Real Madrid contesta al Barcelona con otra goleada

MADRID (Paola Núñez | ESPN Digital) -- El Real Madrid se curó en salud tras la derrota en el clásico con una victoria por 2-6 sobre el Deportivo La Coruña que le permite seguir igualado en puntos con el líder Barcelona a tres jornadas del final, aunque con un partido menos que los azulgrana.

Pero fue la pegada blanca, y no otra cosa, la que hizo la diferencia.

No importa si es la BBC o las olvidadas joyitas de la banca. El potencial goleador mantiene a los hombres de Zidane en la pelea por la Liga. A pesar de las dudas, la falta de equilibrio y, sobre todo, su desastrosa defensa.

Volvió a lucir el ataque del equipo B del Real Madrid; ese que Zinedine Zidane desempolva cuando necesita lidiar con los rivales de media tabla hacia abajo. Como cada vez que se ve libre del cierto tedioso trío de elevado coste, Isco fue a brújula del ataque del Real Madrid y quien puso el espectáculo colaborando en cinco de las seis jugadas de gol.

También lució Morata, el que pide a gritos subir al pelotón de elite con su efectividad.

O Lucas, el que baja en silencio desde la grada para solucionar el problema con la falta de profundidad, y James, el que pone el coraje.

El Deportivo no se había terminado de acomodar cuando Morata, al segundo 52, puso el 0-1 en el marcador. Una ráfaga que los gallegos no supieron contener y que acabó con un precioso balón filtrado de Isco al área y el remate del delantero madrileño.

Sirvió para que el Madrid se quitara de encima la presión. Empezó el baile. En la cancha de Riazor existía un equipo y vestía de blanco. Se colaban por todos lados y nadie podía o sabía cómo detener al '22', que ya encarrilado, quería sentenciar lo más pronto posible.

Antes de que se cumplieran 15, James Rodríguez aumentó la ventaja a 0-2. Otra jugada a velocidad de los merengues que acabó con un centro raso de Lucas Vázquez desde la banda y un remate de artista del colombiano. Madrid se pudo poner 0-5 fácilmente de tanto que asedió a Lux. Y con tal superioridad vino el descuido que puso en relieve las carencias defensivas de los de Zidane y la falta de equilibrio en su equipo.

Apenas tuvo un balón a modo, el Deportivo marcó el del descuento. No necesitó más. Se escaparon a la contra y, para variar, pescaron a la defensa mal colocada. Y como también hay equipo B en defensa, era Danilo y no Dani Carvajal el que mal protegía por derecha a Kiko Casilla. El primer error fue de Kovacic. Incapaz de poner solidez a la zona defensiva de la media. Después fue Marcelo, que se dejó vencer con un exótico movimiento de espaldas en el mano a mano. Pero el que entregó la portería fue Danilo, que permitió el remate y acabó cayendo de sentón al césped. Nada pudo hacer Casilla para evitar que Andone pusiera el 1-2.

El eterno problema del Real Madrid.

Por suerte para Zidane, sus 'pequeños' también tuvieron pólvora y coraje para evitar que se les fuera de las manos.

Isco se sacó de la manga la mejor jugada del partido colándose hasta el corazón del área combinándose con Marcelo y ya cuando tenía mareados a los defensores del Deportivo, cedió para que Lucas marcara el 1-3 y el equipo merengue se fuera tranquilo al descanso.

La minada moral de los locales solo empeoró a partir de entonces, sobre todo cuando el técnico tuvo que enviar a Tyton en lugar del lesionado Lux, que había mantenido medianamente el barco a flote.

Real Madrid se lo tomó con un poco más de calma, pero seguía con ganas de hacer daño. La cuenta aumentó poco después de que se cumpliera la hora. La enésima jugada orquestada por Isco y Morata, que tras regatear al arquero en un mano a mano cedió el balón para que James pusiera el 1-4 con su segundo gol de la tarde.

Poco antes de abandonar el terreno de juego al 78, Isco puso broche de oro a su gran actuación con el 1-5. Un derechazo al poste lejano a un centro de Lucas desde la banda. Ya se hacían victoriosos y, claro, se volvieron a distraer dando otra oportunidad al Deportivo de maquillar el marcador. Lo hizo Joselu aprovechándose de la pasividad de Nacho, después de que Andone hiciera lo propio con el miedo del recién recuperado Varane a meter la pierna para ponerle un centro preciso al corazón del área. Anecdótico en cuestión de resultados - Casemiro pondría el sexto a dos minutos del final con un disparo lejano - pero que ilustra a la perfección la razón por la que, a tres jornadas del final y después de llegar a tener una cómoda ventaja de seis puntos, Real Madrid sigue sin tener cara de campeón.