Como consecuencia directa de esta reunión a la cual no fue invitada ni la AFA, ni Agremiados, el Poder Ejecutivo Nacional envió al Congreso un nuevo proyecto de ley de seguridad deportiva para terminar con la violencia en el fútbol, que eleva las penas de los delitos y crea la figura de homicidio por "odio deportivo" estableciendo prisión perpetua para quien lo cometa.

En esa reunión participaron el ministro de Justicia, Jorge Vanossi, el secretario de Turismo y Deporte, Daniel Scioli, el jefe de gabinete, Jorge Capitanich, el ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, y el secretario de Seguridad, Juan José Alvarez.

Sin dudas, las tempranas declaraciones del Presidente de la Nación, Eduardo Duhalde, en favor de la no suspensión de la actividad futbolística, dio vuelta una reunión donde los participantes llegaron con la idea primaria de paralizar el torneo tras los episodios de violencia registrados en Chacarita-Boca y River-Chicago.

Con respecto a la posible ampliación del operativo de seguridad para el Superclásico del domingo entre Boca y River a las 17,10, Alvarez señaló que el Comité de Seguridad "evaluará el miércoles" los pasos a seguir para ese encuentro en particular.

En declaraciones posteriores a la reunión, Scioli señaló que "existe una fuerte voluntad política" de los legisladores para tratar y aprobar el nuevo proyecto de ley "a la brevedad", posiblemente esta misma semana.

También adelantó que participará de las reuniones que se produzcan junto con el secretario de Seguridad a las Comisiones de Legislación Penal y de Deporte la Cámara de Diputados para que la iniciativa pueda pasar "rápidamente al recinto".

De esta manera, los funcionarios tomaron nota del "nacimiento" de los últimos incidentes. Las emboscadas de los hinchas de Racing a Independiente y de los de River a Chicago y de los "reclamos" de la barra de Chacarita para con los dirigentes de la institución. Por su parte, Vanossi, quien junto a Alvarez siempre estuvieron en favor de la continuidad del campeonato, resumió los principales puntos del proyecto que, entre otras cosas, crea el Comité de Seguridad del Deporte, que se ocupará de este tipo de cuestiones. En lo que fue un claro mensaje hacia la AFA, Vanossi señaló que "lo que no puede haber es tolerancia, complacencia por parte de los dirigentes del fútbol".

El ministro detalló que el nuevo proyecto, que modifica la ley 24.192 de seguridad en espectáculos deportivos, extiende su aplicación a "los hechos cometidos en el trayecto cubierto por los aficionados al momento de dirigirse o retirarse del evento", que antes no estaban contemplados, y también tipifica como delito faltas que antiguamente eran consideradas sólo contravenciones.

En ese sentido, precisó que se eleva a delito "la introducción, guarda o portación de armas blancas, elementos punzantes, incorporando penas de tres meses a dos años de prisión", así como la "portación de pirotecnia, con penas de un mes a un año de prisión".

Vanossi señaló también que serán considerados delitos "la acción de arrojar líquidos tóxicos o irritantes, con penas de un mes a un año" y también "la incitación a la violencia por parte de los organizadores, dirigentes o deportistas, con penas de un mes a 9 meses de prisión".

El funcionario indicó que otro de los puntos centrales del proyecto crea la figura de "homicidio por odio deportivo, siéndole aplicable la pena de prisión perpetua".

Por último, la iniciativa contempla también la incorporación del derecho de admisión a favor de las entidades deportivas, y "establece como órgano de aplicación a la secretaría de Seguridad de la Presidencia concediéndole la facultad de dictar normas en materia de seguridad y establecer clausuras".

El secretario de Seguridad aseguró que en el Gobierno existe "la voluntad política" de terminar con la red de complicidades que ampara en cierta forma la violencia en el fútbol, pero destacó que esto sólo es posible con la colaboración de todas las partes involucradas, es decir, la AFA, los clubes y sus dirigentes.