Real Madrid goleó al Granada y alcanzó el récord invicto

Paola Nuñez I Corresponsal

MADRID -- Goleada y récord sin sudar. Real Madrid igualó la marca del Barcelona de 39 partidos sin conocer la derrota gracias a la victoria por 5-0 sobre Granada en el partido inaugural de la Jornada 17 de la Liga disputado este sábado en el Santiago Bernabéu.

Chamartín se pintó de dorado para homenajear a Cristiano, que presentó su cuarto Balón de Oro a la afición merengue acompañado por el resto de ganadores del trofeo que han pasado por las filas merengues, sin importar si lo ganaron como jugadores blancos o ya llegaron al equipo con el cartel de haber sido elegidos 'Mejor del Mundo': Raymond Kopa, Ronaldo, Michael Owen, Figo, Zidane y hasta Kaká y Fabio Cannavaro, que no acudieron a la cita pero enviaron un video de felicitación para goce de los aficionados.

Mientras todo eso ocurría, Granada contemplaba en silencio; al otro extremo del espectro, pensando en la supervivencia y en evitar que la 'celebración' de Cristiano terminase como la de hace dos años, cuando los de Alcaraz fueron testigos de la ofrenda anterior del '7' como antesala de una humillante goleada por 9-1.

Aunque el despliegue de poder de los hombres de Zidane no llegó a tal extremo, ha sido uno de esos partidos en que la abismal diferencia entre el Real Madrid y el rival en turno fue tan notoria que por mucho que hizo, pareció esforzarse poco.

Con la goleada sobre Granada, el equipo de Zidane llegó a 39 partidos oficiales consecutivos sin perder.
Con la goleada sobre Granada, el equipo de Zidane llegó a 39 partidos oficiales consecutivos sin perder.
EFE

Los merengues tuvieron el dominio casi absoluto del balón. Cuando lo llegaban a perder, tardaban uno o dos toques en recuperarlo. Menos trabajo les costó doblegar a la defensa más endeble del campeonato, que ayudó poco y nada a su portero, quien además, cometió un par de errores facilitando aún más la labor a los hombres de Zidane.

La cuenta merengue empezó con un robo de Kroos muy cerca del área en una acción en que pudo o no haber falta de Isco a Samper en el intento de presionar. De ahí en adelante, pases con precisión de reloj hasta culminar en gol. Del alemán a Karim Benzema y de éste un lateral a Isco, que batió con facilidad al mexicano por abajo.

El segundo llegó poco después de los 20 minutos con ayuda de Memo Ochoa y acompañado de polémica. Un disparo de Luka Modric - con Karim en claro fuera de lugar - que el arquero rechaza de frente y a los pies del francés, que sólo tuvo que empujarla. Brotaron las quejas de los hombres de Alcaraz por su posición, pero fueron en vano. La moral del Granada, que ya era un manojo de nervios, sólo empeoró cuando Cristiano, proclamado protagonista de la tarde antes de iniciar el encuentro, marcó el tercero con un cabezazo para culminar una espectacular jugada individual de Marcelo. Granada no había terminado de asimilar el golpe cuando al filo de la media hora se llevó el cuarto. Fue de nuevo el ex jugador del Málaga, otrora acérrimo rival de los nazarís y de nuevo en combinación con Modric, que se coló en el área y le dejó un balón pintado para rematar a placer.

A este punto el cuadro andaluz ya no tenía mucho que hacer más que evitar que el partido-celebración del cuarto Balón de Oro de Cristiano no acabara como hace dos años, con una humillante goleada por 9-1 con cinco tantos del portugués.

Pero el Madrid no había acabado.

Granada exigía poco y nada a la media merengue, lo que dio oportunidad a Zidane de reservar energías para Sevilla. Salieron a la cancha James y Marco Asensio en lugar de Kroos e Isco, lo que cambió el método de tortura al Granada, que ahora tenía que cuidarse de las llegadas a velocidad. Una de tantas propició el 5-0. Una falta a un costado del área en la que James puso un centro medido para que Casemiro, pegado al poste y sin que nadie le estorbara, ni Memo, pudiera marcar su primer gol en la campaña.

Del Granada, apenas noticias. Pensaban ya en que su lucha no era esta, si no la que tendrán la próxima semana frente a Osasuna, rival directo por la permanencia.