Benzema vuelve a dar la cara por el Real Madrid

Bezema comemora seu 19ª gol em LaLiga
Bezema comemora seu 19ª gol em LaLiga
GABRIEL BOUYS/AFP/Getty Images

MADRID (Paola Núñez, corresponsal) -- Karim Benzema es el único destello en la oscuridad merengue. Un triplete del francés dio al Real Madrid la victoria por 3-0 sobre el Athletic de Bilbao en el encuentro disputado este domingo en el Santiago Beranbéu.

Real Madrid se aburre de repetir sin cesar el último argumento institucional para explicar la decadencia, que es difícil pelear por nada, para después salir a dar una demostración incontestable del mismo. El Madrid no puede con su propio peso.

Del primero al último piden respeto a "estos jugadores" que lo han ganado todo con un altavoz, pero salen a la cancha y resulta que de ese Campeón de Europa le queda poco más allá del amor propio de Karim Benzema, que se niega a caer en el olvido.

Mientras el resto justifica la decadencia como falta de costumbre a verse como un equipo ordinario y sin posibilidades, Karim, desde el silencio, se muestra perfectamente adaptado a su nueva realidad. La del salvador del equipo a falta de mayor potencial goleador.

Nunca fue el prolífico goleador que mantenía el equilibrio, pues siempre hubo alguien más que asumiera esa responsabilidad. Él se dedicaba a lo suyo, crear más que buscar la red, aunque le llovieran críticas, precisamente, por no marcar.

Hoy no tiene más alternativa que asumir el papel de '9' y lo hace a conciencia. Si le cuesta abrirse paso es porque no hay otro Karim que le cuide las espaldas y le surta suficientes balones.

Ante el Athletic, y con el Madrid en control de la cancha y el balón, se pasó media hora esperando un balón; un centro digno del aún monarca continental. Le llegó desde las botas del único jugador que salió con ganas de lucir. Marco Asensio.

Fue un primer intento algo débil, pero la combinación daría frutos apenas comenzar la segunda parte.

Un centro perfectamente medido del 20 encontró la cabeza de Benzema, bien colocado en el corazón del área, para ganarle en el salto a la marca. El tanto que significó el 1-0 fue el sexto gol de Karim Benzema en los últimos cinco partidos. Y también el sexto gol de los últimos seis que había marcado el Real Madrid hasta ese momento.

La cuenta subió a siete a 15 del final. Y a ocho para cerrar.

No pudo llegar un minuto más temprano, pues además de sellar la victoria merengue, ayudó a 'distraer' a la afición en medio de un tenso ambiente.

Gareth Bale había entrado cinco minutos antes para sustituir a Toni Kroos y se encontró con el rechazo - ya habitual - de la grada. Con cada toque, una rechifla más sonora que la anterior. Y a diferencia del francés, Gareth Bale no logra ajustarse a esa - cruel - realidad.

Llegó la oportunidad de un tiro de esquina y no pudo cobrarlo. Acabó siendo Modric el encargado del lanzamiento. La decisión, a la postre, fue benéfica para el conjunto merengue.

El balón volvió a encontrar la cabeza de Karim Benzema, que de nueva cuenta le ganó en el salto a la marca.

Con en 2-0 a favor, la grada se olvidó de Bale por unos minutos... hasta que faltando uno para el final, al galés se le ocurrió probar a Herrerín con la mala fortuna de enviar el balón demasiado alto. Se llevó la última rechifla a modo de agradecimiento por el esfuerzo.

Benzema, de nuevo, le quitó lo incómodo al asunto de un zarpazo, esta vez casi patrocinado por el arquero del Athletic, que en un burdo intento de despeje, muy lejos de su área, dejó el balón muerto para que Modric o Benzema hicieran lo que quisieran con él. Y fue el francés, como debía ser, que puso el 3-0 final a puerta vacía.