Atlético de Madrid se mantiene al acecho del Barça

OSCAR DEL POZO/AFP/Getty Images

MADRID (Paola Núñez, corresponsal) -- Atlético afila las uñas pero le falta el gol. El conjunto rojiblanco venció por 1-0 al Levante gracias al VAR para cerrar la primera vuelta del campeonato afianzado en la segunda posición.

Un tiro desde los once pasos, después de casi una hora de juego, le puso la victoria en bandeja al conjunto rojiblanco. Cobró, quién si no, Antoine Griezmann. Con el tanto que significó el 1-0, el atacante francés llegó a cinco partidos consecutivos en la Liga viendo puerta. Seis goles (y una asistencia), de los últimos nueve que ha marcado el Atlético de Madrid.

Griezmann. El único que a falta de un centro delantero de garantías es capaz de resolver de cara a puerta.

El Atlético es un reloj de precisión para todo lo demás. Koke recuerda al Koke de 2014 en el control del centro de la cancha y la presión. Thomas, ante la ausencia de Saúl, le da fluidez al juego, mientras Santiago Arias y Vitolo siguen ganando terreno para pelear por la titularidad, sobre todo el segundo, que fue despedido con una ovación cuando salió de cambio por Kalinic a 15 minutos del final después de realizar un gran trabajo creando oportunidades y haciendo ver su suerte al lateral del Levante.

Luego está Oblak. El último bastión. Aseguró una puerta a cero más con al menos tres intervenciones, incluyendo un recorte dentro del área para evitar que el balón llegara franco a un rival.

El Atlético, sin embargo, no supo aprovechar más que la enésima decisión polémica del videoarbitraje, que decretó el tiro penal de una mano de un jugador del Levante, accidental y de espaldas, dentro del área.

Hasta entonces, la fortuna y el VAR se habían cebado con el equipo rojiblanco. Stefan Savic tuvo que retirarse por molestias musculares antes de que se cumplieran diez minutos de juego. Su lugar fue ocupado por José María Giménez, que había sido reservado para la Copa a media semana, ante la ausencia de Lucas Hernández, que aunque ha recibido el alta médica fue a la grada.

Un minuto después, el árbitro, tras consultar al VAR, anuló el tanto que podía dar un poco más de tranquilidad al Atlético de Madrid. En la que probablemente fue la jugada más bonita de los rojiblancos, Vitolo había filtrado un pase justo al borde del área para Koke, que se coló entre dos defensas para batir a Oier con un disparo cruzado. Pero al VAR no se le había escapado una falta de Rodrigo Hernández en el centro de la cancha.

Cuestión de criterios y al Atlético le tocó uno demasiado rigorista.

Pero el Atlético, por una vez, no se desesperó. Mantiene el ritmo y perfecciona su propia fórmula para el éxito. Dejar que el rival se desgaste; controlar y después lanzarse al contraataque a toda velocidad, ya sea a través de Vitolo o de Correa.

Así transcurrió el resto de la tarde. En un ir y venir del Atlético haciéndolo todo menos marcar.