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Los hermanos Fonseca, y el peso de la carrera de su padre, Daniel: "Él hizo su camino y tenemos que hacer el nuestro"

Nicolás y Matías Fonseca, futbolista de Wanderers, hablaron en el programa “Polideportivo” (Teledoce) sobre su presente en el club, su relación como hermano, y las diferencias entre el fútbol italiano y el uruguayo.

Nicolás, de 24 años, es una pieza clave en el mediocampo del equipo Bohemio, mientras que su hermano Matías es delantero, tiene 22 años y está teniendo sus primeros minutos en el club, donde pudo anotar su primer gol en el último partido ante Danubio. Ambos nacieron en Napoli, Italia, y se criaron en Como. Si bien el mayor ya estaba en Uruguay desde 2021, donde jugó en River Plate; Matías llegó hace tres meses a vivir a Montevideo y habló sobre su adaptación: “lleva un tiempo, pero estoy contento, es mi segunda casa, veníamos de vacaciones y ahora es la primera vez que vengo a vivir, me estoy adaptando 10 puntos”.

El mediocampista estuvo en las inferiores del Milan y del Novara en Italia, mientras que Matías hizo todas las formativas en el Inter, además de tener algunas cesiones en la Tercera División de ese país. Nicolás contó que la pasión de ambos por el fútbol uruguayo siempre estuvo debido a su padre, Daniel Fonseca, recordado exfutbolista de Nacional, campeón de América con Uruguay en 1995, mundialista en 1990 y con un extenso paso por el fútbol italiano en clubes como Juventus, Roma, Cagliari y Napoli. “Por mi padre, nos llevaba a tener ese corazón charrúa, estábamos pendientes del fútbol uruguayo. En los últimos años creció mucho, llegamos en una etapa donde ha avanzado bajo todo punto de vista: las canchas, los estadios, el nivel de juego. Yo no noté mucha diferencia con Italia”, indicó el volante del Bohemio.

Añadió que “el juego de la Tercera División de Italia es parecido al de la Primera de Uruguay”, pero que el fútbol uruguayo tiene jugadores con mayor calidad individual. “Está ese jugador ‘distinto’ que allá en Tercera es más difícil de encontrar. Allá son partidos más enredados, más difíciles, las canchas están en peor estado. Todos piensan que van a Italia y van a Disney”, comentó.

Nicolás no pudo afianzarse en River Plate y tomó la decisión de terminar su contrato con el Darsenero para pasar a Wanderers, donde actualmente se transformó en un jugador clave del equipo que dirige Sergio Blanco. “Daniel Carreño y Mauricio Nanni me abrieron las puertas. Creo que lo único que me faltaba era la confianza del entrenador, jugar cada domingo. Siempre digo que el mejor entrenamiento es el domingo, podés entrenar toda la semana, pero jugar cada fin de semana 90 minutos te da una confianza y una madurez que no generás en el día a día, aunque sí generás todo el trabajo que se necesita. En Wanderers hubo esa conexión enseguida, las cosas están muy claras, sabía que empezaba de atrás, y a la semana estaba jugando. Se dieron las cosas con Daniel Carreño, y después vino el ‘Chapa’ y siguieron los minutos. Ahora hace un par de meses que vengo con continuidad”, señaló.

Matías, por su parte, es más nuevo en la escena local, pero también ha logrado sentirse a gusto, al tiempo que reconoció que hacer su primer gol contra Danubio fue “una liberación”: “ya eran bastantes meses que no hacía un gol, hacerlo ahí y cerrar el partido fue un alivio”, contó. También reconoció que le costó un poco adaptarse al fútbol uruguayo, al modelo de juego, pero entiende que viene progresando de manera correcta. El menor de los Fonseca se definió como un delantero al que le gusta bajar a recibir y jugar con la pelota, pero que lo que más disfruta es picar en profundidad por detrás de los defensas para aprovechar los espacios de cara al gol.

En las inferiores del Inter de Milán, le pasó de entrenar con el primer equipo cuando todavía estaban Diego Godín y Matías Vecino, de quienes destacó cuánto lo ayudaron y aconsejaron en esa etapa. Ahora, tras algunos préstamos en la Tercera italiana donde no gozó de tantos minutos, decidió que “era un momento de dar un paso diferente” en su carrera, y llegó a Uruguay. “Quería venir al fútbol uruguayo, que siempre lo vi desde chico. Estaba Nicolás también y me habló muy bien de cómo era todo acá. Decidí dar el paso y se dieron las cosas y estoy acá”, indicó.

Ambos tienen contrato con el Bohemio hasta diciembre de 2024, y si bien reconocen que tienen sueños de crecer y seguir mejorando en sus carreras, eligen disfrutar del presente y de poder cumplir la meta de compartir un plantel entre hermanos. Incluso, para Nicolás, estar en cancha cuando Matías marcó el gol contra Danubio fue uno de los momentos más felices de su vida, según contó. “Es el sueño cumplido: jugar juntos y gritar el gol de mi hermano, es inexplicable”, expresó el mediocampista.

Debido al pasado de su padre en Nacional, fueron consultados sobre su conexión con el Bolso, aún sabiendo que el club de su corazón es el Napoli debido a su familia materna. Respecto al tricolor, Matías reconoció que “la familia tiene esa cercanía al club”, y que ellos, estando en Italia, no estaban tan pendientes de la actividad del equipo. “Al no vivirlo de cerca, es distinto. Está esa cercanía por mi padre, es un club que lo hizo crecer y lo lanzó en el fútbol, está ese agradecimiento y cariño, pero al estar en Italia, es diferente”, comentó.

Daniel, su padre y representante, participó de la entrevista vía telefónica y dijo que tener a sus dos hijos jugando juntos en primera división “es lo que todo padre sueña, primero, que sean felices, independientemente de lo que hagan”. Contó que Nicolás y Matías “aman el fútbol desde pequeños”, y que siempre supo que tenían cualidades para ser profesionales.

“En un momento, consideré: ‘vamos a Sudamérica que les va a dar experiencia, van a salir de Italia, van a crecer como hombres y madurar’. Junto a su madre, siempre les obligamos a estudiar, crecer y madurar, y que si no estudian, de nada sirve jugar a la pelota. Estamos orgullosos de tener dos pibes a los que es un placer escuchar, poder intercambiar opiniones y discutir con ellos. Eso es lo lindo de nuestra relación de ida y vuelta”, expresó el exjugador.

Daniel Fonseca también dijo que lo que más admiraba de sus hijos era que “son 100.000 veces más profesionales” que lo que era él. “Ellos comen, duermen y viven para el fútbol. Entrenan a la mañana con Wanderers, y hacen gimnasio a la tarde, compensando... No sé todos los misterios que hacen los deportistas de hoy. Los admiro porque han madurado mucho y es el camino para poder empezar a que den frutos”, indicó.

Nicolás comentó que no le pesa tener el apellido Fonseca y tener que hacerse un nombre en el fútbol por sí mismo, a la sombra de lo que fue la carrera de su padre. “¿Cómo va a pesar? Él es papá, no es Fonseca. Lo que hizo nos genera un orgullo enorme. Cuántas veces vi videos de sus goles, me encanta que la gente me hable de él. Como fuimos criados por él y por mamá, siempre con mucho amor y unión familiar, de eso va”, expresó el mediocampista. Por su parte, Matías dijo que su padre siempre ha tenido un contacto muy cercano con ellos, que tienen una “relación increíble”, y que se siente “orgulloso de ser su hijo”. “Por el lado futbolístico, no me siento en competencia con él, él hizo su camino y tenemos que hacer el nuestro”, señaló el atacante.