La audiencia, que duró quince minutos, se celebró en el patio central del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma y el motivo de la misma fue la conmemoración del centenario del nacimiento del equipo de fútbol de la capital española, que se cumple este año.

Con voz algo cansada, Juan Pablo II afirmó ante los jugadores, directivos y otros empleados que la Iglesia considera el deporte como un instrumento de educación cuando fomenta "elevados ideales humanos y espirituales" y cuando forma de manera "integral" a los jóvenes en valores como la lealtad, la perseverancia, la amistad, la solidaridad y la paz.

"El deporte, superando la diversidad de culturas e ideologías, es una ocasión idónea de diálogo y entendimiento entre los pueblos, para la construcción de la deseada civilización del amor", afirmó el Pontífice, que habló en español.

El Obispo de Roma animó a los jugadores a poner en práctica esos valores, "basados en la dignidad de la persona, frente a posibles intereses que pueden ensombrecer la nobleza del deportes mismo".

El Papa invocó la protección de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid, e impartió la bendición apostólica a los presentes y a sus familias. El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, dijo que para el club es un gran honor ser recibidos por el Papa en este año del centenario.

Pérez resaltó el espíritu de superación y de respeto por el adversario que se enseña y ejerce en el Real Madrid. Asimismo aseguró que esos valores son cada día impulsados. Florentino Pérez agregó que cuando la FIFA declaró al Real Madrid el mejor club del siglo XX no fue sólo por nuestros éxitos deportivos, sino también por la cultura llena de valores que impregnan al madridismo.

"Pretendemos llevar a la práctica un modelo de organización deportiva impregnada de valores éticos y morales, conscientes de la ejemplaridad exigible a un club como el Real Madrid", añadió Pérez.

A la audiencia asistieron veinte jugadores (Casillas, César, Michel Salgado, Hierro, Helguera, Pavón, Raúl Bravo, Roberto Carlos, Makelele, Cambiasso, Celades, Zidane, Guti, Figo, McManaman, Solari, Tote, Morientes, Portillo, Raúl), el entrenador, Vicente del Bosque.

También estuvieron presentes el director general deportivo, Jorge Valdano; los ex jugadores Amancio Amaro y Francisco Gento, y la mayor parte de los integrantes de la junta directiva.

En total, entre jugadores, directiva, médicos, masajistas y acompañantes (esposas), acudieron a la cita una sesenta personas.

La audiencia se celebró en medio de un sepulcral silencio. Juan Pablo II no fue aplaudido, como suele ser habitual, ni cuando llegó. ni tras pronunciar el discurso, ni al despedirse. Al parecer, por indicaciones del protocolo y tal vez por la emoción que rodeaba a los presentes.

El Papa regaló a cada uno de los presentes un rosario. El Real Madrid por su parte le donó una reproducción en plata del estadio Santiago Bernabeu y una camiseta blanca -el color del equipo- sin número y firmada por todos los jugadores. También le fue entregado el carné de honor del equipo número 222.305.

Todos los jugadores y demás presentes saludaron personalmente al Papa, quien al final de la audiencia posó con todos ellos para la foto de recuerdo. El Papa posó sentado, teniendo también sentado a su derecha a Florentino Pérez. Todos los jugadores le rodeaban por detrás.

Tras la audiencia los jugadores abandonaron el palacio de Castel Gandolfo por la puerta principal, donde les esperaban varias decenas de "tifosi" (hinchas) del Roma, equipo con el que se enfrentarán mañana en la Ciudad Eterna.