"Hay cosas que molestan. Acá se habló demasiado, se agrandó la cosa, cuando no era para tanto. En fin, son cosas que pasan en el fútbol y uno se tiene que adaptar", dijo resignado el "Chori" Domínguez acerca del contrapunto entablado entre el cuerpo médico de River y los facultativos que lo operaron.

Junto a sus padres y sus representantes, el "Chori" decidió unilateralmente la praxis médica, sin informarle al doctor Luis Seveso, el principal galeno de River, quien al día siguiente de la intervención aseguró desconocer toda información acerca de su resultado y opinó que "podría haber esperado un tiempo más".

Contrariamente, Gustavo Ríos, el médico deportólogo que lo operó el sábado, acordó con el juvenil atacante y con los apoderados realizarla porque -según aseguró un allegado a Domínguez- "el tobillo no había quedado bien" de la primera cirugía, cuando se quebró en el Mundial Sub 20 Argentina 2001.

"Ahora estoy rehabilitándome, pero no hubo ningún problema ni nada raro. Tomé la decisión de operar cuando me dijeron que no podía jugar por la lesión de los isquiotibiales y había más tiempo de recuperación - enfatizó-. Pero (la intervención) ya estaba programada, la teníamos que hacer y si se fue postergando fue porque River peleaba el torneo y Copa" Sudamericana.

Recordó que sentía "dolores normales en el tobillo, pero no podía seguir jugando así. Pero ya está. Lo importante es que todo está muy bien ahora, y que también estoy agradecido con River, porque desde que se tomó decisión de operarme el club no hizo más que apoyarme".