Conclusiones: el equipo funcionó de a ratos y la actitud en algunos casos fue buena y en otros no tanto. Aunque eso deberá decirlo el entrenador. España empató 1-1 (gol de Raúl Tamudo tras brillante pase de Joaquín) contra una ciclotímica y tímida selección húngara y así comenzó a desandar un nuevo camino.

Iñaki Sáez es un perfecto desconocido para el fútbol en general. En España un poco menos, pero tampoco tanto. Sáez es como el José Pekerman español. Se encargó los últimos seis años de dirigir brillantemente a las categorías juveniles consiguiendo logros muy valiosos en distintas edades. ¿Los últimos? Campeón del Mundo Sub-20 en Nigeria y medalla de Plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. ¿Y así y todo no es muy conocido en España? No, porque los españoles no son hinchas de su selección como sucede con los equipos sudamericanos, por ejemplo. Y sólo prestan atención en el momento que llegan los eventos.

Un dato que puede servir perfectamente como ejemplo. Raúl Bravo es un lateral izquierdo de la cantera del Real Madrid. Esta temporada lo subieron para que sea el suplente de Roberto Carlos. Como en esa posición escasean en la Liga los futbolistas españoles, Sáez lo quiso probar. Cuando le preguntaron al pibe si la convocatoria lo había sorprendido, contestó: "Sí, la verdad que sí. Bueno… me sorprendió más porque ni siquiera sabía que había un partido de la selección". ¿Se imaginan lo mismo en Argentina? ¿A algún jugador de Primera podría pasársele por alto una convocatoria? Paradójicamente, Bravo fue uno de los mejores de España.

Lo mejor de Sáez es que confía en "sus" chicos, ya que ellos le respondieron en su debido momento. Entonces, al conocer tanto a tantos jóvenes, la renovación de la selección española está asegurada. Sobre todo porque el entrenador tiene el coraje de darles una oportunidad.

Un par de piezas había que renovarlas por obligación. Tras el Mundial, Fernando Hierro y Luis Enrique renunciaron a seguir participando con la selección. El defensor del Real Madrid, por una cuestión de edad (tiene 34), prefiere dedicarse por completo a su club. El del Barcelona, en cambio, no dio motivos, aunque probablemente se haya dado cuenta de que son varios los pibes que vienen pisando fuerte. Sin dos referentes, Raúl quedará como el tipo de más experiencia y se transformará en el capitán del equipo. El miércoles por la noche estrenó la cinta.

La mayor revolución de nombres se produjo del mediocampo hacia atrás. Además de Bravo, en la primera lista aparecieron nombres no muy llamativos como los de García Calvo, Juanito y Marchena, defensores del Atlético de Madrid, el Betis y el Valencia respectivamente. Los tres fueron dirigidos por Sáez en juveniles y gozan de su plena confianza. De Marchena, por ejemplo, el técnico dijo: "Tiene que ser el sustituto de Hierro". Pavada de responsabilidad.

Otra cosa buena de Sáez es que los mejores jugadores siguen estando: Raúl, Valerón, Mendieta, Joaquín, Casillas, Xavi… Ahora le quedará la difícil misión de conjuntarlos, aunque cuando la calidad es el denominador común, será más sencillo.

Por lo pronto, España dio tres buenas señales. A saber:

1) Xavi está capacitado para dirigir al equipo
2) Valerón está cada vez más lúcido y con sus pases puede romper a cualquier defensa
3) Joaquín va para crack. Se mueve abierto por la derecha y desborda cuando se le da la gana. Por haber sido la primera prueba no está nada mal.