Un Barcelona atómico se exhibe ante el Mallorca

El club blaugrana vivió un día de campo frente al Mallorca.
El club blaugrana vivió un día de campo frente al Mallorca.
EPA

(Jordi Blanco, BARCELONA) -- El Barcelona sigue al mando de la Liga tras despachar al Mallorca con un incontestable 5-2 en una noche especialmente feliz en el Camp Nou. El líder necesitaba una inyección de autoestima como la que disfrutó para apartar del plano cualquier duda que pudiera existir a su alrededor. Completó un excelente partido... con una primera mitad sobresaliente, una exhibición soberbia.

Marcó Griezmann, lo hizo Messi, otro hat-trick maravilloso, y también Suárez, sumando goles el tridente por tercera vez esta temporada en un mismo partido tras haberlo hecho ante Eibar y Borussia Dortmund. Aunque fue ante el Mallorca cuando su poder realizador se acompañó de un juego colectivo atómico.

El Mallorca no tuvo ni tiempo a tomar las medidas del campo cuando comenzó a recibir una auténtica avalancha. El Barça corrió, presionó, combinó, tocó, remató... Lo hizo todo y todo bien. O, más aún, lo hizo a la perfección en un primer tiempo en el que recordó al de sus mejores días y que pudo cerrar con una goleada de auténtico escándalo que evitó Reina, impotente ante la genialidad aunque excelente en el juego terrenal, salvando hasta tres ocasiones de oro a Busquets, Messi y Suárez.

El equipo balear, que volvía al cabo de seis años al estadio azulgrana, quiso afrontar el partido a la defensiva y buscando asustar a la contra, pero le fue inútil. De un corner a favor a los siete minutos encajó el 1-0 tras un saque de puerta sobresaliente, largo, de Ter Stegen que sentenció Griezmann con una carrera de 60 metros fantástica para batir en su salida al meta del Mallorca.

Poco después del cuarto de hora logró Messi con una rosca-volea muy lejana espectacular el 2-0, apenas después de que Reina salvase el cabezazo de Busquets y para entonces la pesadilla ya era absoluta para los jugadores de Moreno.

Combinando y divirtiéndose, con un centro del campo formado por Busquets, Rakitic y De Jong que mandó como quiso, el Barça pudo marcar otros dos goles antes de la media hora, evitando primero el poste y después Reina que Suárez y Messi ampliasen la renta... Hasta que, pareció, el partido podía reabrirse.

Logró plantarse en el área Budimir y su disparo tocó en el pie de Lenglet, provocando una parábola que sorprendió a Ter Stegen y silenció la euforia del Camp Nou... Una euforia que regresó a lo bestia en la recta final del primer acto. Fue Leo con una volea soberbia desde la frontal quien tranquilizó con el 3-1 y fue Suárez quien, tras una jugada colectiva espectacular, logró el 4-1 con un taconazo que llamó directamente a convertirse en el gol de la temporada.

SIN OPOSICIÓN

Descomunal en su juego, el Barça había completado la mejor primera parte desde hace muchos meses sometiendo a un rival rendido a la evidencia y que encaró el segundo acto con la evidente intención de minimizar los daños cuanto fuera posible.

Y viéndose desde el mismo inicio que el campeón mantenía el hambre y las ganas de seguir mordiendo, presionando arriba, corriendo y apretando a los baleares, desesperados por mantener el balón lo más lejos de su área.

Un jugadón de De De Jong estuvo cerca de acabar en gol de Griezmann, salvado otra vez por Reina, que poco después atajó un remate de primeras de Suárez cuando el Barça ya había empezado a levantar el pie del acelerador, llegándose a la hora de un partido sentenciado por la vía rápida y con una demostración de grandeza futbolística fuera de lo común.

En plena relajación el Mallorca acortó distancias por medio otra vez de Budimir, aprovechando el error fatal de Ter Stegen al no responder a un centro que debía ser suyo sin oposición y en pleno festival de Reina aún pudo poner el 4-3 en el marcador, en un remate que rebotado provocó una manopla milagrosa del meta alemán, que a cada partido deja para el recuerdo alguna actuación digna de su estrella.

No había mucho más que decir en la noche hasta que Messi decidió cerrar su fiesta particular con otro gol, el hat-trick, con un obús al que no pudo más que responder con la mirada el meta balear para colocar el 5-2, en la séptima victoria liguera consecutiva como local y cuarta goleada, tras las recibidas por Sevilla, Valladolid y Celta.

A las dudas respondió con futbol, con Messi, con el grupo, con el fútbol y con goles. De esas noches que invitan a reconciliarse con todo. Y por todo.