Figo y Raúl, una sociedad perfecta

El portugués y el "Angel" de Madrid se asociaron durante toda la noche en el Bernabeu para que el Real Madrid le diera una paliza histórica al Manchester United en la ida de los cuartos de final

MADRID -- "Tenía que ser él", murmuró y gesticuló Carlos Queiroz, la mano derecha de Sir Alex Ferguson en el banquillo del United. Cuando el sutil balón de Luis Figo enfiló en parábola el portal de Barthez, Queiroz se acordó de los hermosos detalles que le ofrecía su alumno aventajado en Lisboa cuando Figo no había cumplido si quiera los 15 años.

Queiroz, vestido de chándal, libreta en mano, giró la cabeza hacia Ferguson cuando se cumplía el minuto 12 de partido y comprobó que Figo seguía siendo "la alegría do povo". El mismo que una noche de verano del 91 celebraba abrazado a su lado el Mundial sub '20 en el estadio de La Luz del Benfica después de tumbar a Brasil delante de 100.000 personas.

En una de las interesantes tertulias de fútbol que se vivieron el lunes por la noche en el hotel Villamagna entre técnicos y jugadores del Manchester, dos nombres salieron en la conversación: Figo y Raúl. Parecía una premonición. Los dos son amigos y atesoran un alto grado de compromiso con el Real Madrid.

El United lo sabe. Y los envidia. El Madrid convirtió el duro compromiso de jugar ante el Manchester en un parque de atracciones. La media hora final del primer tiempo fue para el Real Madrid una especie de parque de ocio, un escenario donde no regaló fútbol. Lo que obsequió fue fútbol sala pero un campo grande de césped.

Lo bordaba, Zidane se divertía con caños, paredes, pases al pie y el Real Madrid plasmó una eficacia demoledora. Dos llegadas: dos goles. Uno de Figo, otro de Raúl y un tercero que pudo subir al marcador si el árbitro hubiera pitado un penal evidente que debió señalar por un claro y descarado derribo de Brown a Ronaldo.

El personal que acudió a ver si Beckham es de carne y hueso, lo vio normalito. La gente no sabe si vende o no más camisetas que otro futbolista. Pero lo que sí se pudo observar es que Beckham aún no está para suplir el talento de Figo si el portugués mantiene el nivel exhibido hoy.

Lo de Raúl es punto y aparte. Le pone entusiasmo y calidad. Es el auténtico ídolo del Bernabéu. Y el público se lo premia cada día que pasa con mayor devoción en la grada. El 3-0 en el segundo tramo fue el resumen perfecto a su soberbia actuación.

El United del primer tiempo fue increíble. Su pasividad resultó alarmante. Por no pegar, ya no da leña de verdad ni Roy Keane, bautizado en la web de su club como 'Gladiator'. El equipo de Old Trafford cuenta futbolistas del perfil pseudogaláctico, pero sus actores de reparto están muy lejos del nivel de la plantilla que arropa a los cracks del Real Madrid. Barthez, Silvestre, Brown en estos momentos no está a la altura de los madridistas.

Iker, Helguera o Guti, por ejemplo, están varios escalones por encima de una plantilla como la del equipo inglés, que si en los despachos camina como la seda, en el césped aún le queda mucho por mejorar.

Por cierto, que desde la portería comienza a crecer un equipo. En el año 2000 cuando el festival que ofreció en Old Traford el Madrid de Fernando Redondo, el señor Ferguson apareció triste y cabizbajo en la sala de prensa del United con un mensaje de incredulidad. No entendía como un niño de 18 años podía alcanzar tamaña madurez como portero. Tres años más tarde, seguro que ayer en el Bernabéu soñó cómo poder tener en sus filas a Iker Casillas, que volvió a brindar un partido sobresaliente.

-EFE


 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

UEFA Champions League
martes, 08 de abril
Portada