Fútbol Americano
Daniel Montes de Oca 5y

La sombra de Lainez y el esplendor de Macías

COLUMNA: ’EL PULSO’

CIUDAD DE MÉXICO -- Diego Lainez es un futbolista que tiene que aprender a jugar futbol… Y parece que cinco meses en Europa han ayudado poco y nada para que el mexicano adquiera cierta madurez.

Pasó en los partidos amistosos con la Selección Mayor que marcaron el debut de Gerardo Martino; antes también pasó en el América, y hoy en la presentación de la Sub 20 en el Mundial se repitió: Lainez no entiende de pausas, pues en cada intervención toma el balón y corre a máxima velocidad desafiando a sus rivales.

Tiene grandes virtudes, ciertamente, pero no sabe leer el juego. No distingue cuándo se debe encarar, cuándo conducir, cuándo apoyarse, cuándo rematar a gol. Él toma la pelota, la arrastra 50 metros y choca contra las paredes.

Frente a Italia se enfrascó en forcejeos, empujones, corretizas y patadas. ¿Asociarse? Nada. Con el ‘10’ en la espalda, Diego pretendió ganar el partido solo, y lo único que logró fue afectar un de por sí pobre funcionamiento tricolor, claramente respaldado por el técnico Diego Ramírez.

Lainez jugó pegado a la banda derecha los 94 minutos del encuentro y los italianos lo tuvieron claro desde el principio, por ello le hicieron el dos contra uno y convirtieron su presencia en una mera anécdota. Lo increíble es que el entrenador azteca no lo moviera de posición, o mejor aún, del campo.

Claramente el futbolista del Betis no está en ritmo ni en nivel, y mucho menos concentrado. Apenas tuvo minutos en España de enero a la fecha y pese a contar con un entrenador como Quique Setién al que Lainez se refería como “el maestro”, poco le aprendió en situaciones primarias del juego.

Está a unos días de cumplir 19 años y la calidad que tiene, aunado con esa necesidad que existe en México por encontrar héroes vestidos de futbolistas, ha generado que se le carguen responsabilidades mayúsculas para las que claramente no está preparado.

Diego Lainez es una promesa que no logrará convertirse en un futbolista sólido mientras no sea capaz de modular sus revoluciones, entender el juego, poner su talento al servicio del equipo y no para desafiar a los contrarios.

Hoy el nivel de Lainez fue tristísimo y se trata del único jugador del representativo Sub 20 que está en Europa.

MACÍAS, ESPERANZADOR

El lado opuesto de la moneda es José Juan Macías. Está en ritmo, con gran nivel, es inteligente, suele elegir bien y suma.

Con apenas un par de días de entrenamiento con la Selección apareció en el ‘11’ titular y justificó su presencia. En el primer tiempo ante Italia no apareció mucho, pese a que intentó ser el referente del ataque nacional.

Sin embargo, en el complemento fue el más claro con la pelota, salió del área para generarse las oportunidades que el equipo no fue capaz de provocar, tiene una capacidad infinita para disparar al arco con gran facilidad, e incluso puede arrastrar y eludir rivales.

Macías necesita socios y no los tuvo en esta ocasión, porque más allá de que resultó evidente el buen momento que vive, tampoco se pueden depositar todas las esperanzas en un solo hombre, mucho menos en una Selección.

Diego Lainez y José Juan Macías viven momentos contrastantes. El primero es una sombra; el segundo hoy vive iluminado.

^ Al Inicio ^