Atlético de Madrid se 'atasca' en casa

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MADRID (Paola Núñez, corresponsal) -- Ángel Correa necesitó una hora y más de 15 intentos para adelantar al Atlético, que ya se hacía victorioso cuando de nuevo se llevó su dosis de realidad: sin goles no hay equipo que pueda mantenerse entre los contendientes al título.

Atlético de Madrid volvió a derrapar permitiendo que el Villarreal le sacara el empate 1-1 en el partido disputado este sábado en el Wanda Metropolitano de Madrid. Y ya son tres partidos de Liga, de los últimos cuatro, en que no puede pasar de la igualada.

A los rojiblancos les sigue costando un mundo marcar y más ante rivales que les tienen bien medidas las mañas como Villarreal.

Villarreal no es uno de esos rivales que al no tener más argumentos esperan al error ajeno; de los que se encierran en su mitad ante la potencia del local.

Todo lo contrario. Es un equipo que, sabiéndose de la misma categoría, si no superior en algunos aspectos, nunca deja de buscar el espacio para hacer daño aunque con ello deje un tanto desprotegido a Barbosa ante el contraataque rojiblanco - su teórico fuerte.

Pero ni esa situación que favorece el desarrollo de su juego, el Atlético pudo hacer gran cosa para adelantarse pronto.

Simeone, que sigue sin poder contar con los lesionados Yannick Carrasco y Koke, dejó el departamento del gol en un 'tridente' formado por Gameiro, Griezmann y Correa. Un tridente en franca depresión y preocupantemente desatinado, tanto en los tiros como en las decisiones.

Gameiro envió dos balones a las nubes mientras Griezmann, que sigue sin encontrar la magia perdida, deambulaba sin mucha dirección y en su engolosinamiento, desperdiciaba más oportunidades de lo que acertaba a exigir a Mariano Barbosa. Correa no podía hacer mucho más que jalar marca, o intentar abrir espacios, hasta que decidió tomar cartas en el asunto y aprovechar un mal disparo de Griezmann como si pase de gol se tratara para abrir el marcador.

El Atlético respiró, pues a medida que pasaba el tiempo aumentaba la angustia por las oportunidades falladas y los cada vez más frecuentes acercamientos del Villarreal.

Pero el Atlético, trágicamente fiel a sí mismo, se replegó encomendándose a Jan Oblak en lugar de buscar el segundo y lo pagó tirando dos puntos por la borda.

El cuadro rojiblanco logró mantener el cero en la puerta gracias oportunas intervenciones de Jan Oblak y la sagacidad de Stefan Savic, que tuvo uno de esos días en que apareció en el momento que debía para cortar la llegada más clara del Villarreal en una escapada de Bakambu en la primera parte.

Pero caminó demasiado cerca del borde y a nueve del final, Carlos Bacca acabó poniendo el 1-1 de un cabezazo tras superar a Godín en un tiro de esquina.

El Atlético de vaso medio lleno mantiene el invicto y, de momento, la posición de privilegio en la tabla. Pero en un plano real y mucho más obscuro, no deja de llamar la atención que acabó con el tercer empate en los últimos cuatro partidos de Liga y que hace más de un mes que no puede marcar más de un gol. Cuando marca.