Rivaldo llegó este verano al Milán tras rescindir un contrato con el Barcelona al que aún le quedaba un año para su conclusión. Su fichaje revitalizó un "mercado" que iba camino de la tristeza y que cobró brillantez, especialmente, con su llegada.

Con poco más de 30 años y un brillante y amplio palmarés, culminado con la "guinda" de la conquista del Mundial 2002, Rivaldo afrontó un nuevo reto: jugar en un campeonato bien distinto y donde últimamente la calidad era aparcada para dejar espacio a la fuerza y los excesos tácticos.

Pero para su fortuna, cayó en el Milán del cambio. En un equipo que, empezando por su propio presidente y propietario (Silvio Berlusconi), apostó por la calidad, brillantez y buen gusto del balón como medidas para combatir el aburrimiento y, sobre todo, buscar la vuelta a unos altos niveles de los que había quedado desbancado desde hace años.

El Milán del cambio la verdad es que está funcionando, y mucho mejor de lo esperado. El equipo se ha mostrado arrollador en la Liga de Campeones (goleadas a domicilio sobre el Deportivo Coruña y Bayern de Múnich y Deportivo de la Coruña) y lo mismo está evidenciando en el campeonato italiano.

Y lo está haciendo en base de buen juego y con gran eficacia goleadora. Un éxito basado en la fortalece defensiva, con un Alessandro Nesta cuya llegada a dado gran solidez al centro de una zaga donde Paolo Maldini también ha renacido, en una posición más acorde para su edad y sin tanto desgaste al tener que subir la banda.

Un equipo que debe también dar las gracias a los descartes de su "eterno rival", el Inter, pues la llegada de los ex-interistas Andrea Pirlo y Clarence Seedorf (junto al defensa croata Dario Simic) ha revitalizado su centro del campo. Además, el portugués Manuel Rui Costa ha recobrado la inspiración perdida la pasada campaña y, delante, Filippo Inzaghi parece dispuesto a batir todos los récords anotadores.

Pero a este Milán arrollador le faltaba aún que funcionase la "guinda" Rivaldo. Bien es verdad que el brasileño, sobre todo en Liga de Campeones, ha puesto gotas de calidad y dejado apuntes de su clase en los partidos que ha venido jugando.

Como también lo es que le faltaba fondo físico, redondear una actuación completa y el gol. Hoy, en Bérgamo, en partido de la sexta jornada liguera (la primera está aún por ser recuperada), ha conseguido "explotar" en Italia.

Es cierto que no ha redondeado una actuación sublime, a la gran altura mostrada en numerosas ocasiones tanto con la selección brasileña como con el Deportivo de la Coruña (su primer club europeo) o el Barcelona.

Pero también lo es que, por fin, Italia ha visto una de las mejores versiones de Rivaldo, que jugó en ataque en compañía del danés Jon Dahl Tomasson, pues Inzaghi se quedó en al banquillo al no estar totalmente recuperado de su problema en la planta de un pie.

Y es que el brasileño se ha quitado ya la espina del gol en el campeonato italiano, pues se ha estrenado con un tanto clásico en él: recorte con la derecha desde fuera del área buscando espacio para un lanzamiento raso y preciso con la zurda, no muy fuerte pero colocado, que se coló junto a la cepa del poste.

Ocurría en el minuto 15. Rivaldo adelantaba al Milán en su visita al Atalanta (1-4) y su alegría era notable, como la de sus compañeros que rápidamente acudieron a abrazarle.

Un gol que empezó a marcar una buena actuación, pues Rivaldo, sobretodo en la segunda mitad, se gustó y llevó gran peligro a la meta local, tanto con sus asistencias (una de ellas, m.52, excelente a Rui Costa, quien falló una clara ocasión) como con sus disparos.

Rivaldo, sin embargo, no pudo culminar los noventa minutos. En el minuto 76 se llevó la mano al muslo derecho y se tuvo que retirar para evitar males mayores.