“Me siento como un chico de 15 años”

Luego de un calvario de 28 meses, que le hizo pensar a todos que jamás volvería a pisar un campo de juego, Fernando Redondo pudo finalmente estrenar la camiseta de Milan. ESPNdeportes.com no podía dejar de ser receptor de sus primeras declaraciones

SE ACABO EL CALVARIO
Después de dos años de espera, finalmente Fernando Redondo pudo debutar en el AC Milan
(Empics)
MILÁN -- Es el mediodía de una jornada gris, lluviosa, y sin embargo luminosa gracias a una estrella que volvió a brillar. Inútil decirlo, hasta el cronista más navegado siente la emoción de la cita con Fernando Redondo, el Príncipe del fútbol que, como en la fábula de la Bella Durmiente, volvió a despertarse de un largo, larguísimo sueño gracias al beso de su amante oficial, una pelota de cuero número cinco.

Cuando el cancel de Milanello se abre ante nosotros, descubrimos que el volante de sangre azul ha elegido el mejor lugar para contar su fiaba: el predio del Milan es como un castillo dorado, con el verde brillante del césped perfecto de sus canchas, con el calor de su gente, disponible y atenta, con un ejercito de deportistas que desfila incesantemente, sin misterios, sin divisiones, sin absurdas actitudes de "primeras damas".

Así nos pasan a lado Seedorf, Ambrosini, Inzaghi, Shevchenko, el entrenador Ancelotti y tantos jóvenes desconocidos de las divisiones inferiores, en una procesión continua y aterciopelada, sin que nada parezca poder turbar esa atmósfera encantada.

El Príncipe, con la puntualidad típica del caballero, llega casi sin ser notado, con una sonrisa tímida pero abierta sobre su rostro feliz. Mientras nos intercambiamos los apretones de manos y los saludos de rito, nuestra mirada busca atentamente los signos del calvario vivido, de los 28 meses de lucha contra una lesión traicionera e implacable, de las intervenciones quirúrgicas: pero casi nada es evidente a la vista. Apenas el cabello, más sutil que antes, y algunas fines arrugas en el rostro han modificado en el semblante de uno de los jugadores de fútbol más famosos por su natural elegancia, estilo y carisma.

Se acomoda en el sillón elegido para la entrevista, y mientras los técnicos chequean por última vez los parámetros de luz y sonido, el cronista toma un respiro profundo, cancela la emoción de su mente y larga la primera pregunta.

LA LUCHA Y EL TRIUNFO

--Fernando, 28 meses de lucha ya quedaron atrás... ¿Qué sentiste cuando volviste a pisar la cancha?
-- Es imposible contar con palabras la emoción de un regreso así. Al comienzo estaba un poco frenado, interrogaba la rodilla para ver si todo estuviera bien, si el dolor estuviese al acecho, listo para morder otra vez. Pero luego me fui soltando, y el juego, la concentración del partido me capturaron totalmente. Desde el punto de vista anímico, es increíble: me siento como un chico de 15 años, tengo las mismas ganas y el mismo entusiasmo de un debutante.

-- En esa lucha tan larga, ¿en algún momento te sentiste derrotado, pensaste que no lograrías volver?
-- No, derrotado nunca. A veces tuve miedo, otras cansancio de una lucha que parecía interminable, en otros momentos apareció la desilusión por un progreso que se esfumaba de golpe, pero nunca me desesperé: quise con todas mis fuerzas vencer esta batalla, y en los últimos meses, cuando el dolor desapareció finalmente, cuando los entrenamientos y mi condición física mejoraban día a día, el entusiasmo y las ganas crecieron y me empujaron hacia el final del túnel.

-- ¿Cuándo veremos al verdadero Redondo?
-- Bueno, para eso van a hacer faltas algunos meses de trabajo y, especialmente, de juego. El riesgo grande, ahora, es el de precipitar las cosas, apurarse demasiado y sufrir alguna lesión muscular. Siento que mi organismo todavía no recuperó a pleno la elasticidad y cierta facilidad de movimientos que tenía antes de la lesión, pero la sensibilidad por la pelota, que es lo esencial, está intacta, y entonces es sólo cuestión de trabajar con paciencia y voluntad. En esto me siento realmente muy bien asistido por los profesionales de Milan, y por el técnico, que me cuidan y me siguen con un cariño y una profesionalidad impresionantes.

EL MILAN DE LAS ESTRELLAS

Fernando Redondo se lesionó luego de haber ganado una Champions League con el Real Madrid, y haber sido elegido como "jugador más valioso" de la competición por la comisión técnica de la UEFA. Fue vendido a Milan, otro grande europeo, pero nunca pudo vestir, hasta ahora, la camiseta rojo y negra, porque una lesión a la rodilla lo alejó del terreno de juego.

Ahora vuelve en un equipo que parece lanzado a los máximos vértices continentales, un equipo poblado de grandes campeones y que juega un fútbol que parece cortado a la medida exacta del Príncipe del fútbol.

"Es verdad, para mí el fútbol siempre fue espectáculo, elegancia, diversión. Este Milan es un equipo que interpreta exactamente mi filosofía del juego, y la recuperación será más fácil teniendo a lado campeones que conjugan los mismos verbos con la pelota".

-- Lo dejaste a Rivaldo como rival máximo, figura del Barcelona, y ahora lo encontrás a tu lado en Milán...
-- Fuimos rivales por el color de las camisetas, y todos saben como es fuerte la rivalidad entre Real y Barcelona, pero creo que siempre fuimos aliados en la interpretación de un mismo tipo de fútbol. El brasileño es un grandísimo campeón y es un honor poder jugar con él.

-- Además, Ancelotti hizo la diferencia ubicándolo a Pirlo como vértice bajo de un rombo en la mitad de la cancha, un puesto y un esquema que parecen ideales para vos...
-- Es increíble, ¿no es cierto?. Parece como que Ancelotti haya preparado todo creyendo en mí, en mi regreso, y eso me hace aún más feliz y al mismo tiempo me siento aún más responsable hacia un club que, hacia mí, se portó de manera estupenda, desde el Presidente hasta el último de los utileros: llegó la hora de comenzar a retribuir en la cancha todo eso.

-- Vos también fuiste un ejemplo: acá en Italia todo te admiraban, aún antes de haberte visto jugar, por tu decisión de dejar de cobrar el sueldo hasta la recuperación y el regreso en campo.
-- Bueno, me pareció la manera correcta de proceder en esas circunstancias. No quería que nadie pudiera pensar que había venido aquí a robar, o que no pusiera todas mis fuerzas para tratar de recuperarme. Ojo, nunca nadie me reprochó absolutamente nada, como dije antes siempre fui rodeado por interés y afecto, pero no alcanza con ser honesto, también hay que parecer honesto.

--Tu caso contrasta fuertemente con el de Ronaldo: a él se le reprocha de haber "usado" Inter para curarse y luego haber sido ingrato y egoísta...
-- No me interesan esas comparaciones, ni quiero hablar de otros: yo soy Redondo, hice lo que me parecía correcto y ahora lo único que quiero es retribuirle al club la confianza que tuvo, en esos dos años y pico, en mí. Nada más.

EL FUTURO

La lesión, y la terrible batalla que siguió para vencerla, quedaron atrás. Un gran campeón tiene que proyectarse hacia el futuro, para recuperar el tiempo perdido y ganar todo lo que se perdió de ganar en el tiempo de la tristeza.

-- Muchos médicos dicen que, cuando un jugador está parado por un tiempo tan largo, su "vida" agonística puede alargarse, porque el organismo no ha sido "exprimido" como si hubiera seguido en competencia. ¿Vos que opinás al respecto?
-- ¡Ojalá sea así! No es algo que pueda afirmar por ahora, pero espero sinceramente que sea cierto. Tengo 33 años, normalmente me quedarían un par de años más de carrera, pero si esa hipótesis fuera cierta, por ahí lograría estirarla un poco más lejos. Por ahora, todos los chequeos médicos entregan resultados perfectos, y el entrenamiento es cada vez más exigente. Yo me siento muy bien.

-- Te lesionaste siendo Campeón de Europa, y volvés con Milan lanzado en la máxima competición continental. ¿Sería una linda revancha contra el destino volver a levantar la Copa en mayo?
-- Sería maravilloso, algo que podría repagarme con creces el sufrimiento de estos años. Ojo, que tampoco es algo tan alocado, o un sueño imposible de realizar: Milan está jugando muy bien, acaba de vencer al Real Madrid, dejó afuera de la competición a Bayern de Munich, en este momento está entre los candidatos para el triunfo final. Yo creo que puedo aportarle algo a este equipo, por experiencia y por las ganas enormes que tengo de recuperar el tiempo perdido.

-- Con la Selección argentina tuviste siempre una relación difícil. ¿Soñás con volver a vestir la celeste y blanca?
-- Obviamente, la Selección es el sueño de cualquier jugador de fútbol. Pero me parece algo muy lejano en este momento: por ahora, mi única prioridad es recuperar la forma plena, ponerme a tiro con mis compañeros, que son todos jugadores de altísimo nivel, y ganar todo lo que se puede con el Milan. Luego, todo lo que vendrá será bien acepto, pero no tiene sentido hablar de eso ahora.

El Príncipe se levanta, porque otra sesión de pruebas físicas lo espera. Como acaba de decirnos, toda su voluntad está puesta en terminar la pretemporada más larga de su vida y volver al nivel que su talento y su trayectoria le exigen.

A nosotros nos dejó la imagen de un hombre que superó brillantemente la prueba más difícil que el destino le impuso. En su vida avanzó con la fuerza del talento, de la elegancia, de la técnica sublime. Esta vez le tocó enfrentar una batalla decisiva con otras armas: la capacidad de sufrir, la voluntad inflexible, la fortaleza anímica.

Y ganó otra vez. Se despertó del sueño embrujado, gracias al beso de su amante más fiel, y cuando vuelva a levantar un trofeo, cuando vuelva a probar el sabor del triunfo en la cancha, la fiaba hermosa se transformará en algo mucho más valioso: una lección de vida para todos, deportistas o comunes mortales.

VITO DE PALMA es italiano pero ha desarrollado gran parte de su carrera periodística en la Argentina, donde trabajó, entre otros lugares, en el diario Clarín, de Buenos Aires. Actualmente es corresponsal en Italia del SportsCenter Latino y columnista de ESPNdeportes.com.

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