Celta condena al Espanyol en tiempo añadido

Iago Aspas y el defensa Hugo Mallo celebran la victoria del Celta frente al Espanyol,
Iago Aspas y el defensa Hugo Mallo celebran la victoria del Celta frente al Espanyol,
EFE

BARCELONA (Jordi Blanco, ESPN Digital) -- Un afortunado y excelente gol de Giuseppe Rossi en el minuto 91 le dio la victoria al Celta en Barcelona, donde derrotó cuando ya nadie lo esperaba al Espanyol, sentenciado en el último suspiro por otro golazo de Pione Sisto.

Un partido condenado al empate, en el que llevó el peso del juego el equipo de Quique Sánchez Flores se decidió a partir de la única ocasión clara que tuvo el equipo de Berizzo ya en tiempo añadido, condenando a unos periquitos demasiado penalizados en su suerte.

El equipo de Quique Sánchez Flores, que volvió a dejar en el banquillo a Diego Reyes y no pudo utilizarlo por las lesiones que penalizaron a Reyes o Leo Baptistao que le obligaron a utilizar otros futbolistas, se descompuso como no pudo imaginar después de 90 minutos en que, para nada, fue inferior al Celta.

Firme atrás, el equilibrio en el centro del campo se descubría como la clave para entender hacia donde quiere ir este Espanyol, que mantiene en Leo Baptistao a su delantero de referencia, tras haberle ganado el puesto a un Caicedo que apareció los últimos 40 minutos por la lesión del delantero brasileño.

Pero enfrente encontró a su propia imagen: un Celta que comenzó tan sereno como él y que con el transcurrir de los minutos buscó la velocidad de sus puntas para dar un golpe de efecto.

Así el partido mutó del respeto al atrevimiento y el vértigo, con dos equipos que en la última media hora parecieron ponerse de acuerdo en olvidarse de la calma y buscar una victoria que les catapultase en la clasificación. Moreno y Aspas emergieron como las puntas de lanza de los dos equipos en sus intentonas, que pusieron los nervios en las defensas contrarias por más que no tuvieran la fortuna de su parte...

Hasta que explotó todo por los aires. Apenas había levantado el asistente el cartelón que especificaba los tres minutos de alargue, un balón largo que le llegó a Rossi se convirtió en el 0-1, al levantar con maestría el delantero italiano el remate por encima de la salida alocada de Diego López.

El jarro de agua fría fue evidente entre la hinchada y los jugadores locales, que de roza la victoria se veían condenados a una derrota cruel. Así buscó con desespero el Espanyol el empate y acabó encontrándose con el golpe definitivo, ya en el último suspiro.

Pione Sisto tomó un control en su propia zona de medios y avanzó como si no existiera el mañana, corrió con excelencia llevando el balón hasta la corona del área del Espanyol y ahí soltó un derechazo raso y ajustado que acabó en la red.

Y que acabó confirmando un resultado inesperado. El Espanyol remató cuatro veces a puerta y no marcó; en tres del Celta, dos de ellas después del minuto 90, se sostuvo esa victoria.