Barcelona remontó en dos minutos

Jordi Blanco | Corresponsal

BARCELONA (ESPN Digital) -- La noche del golpe sobre la mesa acabó siendo la noche del sufrimiento. El Barça, que precisaba, sin excusa, ganar y convencer para demostrar que sabe vivir sin Leo Messi sufrió de mala manera para sumar los tres puntos, conseguidos en un abrir y cerrar de ojos cuando el drama asomaba en el Camp Nou.

Ganó pero, para nada, convenció el equipo de Luis Enrique, a quien le salvaron, a él y al equipo en general, dos futbolistas apartados del once inicial sin demasiados argumentos. Sergi Roberto logró el empate y Munir se exhibió para regalar una asistencia de oro que transformó con un obús Suárez. Dos canteranos, no pocas veces criticados, salvaron los papeles.

Pero, mientras... Qué difícil se aventura sobrevivir a la ausencia de la Pulga.

Desafiante, irónico y un punto soberbio, Luis Enrique aseguró el martes que no necesitaba trasladar a ninguno de sus jugadores la necesidad de dar un paso adelante para ocupar el vacío de Messi. Dijo, también, que sustituir a Leo, "insustituible", significaba un reto para el equipo. Y entre lo que dijo y lo que no, nada se vio en el césped.

Se vio un Barça plano, sin una idea clara de juego, sin unas marcas preconcebidas y, lo peor, sin saber a qué atenerse. Sin llegarse al segundo minuto de juego tuvo el Bayer la primera y aunque el equipo azulgrana, atolondrado y desordenado, avisó un par de veces a Leno, al equipo alemán no le hizo falta tener otra ocasión clara: ya se ocupó de regalársela un Ter Stegen agazapado bajo los palos para comerse un corner de manera entre cómica y dramática.

En 22 minutos Papadopoulos se había encargado de poner patas arriba el Camp Nou y despertar todos los fantasmas del campeón. Esperando a que Neymar tomase el liderazgo y Suárez los galones, las broncas y suspiros le caían al pobre Sandro, móvil por todos pero negado ante la fortuna que los cracks parecían, incomprensiblemente, ni buscar.

Y, a la suya, el equipo de Roger Schmidt le fue tomando gusto a la noche y a la situación. Y si Neymar estrelló un disparo inocente y extraño, en el palo alemán, Chicharito perdonó poco después una ocasión tan clara que hasta hizo daño a la vista su remate a las nubes de Barcelona cuando el Bayer acariciaba un 0-2 excepcional.

Y si alguien pensó que en el entretiempo Luis Enrique sería capaz de cambiar el rumbo del encuentro su equivocación se demostró total en la segunda, en que se siguió viendo a ese Barça triste.

Pero la fortuna llamó a la puerta cuando Luis Enrique puso en el escenario a los dos hombres que de forma incomprensible había apartado. Entró Munir por Sandro a los 63 minutos y Sergi Roberto por Rakitic a los 72. Por ahí, en el campo seguía deambulando con más pena que otra cosa Alves, suficientemente retratado por si mismo... Aunque faltaba esa remontada imposible.

Llegó a los 80 minutos el empate con un remate de Sergi Roberto al rechace de Leno, entre la algarabía del público, que se daba casi por satisfecho con evitar una derrota que aventuraba clara. Y con el Bayer aún sin entender cómo se le escapaba el triunfo, el atrevimiento de Munir le permitió a Suárez sentenciar la victoria en el siguiente ataque.

Imposible de creer y, desde luego, difícil de justificar desde ningún merecimiento, el Barcelona se hizo con el liderato de grupo en la Champions. Sobrevivió el marcador a Messi pero la sensación fue peor que discreta.