octavos de Final en una Copa del Mundo, el Tri se topó contra Brasil y el saldo fue el mismo que ocurrido desde 1994 y que marcó el proceso mundialista de Juan Carlos Osorio al frente del combinado mexicano.
Los encuentros de eliminación directa fueron un problema recurrente en el proceso del colombiano, quien acumuló una efectividad de apenas el 20 por ciento en esta clase de duelos, en los que recibió 14 goles y apenas anotó dos.