El fútbol uruguayo tiene particularidades difíciles de explicar. Peñarol recibe este sábado a Rampla Juniors, por la tercera fecha del Torneo Clausura, y se da la particularidad de que los picapiedras entrenaron toda la semana en las instalaciones de su rival.
Sí, así como lo lee. Rampla entrenó en Las Acacias (Estadio Damiani) como reveló su propio entrenador, Oscar Merli, que bromeó diciendo: “No sabíamos si nos iban a abrir la puerta esta semana, pero por suerte nos dejaron pasar a entrenar”.
En declaraciones al programa Derechos Exclusivos de Radio Uruguay, Merli agregó: “Por suerte Peñarol tiene varias instalaciones y Las Acacias para alquiler y ahí entrenamos esta semana. Ya hemos ido otras veces”.
A inicios de la actual temporada se generó entre ambos equipos un recordado hecho donde el entonces presidente de Rampla, Roberto Fernández, expresó en el programa Minuto 1 de Carve Deportiva, que Peñarol le había prestado dinero para cancelar deudas y poder iniciar el campeonato.
Unos días después el presidente carbonero, Ignacio Ruglio, aclaró en Canal 10 que: “No es que Peñarol haya aportado algo directamente. Fue un tema de recaudación y venta de entradas. En principio, para evitar que la gente de Rampla vaya al Centenario (sus hinchas estaban suspendidos), Peñarol podía vender solo entradas para socios, porque eso evitaba que cualquier persona que no fuera socio sacara entrada. Sin embargo, el expresidente Daniel Bianchi me llamó y me propuso una alternativa”.
Ruglio agregó: “La propuesta fue hacer una trazabilidad, entre todas las empresas que sacan tickets, de las asistencias de los hinchas de Rampla en los últimos dos años. Anulamos todas esas cédulas y, en su lugar, ingresarían aproximadamente 10.000 entradas, en vez de 5.000, ayudando a la caja de Rampla. Ellos entendieron que recibirán 60, 70 u 80.000 dólares más de recaudación, que es mucho”, expuso.
En aquel partido que terminaron ganando los aurinegros, se generó otro hecho curioso: la ausencia de la barra de aliento de Peñarol.
Horas antes del partido que los aurinegros jugaron ante los picapiedras, el núcleo principal de la hinchada de Peñarol inició su tarea de despliegue de banderas en las tribunas. Como ocurre habitualmente, el alambrado del talud fue tapado por los denominados “trapos”. El partido comenzó y, para sorpresa de todos, la barra Ámsterdam brillaba por su ausencia. Pero lo más sorprendente ocurrió a los 10 minutos del partido cuando, los hinchas del carbonero que estaban en la tribuna, comenzaron a descolgar las banderas.
De acuerdo a lo que trascendió, Peñarol tiene un acuerdo con un grupo de 100 hinchas de la barra que integran una lista e ingresan a la cancha presentando cédula. Previo al juego con Rampla la barra pretendió que ingresaran más personas de las habilitadas. Ante la negativa de los porteros de la tribuna, decidieron no entrar a alentar al equipo.