Entrando en el mérito de tales triunfos, habrá que decir que fueron muy claros los de Juventus y Milan (ese partido fue suspendido con Milan en ventaja y seguramente el juez del tribunal de disciplina ratificará el resultado), mientras que Inter sufrió más de la cuenta para doblegar un Piacenza decidido a tratar de salvarse del descenso hasta el final.

La única novedad la aportó Lazio, que al empatar como local ante Atalanta se despidió definitivamente de la lucha para el título. Por el contrario, el triunfo de Udinese (a esta altura, no se puede dudar en definirlo el equipo revelación del torneo) vuelve a abrir prepotentemente la lucha para el cuarto lugar - y relativa plaza de Champions League -, con cuatro equipos - Lazio, Chievo, Udinese y Parma - en apenas seis puntos.

Por último, hay que decir que la batalla para salvarse del descenso está cada vez más interesante. Con Como y Torino ya prácticamente condenados, la sorpresiva novedad es que la misma Roma, a priori indicada como posible candidata al título, arriesga seriamente de verse involucrada en las arenas movedizas del descenso, y anteriores experiencias indican que los equipos construidos para estar arriba raramente saben soportar la tensión nerviosa que implica la lucha para salvarse.

INTER LO RESOLVIÓ EN TRES MINUTOS
En el estadio de San Siro, Inter venció por 3 a 1 a Piacenza, con goles de Gabriel Batistuta - su primer tanto con la camiseta de Inter - y un doblete del "increíble" Christian Vieri (21 goles en 18 partidos, un promedio de otros tiempos). Darío Hubner marcó el gol del honor para Piacenza en el último minuto de juego.

Con este resultado, Inter suma 48 puntos y mantiene la punta del torneo en copropiedad con Juventus, mientras que Piacenza tiene 16 puntos y, en este momento, perdería la categoría.

No fue fácil el triunfo de Inter. Por más de una hora, Piacenza jugó mejor y hasta contó con las mejores ocasiones de gol. Con Stephane Dalmat y Domenico Morfeo sobre los laterales (estruendosamente silbados por el propio público), Inter no encontraba fluidez en su juego, y los delanteros no recibían abastecimientos suficientes, mientras que los visitantes dominaban la zona central y contraatacaban con rapidez. Sólo el poco peso ofensivo de Piacenza salvó al equipo de Héctor Cúper en la primera etapa.

En el comienzo del segundo tiempo Inter jugó, si fuera posible, peor que antes. A los 15 minutos, Cúper sacó a Luigi Di Biagio y puso a Andrés Guglielminpietro sobre el carril derecho, corriéndolo a Dalmat en posición más central, y el equipo pareció por lo menos tener algún sentido táctico.

Sin embargo, el gol que destrabó el partido no fue originado tanto por este cambio estratégico cuanto por una deslealtad de los jugadores de Inter, quienes siguieron jugando mientras los rivales se habían parado, esperando que alguien tirara la pelota afuera para permitir que el jugador Enzo Maresca pudiese ser atendido.

Cuando se dieron cuenta de que Inter seguía jugando, era demasiado tarde: Dalmat, libre de marca, despachó un disparo que Batistuta, adentro del área, desvió al gol. Es fácil imaginar las protestas de los jugadores de Piacenza, pero Inter aprovechó el golpe psicológico marcando otros dos goles en los 120 segundos siguientes.

Ahí se acabó el partido, aún cuando en el último minuto Hubner se sacara la satisfacción personal de marcar su cuarto gol consecutivo. De cualquier manera, Inter ahora recibirá a Barcelona (el miércoles) y luego visitará Juventus, dos partidos en los que, picardías a parte, no le alcanzará seguramente con jugar un puñado de minutos para quedarse con el triunfo.

JUVENTUS, SIN PROBLEMAS
Juventus, en el campo neutral de Piacenza, venció a Como por 3 a 1, con goles de Juarez (en contra), Marco Di Vaio y Mauro Camoranesi, mientras que Fabio Pecchia anotó el gol de la bandera para los locales. Con este resultado, como quedó dicho Juventus se mantiene en la punta del torneo junto a Inter, mientras que Como, con 12 unidades, ya no tiene chances de salvarse.

Juventus obtuvo el triunfo a pesar de presentarse con una formación ampliamente de emergencia, por una epidemia de gripe que ya la había perjudicada en el partido de Copa ante el Manchester United, y aún luego de haber desperdiciado un penal - muy generosamente concedido, por cierto - en los minutos iniciales, tirado afuera por el uruguayo Marcelo Zalayeta.

El penal errado no deprimió a los jugadores, que además se encontraron enseguida con el regalo Juarez, quien pifió una pelota sin riesgos y venció a su propio arquero (el brasileño también había sido el autor del penal, realmente una tarde para el olvido para el defensor paulista) y el primer tiempo se acabó con un rotundo 3 a 0 que volvió absolutamente inútil la disputa de la segunda etapa, a no ser para que Como salvara su honor con un gol de Pecchia desde pocos metros del arco.

SÓLO LA VIOLENCIA PUDO PARAR A MILAN
Milan visitó a Torino y necesitó de apenas 45 minutos para ponerse 3 a 0, con goles de Filippo Inzaghi y Clarence Seedorf (un doblete). El partido no terminó, ya que fue suspendido a los 16 minutos del segundo tiempo por los incidentes provocados por los hinchas de Torino, enfurecidos contra sus jugadores, el técnico Renzo Ulivieri y los dirigentes del equipo.

Los gases lacrimógenos invadieron el terreno de juego, y el árbitro en lágrimas no tuvo más remedio que suspender el encuentro. Ahora, el juez del Tribunal de Disciplina ratificará el resultado - también los goles valdrán para la tabla de goleadores - y seguramente descalificará por varias fecha la cancha de Torino. De esa manera, Milan quedará tercero, a dos unidades de la pareja de líderes, mientras que Torino, con 13 unidades, sumará una ulterior dificultad en la casi imposible tarea de salvarse del descenso.

La suspensión del partido fue una verdadera lástima. Más allá de nuestra firme condena a los violentos, esos incivilizados nos quitaron la posibilidad de ver un espectáculo hermoso, ya que Milan estaba dictando una verdadera clase de fútbol. Paolo Maldini - el mejor en la cancha -, Fernando Redondo, Seedorf, Rui Costa, Serginho e Inzaghi hilvanaron jugadas de altísimo contenido técnico, un juego asociado en velocidad, sin ofrecer nunca puntos de referencia a los rivales, cambiando constantemente frente de ataque, alternando toques laterales con repentinos lanzamientos en profundidad.

Una verdadera sinfonía futbolera, ante un Torino que a su vez no jugó mal, interrumpida por la intolerancia y la locura de supuestos hinchas ansiosos de perjudicar a su propio cuadro. La estupidez humana, aplicada al fútbol, parece no tener límites o confines.

EL RESTO DE LA FECHA
En Roma, Lazio y Atalanta empataron 0 a 0, en un partido aburrido y mal jugado por ambos. Los locales atacaron más, pero no pudieron quebrar a la racha positiva de Atalanta, que suma nueve partidos - tres victorias y seis empates - sin perder. Ahora Lazio tiene 40 puntos, y los 8 que la separan de la pareja de líderes parecen demasiado, considerando que también Milan está seis puntos arriba. Atalanta, con 23 unidades, en este momento estaría a salvo, pero por apenas un punto y luego de la citada racha positiva, lo cual quiere decir que los sufrimientos están lejos de haberse acabado.

En Módena, el equipo local venció a Chievo por 1 a 0. Giuseppe Sculli fue el autor del gol que interrumpió una racha negativa de 11 encuentros. Chievo mereció mejor suerte, y sobre el final el árbitro no concedió un claro penal por una falta de mano en el área. Módena, con 25 puntos, tomó una bocanada de oxígeno en la lucha para salvarse, mientras que Chievo sigue quinto con 37 unidades.

Udinese aprovechó la localía y venció a Roma por 2 a 1, con goles de Nestor Sensini y Vincenzo Iaquinta. Vincenzo Montella había puesto el gol del empate transitorio. Roma es un caso da psicoanalista: jugó mejor, tuvo ocasiones, pero a la primera dificultad se derrumba. Necesita ganar un par de partidos rápidamente, para alejarse de la zona caliente (ahora tiene 28 puntos), porque el equipo no parece tener los recursos anímicos necesarios para una batalla prolongada en la zona descenso. Udinese, en cambio, es la revelación del torneo: invicto en su casa, con 36 puntos escaló hasta la sexta posición y va para más.

En Perugia, Parma venció al equipo local por 2 a 1, con tantos del brasileño Adriano y del defensor Matteo Ferrari. Fabio Grosso había marcado el gol del empate transitorio. Parma tiene 34 puntos y está séptimo, mientras que Perugia está noveno con 29 unidades.

Bologna volvió al triunfo, en su cancha, al vencer por 2 a 0 a Empoli, con goles de Claudio Bellucci y Paolo Vanoli. Parece que el técnico Guidolin nos haya escuchado: lo sacó a Giuseppe Signori, y como por arte de magia Bologna volvió al triunfo, que le vale la octava posición con 31 puntos. Empoli, en cambio, suma 24 puntos y se sigue cayendo hacia la zona descenso: sumó apenas un punto en los últimos siete partidos como visitante y apenas dos en toda la segunda rueda.

Por último, Brescia venció a Reggina por 2 a 1, con goles de Roberto Baggio y Fabio Petruzzi. David Di Michele había conseguido el empate transitorio. Brescia extiende así su racha positiva (10 encuentros sin perder, con 4 victorias y 6 igualdades), suma 27 puntos y está a una unidad de Roma, algo impensable hace apenas unos meses. Reggina, en cambio, jugó un buen partido, pero especuló demasiado luego del empate y fue castigada. Ahora tiene 22 puntos y, en este momento, sería el cuarto equipo que perdería la categoría.

LOS LATINOAMERICANOS:
Javier Zanetti (Inter): 6
Menos ofensivo que en otras ocasiones, porque Dalmat delante de él no garantizaba cobertura suficiente, y Marchionni buscaba siempre por su sector.

Carlos Gamarra (Inter): 5.5
Muy bien de arriba, pero sufrió demasiado en la marca de Hubner, que lo dejó pagando en varias ocasiones.

Andrés Guglielminpietro (Inter): 6.5
El Guly le dio otro sentido táctico al equipo, y no puede ser casualidad que poco después de su ingreso Inter encontrara la ventaja. Mucho empeño y buena dinámica, Inter lo necesita como el pan.

Gabriel Batistuta (Inter): 7.5
Por fin el Batigol se encontró con su razón de ser, el gol. Antes, había sido el único realmente peligroso de su equipo, y el más activo sobre todo el frente de ataque. Se anotó también la asistencia en el tercer gol.

Pablo Montero (Juventus): 6.5
Partido fácil para el uruguayo inoxidable. Dominó el área y aportó seguridad y experiencia.

Mauro Camoranesi (Juventus): 7
El argentino fue más ofensivo que de costumbre, y recibió el premio de un gol. Con un solo delantero neto, se corrió hacia el centro varias veces, siempre con peligro.

Marcelo Zalayeta (Juventus): 5.5
El uruguayo desperdició un penal, y luego hizo muy poco para hacerse perdonar.

Fernando Redondo (Milan): 7.5
Junto a Maldini y Seedorf, el mejor en la cancha. Fabricó con una jugada monumental el tercer gol, y con Seedorf parecen poder reeditar la pareja exitosa ya vista en el Real Madrid. Cada vez se anima más, buscó jugadas ofensivas y gambetas, esta llegando a su mejor forma.

Carlos Marinelli (Torino): 6
El talentoso enganche argentino esta vez jugó desde el primer minuto, pero el partido se puso mal enseguida y él se perdió en la confusión general. Aún así, fue el mejorcito de los suyos.

José Franco (Torino): 5.5
Ubicado como único delantero, se sacrificó en un sinfín de piques generosos pero estériles. Nunca logró disparar hacia el arco rival.

Diego Simeone (Lazio): 6.5
Tuvo dos ocasiones claras, pero no tuvo suerte en la definición. El mejor de su equipo en la zona media, donde alternó cantidad y calidad.

Claudio López (Lazio): 5.5
Corrió mucho pero sin mucho criterio. Sirvió un par de asistencias que su compañero de ataque, Corradi, no supo aprovechar. Pero hizo menos que en anteriores ocasiones, parece un poco cansado.

Néstor Sensini (Udinese): 7.5
Un fenómeno. El veterano argentino sorprende cada vez más con esta segunda juventud. Ante Roma hasta marcó el primer gol, un "tap in" de verdadero halcón del área: cuánto vale la experiencia...

David Pizarro (Udinese): 6.5
Metrónomo en la zona media, quizá un poco menos dinámico que en otras ocasiones, pero siempre preciso y lúcido en la distribución.

Walter Samuel (Roma): 5
Mal partido para el argentino, que nunca logró contener eficazmente a Muzzi. Inclusive, arriesgó mucho con jugadas que pudieron costar un penal en contra de su equipo. El desastre a su alrededor, obviamente, no lo ayuda.

Julio Cruz (Bologna): 7
Como decíamos: no jugó Signori, Bologna ganó y Cruz fue el mejor en la cancha. No marcó, pero mereció un tanto que solo la mala suerte - un disparo fue salvado por un defensor sobre la línea - le negó. Muy móvil y activo, aprovechó todo el frente de ataque abriéndoles espacios a sus volantes.

Gilberto Martínez (Brescia): 5
Di Michele lo superó varias veces, y para peor de un su rechazo equivocado llegó el gol del empate de Reggina. Preocupado por defender, esta vez sumó muy poco en la salida.

Víctor Hugo Mareco (Brescia): s.v.
Pocos minutos para el joven paraguayo en la cancha.

Jorge Vargas (Reggina): 6
Jugó un buen partido, pero otra vez cometió un penal que a la postre resultó decisivo.

Carlos Paredes (Reggina): 7
Pies buenos, garra inmensa, la necesaria dosis de maldad: estos son los argumentos que el paraguayo esgrime para adueñarse de la zona central de la cancha.

LA PRÓXIMA FECHA
La fecha vigesimotercera comenzará el sábado, pero esta vez - no hay turno de Champions League en la semana siguiente - sin partidos de vértice: a las 18 Brescia recibirá Bologna, y a las 20,30 Parma hará lo propio ante Módena, en una nueva edición del "clásico de Emilia" (ambas ciudades está separadas por apenas unos 50 kilómetros).