Chivas se instala en las semifinales tras eliminar al Atlas en el Jalisco

Mexsport

GUADALAJARA (ESPN.com.mx/Iván Cañada) -- Un partido que parecía ser una fiesta pura para muchos, quiso ser manchada por unos cuantos. El partido y los goles, ameritaban festejos, pero en este futbol de la actualidad, cada vez aparecen más acciones por lamentar, que sobrepasan la esencia del futbol. Chivas y Atlas dieron el espectáculo en la cancha casi durante 60 minutos, hasta que el desorden se apoderó de algunos aficionados y la Vuelta de los Cuartos de Final quedó manchada. Al final, lo ganó 4-1 Chivas en un triunfo agridulce ante lo vivido en el Jalisco.

En cuestión de minutos, ambos equipos se brindaron y pelearon cada pelota como si fuera la última. Si a eso se le añaden los golazos marcados, la celebración estaba completa. Era un partido de Liguilla en su máxima expresión. Rivalidad deportiva en la cancha. Nada más que eso. Dos equipos que querían ganar, que ansiaban el pase a las Semifinales y que dejaban todo sobre el campo.

Si todos querían hacer algo para los suyos, Marco Fabián fue el gran referente de los 22 en el campo. El mediocampista de 25 años dio una de esas actuaciones que quedarán guardadas en la memoria de los aficionados del Rebaño. Al minuto cuatro, después de un rechace de la defensa rojinegra, el '33' de los rojiblancos no se lo pensó dos veces y disparó de pierna derecha para dejar sin opciones a Vilar. Lo gritó con el alma y lo festejó con un baile frente a Boy, para encender más las emociones después del intercambio de declaraciones entre ambos a lo largo de la semana.

Tres minutos después, sin embargo, llegó la respuesta atlista. Juan Carlos Medina emuló a Fabián y mandó un misil imposible de atajar para Michel. El empate en los cartones era una realidad. El gusto le duró poco a Chivas. En solo unos segundos se generaron más emociones que todas las vividas en el Omnilife.

Fabián, motivado al mil por ciento, volvió a aparecer. Corría el minuto 16 y Marco otra vez probó suerte de larga distancia. En esta ocasión Vilar ya de plano ni se aventó. Lo vio imposible desde que el balón salió disparado del botín del jugador de Chivas. Esférico al ángulo y festejos rojiblancos.

Faltaba más. Otra vez Marco fue el protagonista, solo que ahora recibió el balón dentro del área, eludió a un par de rivales y fusiló a Vilar con un disparo de pierna izquierda. El pase a las Semifinales ya era celebrado por los del Rebaño. La situación ya estaba muy cuesta arriba para los Zorros.

El medio tiempo fue lo mejor para los de Boy. No así para sus aficionados que empezaron con los disturbios en las gradas. Ya se cocinaba lo peor de toda la velada. La situación ya empezaba a lamentarse. El futbol visto en los primeros 45 minutos parecía que iba a quedar de lado.

Cayó el cuarto gol de Chivas con Omar Bravo como autor y las emociones estallaron. Para los rojiblancos por la felicidad de un gol más ante su acérrimo rival, y de los rojinegros ante incredulidad ante lo visto. Eso causó el desorden de unos cuantos y el futbol no volvió a ser lo mismo.

El minuto 58 llegó y con ello se detuvo el encuentro por segunda vez. No fue por un lesionado ni nada por el estilo, fue a causa de algunos aficionados que se brincaron al campo y que encararon a los jugadores y cuerpo técnico del Atlas. Todo eso causó que durante casi 20 minutos se detuvieran las acciones hasta que la situación se calmara y la policía replegara a los rijosos.

El partido no dio para más. Los seguidores así lo quisieron. El futbol se manchó en México de nueva cuenta, mientras Chivas se quedó con el pase a las Semifinales, logro que no conseguía desde hace cuatro años. La fiesta pudo ser solo eso...