La jornada marcó una clara tendencia

Con casi un cuarto de Liga jugado, dos equipos se destacan sobre el resto: Real Sociedad y Valencia. Los vascos siguen ganando y los de Pablo Aimar son los únicos capaces de seguirles el ritmo

BUSCADO
El argentino Pablo Aimar volvió a ser la figura del Valencia y fue nuevamente un dolor de cabeza para sus rivales: esta vez le tocó sufrirlo a los del Espanyol
(Reuters)
MADRID -- Hay dos equipos que con casi un cuarto de Liga jugado se destacan sobre el resto: la Real Sociedad y el Valencia. Los vascos siguen ganando y ganando y los de Pablo Aimar son los únicos capaces de seguirles el ritmo. Mientras, en el Real Madrid siguen discutiendo si este momento es o no una crisis y en el Barcelona, Van Gaal parece haber cambiado su opinión sobre Riquelme; en definitiva, los dos grandes del fútbol español ya están a siete y ocho puntos de la cabeza respectivamente.

Darko Kovacevic, goleador de la Real Sociedad, había afirmado durante la semana: "No veo quién puede ganarnos". La frase sonó a soberbia, aunque siempre es bienvenida una declaración que no sea de circunstancia. Sobre todo si después, su equipo, afronta su partido cómo lo hizo: con la convicción de que no podía perder.

Lo reconoció el propio técnico del Villarreal: "La Real ha demostrado un alto nivel y lo buen equipo que es". El Submarino Amarillo, que llevaba cuatro partidos sin perder (entre ellos un empate en el Bernabéu y una victoria contra el Deportivo), sucumbió ante el líder sin atenuantes. Es cierto que sobre el final buscó el empate con insistencia, pero también es verdad que la Real pudo haber liquidado todo mucho antes si aprovechaba algunos de sus contraataques.

Del otro lado, la mala racha de Martín Palermo. No está jugando mal el Loco, pero él mismo dice y vuelve a decir que sin el gol… Y el gol se le está negando desde hace rato. Dos veces tuvo la oportunidad de sacar la zurda para empujar un centro pero en ambas llegó tarde. El Villarreal necesita que Palermo vuelva a ser quien era. Y Palermo más.

EL VALENCIA TE ASESINA
Puede jugar bien, mal o regular, pero el Valencia siempre da sensación de equilibrio y peligro. Volvía al campo del Espanyol, que le traía recuerdos de todo tipo. En el torneo pasado, el Valencia se fue perdiendo al descanso 2-0 y en el entretiempo un dirigente bajó al vestuario para exigirle a Rafa Benítez más atrevimiento (hasta ahí no había ganado como visitante). A los 15 minutos del segundo tiempo el Valencia ya ganaba 3-2 y así terminó el partido, que fue el puntapié inicial para lo que después terminó en título.

Esta vez fue un choque equilibrado. Con un Espanyol muy valiente que se atrevió a presionar muy arriba. Pero a medida que pasaron los minutos fue el Valencia el que empezó a llegar cada vez con más peligro. Avisó Pablo Aimar, que el domingo cumplió 23 años, con un tiro a colocar que se fue rozando el palo. Y después, tras una falta al mismo Aimar, Fabio Aurelio sacó un tiro libre mágico al ángulo.

El trabajo estaba hecho, porque al Valencia es casi imposible remontarle un gol. El Espanyol se desinfló y fueron los visitantes los que pudieron meter más goles.

Después, Benítez confirmó lo que se había visto: "Este equipo está hecho para ganar y para jugar bien". También reflejaron los periódicos la gran actuación del campeón: "Lección magistral" dice El País. Y agrega: "Este Valencia tiene una puesta en escena en donde no se adivina el más mínimo desliz. Por encima de todo ofrece una sensación de fiabilidad hoy por hoy única en el campeonato. Da miedo". Así que ya lo saben todos: el campeón quiere más.

OTRO REAL MADRID
Después de las críticas recibidas por la falta de victorias (una en los últimos ocho partidos) y la anarquía de sus cracks, el Real Madrid fue a La Coruña a vérselas con uno de sus cucos como si fuera un equipo mediocre.

Le importó resguardarse y no pasar apuros más que mostrar su contundencia ofensiva, últimamente muy venida a menos. La mejor prueba la dio Roberto Carlos, que no subió ni una vez por su banda. Un hecho insólito.

No estuvo Raúl por culpa de una gastroenteritis pero sí Zidane, Figo y Ronaldo. Y el brasileño les dio un susto a todos cuando al final del primer tiempo encaró a César, chocó con él y se quedó en el suelo agarrándose su endeble rodilla derecha. Enseguida el mismo Ronaldo tranquilizó al personal aclarando que sólo había sido un golpe. Eso sí: por unos segundos se habrá paralizado el corazón de los madridistas.

Más allá de eso, Ronaldo no hizo mucho más y los medios empiezan a abandonar el cariño del principio. El delantero vivió hasta ahora de su magnífico debut, en donde le metió dos goles al Alavés. Pero después de aquello no volvió a aparecer.

Mientras tanto, el Depor no se animó a ganarle a un Madrid herido y con el paso de los minutos fue conformándose con el 0-0, el tercero de la Liga. El resultado marca la pauta de lo que fue el partido: una decepción, porque dos equipos con semejante potencial no pueden estar 90 minutos sin marcar. El diario Marca puso en su portada: "Chasco". Y encabeza el comentario diciendo: "Con mucho miedo". Puede que el Madrid se conformara con el empate, como reconoció después Vicente Del Bosque, porque no profundiza su crisis. Pero mientras no gane no saldrá de ella.

RIQUELME, LOS 90 MINUTOS
La lesión de Luis Enrique le permitió a Juan Román Riquelme ser titular y después de lo visto en Santander Louis Van Gaal tendrá que recapacitar sobre el poco protagonismo que le estaba dando al futbolista argentino.

Después de un primer tiempo regular, en el que el Racing se adelantó al primer minuto, Riquelme mostró todo su esplendor en la segunda parte.

Un buen gesto del técnico holandés fue modificar su sistema para que Román se sintiera más cómodo. No tuvo que jugar echado hacia la izquierda, sino que lo hizo como un enganche clásico, como lo hacía en Boca, y con Kluivert y Javier Saviola por delante. Ah, y con Marcelo Bielsa en la tribuna tomando apuntes. ¿Se viene Román a la selección argentina? A esperar unas horas.

En la segunda parte, Riquelme fue el eje del Barcelona. Sólo cuando la pelota pasó por sus pies se intuyó peligro. Y no se quedó sólo con su función, también se animó a llegar. Como cuando se coló en el área por sorpresa, bajó el pase de Xavi con clase y definió de zurda. Pero ahí estuvo Ceballos para tapar el remate. Sin embargo, el arquero local dio rebote y la bola le volvió a Román. Pero… otra vez para la zurda. Y su segundo intento, esta vez, se fue al lado del palo.

Sin embargo, lo mejor de Riquelme son sus pases y puso uno de los suyos para que Fernando Navarro sólo tuviera que empujarla de cabeza para el empate.

Un párrafo publicado en El País aclara la importancia de Román: "Riquelme no es un jugador fácil de acomodar. Tanto sus grandes virtudes como algunos de sus defectos le convierten en un futbolista muy peculiar que condiciona a un equipo y requiere un envoltorio muy especial. El marca la cadencia del juego, precisa sentirse líder y que todo gravite a su alrededor. No atiende a las tareas más engorrosas, tiene tendencia al desmarque y siempre demanda la pelota al pie. Vamos, todo aquello que Van Gaal ha repudiado a lo largo de su carrera en los banquillos. Pero en Santander, a su aire, Riquelme fue de lo mejor, incluso para el holandés, que lo dejó en el campo hasta el final". Menos mal…

"U-RU-GUA-YO"
El hombre del fin de semana fue Wálter Pandiani. El uruguayo llegó al Mallorca como parte de pago del traspaso de Luque al Deportivo. En las pocas oportunidades que tuvo en La Coruña había mostrado se capacidad. Sin embargo, ahora la historia es diferente. Porque ni bien llegó se transformó en el delantero titular del Mallorca, algo inédito hasta ahora.

Después de un comienzo desalentador (tres derrotas consecutivas), los de la isla levantaron su nivel y encadenaron cuatro triunfos seguidos. Eso sí: Pandiani seguía sin meterla. Con mala suerte, es verdad, porque le anularon dos goles legales y dos veces reventó los palos. Sin embargo, una tarde le entraron todas juntas. Se adelantó el Valladolid pero Pandiani apareció en todo su esplendor para meter tres goles y darle al Mallorca un nuevo record de cinco victorias consecutivas.

Después, Pandiani tuvo agradecimientos: "Para el técnico (Gregorio Manzano), que siempre creyó en mí". Y explicó: "Un delantero vive del gol. Si trabajas para el equipo, como intenté hacerlo, pero no metes goles, parece que no cumples". Ahora cumple, y también lo parece.

EL RESTO DE LA JORNADA
Pocos hinchas del Atlético de Madrid recordaban la última victoria en Primera en el Vicente Calderón. No la logró en todo el torneo y los últimos dos años los pasó en Segunda. Así que había que irse muy atrás para encontrarla.

Pero un día volvió la alegría. Y lo mejor fue que la consiguió sin apuros. Porque se puso 1-0 rápido con una jugada de estrategia y el Rayo Vallecano nunca lo puso en aprietos. Y la única vez que llegó con peligro apareció el Mono Burgos para mandar le pelota al corner.

Otro que volvió a festejar en casa fue el Athletic de Bilbao (no lo hacía desde marzo). Lo hizo a costa de un cada vez más lamentable Celta, a donde llegó un técnico con la idea de "dejar de jugar tan bonito pero a cambio ganar títulos". Claro que para ganar títulos se necesita una grandeza que Miguel Angel Lotina está demostrando no tener.

El Celta se adelantó con un cabezazo de Edú y después de dedicó sólo a defender. Los tres cambios del entrenador visitante fueron pensados sólo para aguantar y los vascos terminaron haciendo le heroica y dando vuelta el partido.

Ya se puede decir que el Osasuna del mexicano Javier Aguirre sufrirá mucho. Ya está en puestos de descenso tras perder contra el Recreativo de Huelva, que pateó una sola vez al arco y consiguió el gol de su única victoria del torneo. El técnico mexicano prefirió echarle la culpa al árbitro (que no ayudó, es cierto) antes que buscar errores propios.

El Alavés mostró lo bonito e inesperado que es el fútbol. Sus hinchas sufrieron la impotencia de su equipo durante 93 minutos. Pero en el último segundo del descuento Rubén Navarro se inventó una tijera en la puerta del área y la clavó en el ángulo. El delirio de un instante fue más importante que la hora y media de aburrimiento.

El Betis andaba de capa caída tras un gran inicio y se recuperó goleando al Málaga, que parece haber bajado su nivel también después de un gran arranque. Gastón Casas aprovechó la oportunidad que le dieron y fue importante en los dos primeros goles.

CHRISTIAN COLONNA tiene nueve años como periodista deportivo especializado en fútbol. Se ha desempeñado como colaborador de la agencia DYN, redactor del diario Clarín y editor del Diario Deportivo Olé, todos de Buenos Aires. Entre otros eventos, cubrió la Copa América 95, el Mundial de Francia 98 y la finales de la Liga de Campeones de la UEFA los últimos tres años. Actualmente es corresponsal en España del Diario Deportivo Olé y columnista de ESPNdeportes.com.

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lunes, 04 de noviembre