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Los regresos a casa pueden ser felices. Pero también pueden ser incómodos -- un período de ajuste para todos los que participan de ellos.
El regreso puede ser particularmente difícil después de más de 20 años de ausencia. Esa es la situación en la que se encuentran Los Angeles Rams ahora, de vuelta a Los Angeles después de una ausencia equivalente a una generación.
El juego del domingo de los Rams contra los Seattle Seahawks en Los Ángeles será el primer juego de la temporada regular de la NFL en Los Ángeles desde el 24 de diciembre de 1994.
Es mucho lo que ha cambiado en ese tiempo en la ciudad. Sin embargo, en un aspecto, los Rams vuelven a un terreno familiar. Hasta que se construya un nuevo estadio, el equipo jugará en el L.A. Memorial Coliseum, el mismo lugar donde jugaron cuando la franquicia llegó por primera vez a Los Ángeles en 1946.
Y en 1980, Los Ángeles superó oficialmente a Chicago para convertirse en la segunda ciudad con mayor población en la nación estadounidense. Ha mantenido esa posición desde entonces. El condado de Los Ángeles es ahora el condado más poblado de la nación, con más de 10 millones de residentes.
Después de que los Rams se mudaron a San Luis, la mayor tendencia poblacional de la ciudad fue el constante aumento de la población de latinos en Los Ángeles. Según las proyecciones del Censo, se espera que los latinos, en su mayoría originarios de México, sean la población mayoritaria en el condado de L.A. antes de 2020.
El censo de 2015 del United States Census Bureau también revela que los hispanos constituyen el 48,4 por ciento de la población del condado de Los Ángeles. En 1990, el último censo realizado antes de que los Rams partieran hacia San Luis, el porcentaje era el 37,8.
Sin embargo, es interesante observar que Pew Research indica que la mayoría del crecimiento reciente no ha sido producido por la inmigración, sino por el crecimiento nativo de familias Hispanas ya establecidas. Muchos también se están mudando fuera de los enclaves étnicos y a distintos vecindarios.
En su libro "Barrios to Burbs: The Making of the Mexican-American Middle Class", ("Barrios a Suburbios: el nacimiento de la clase media mexico-estadounidense"), la profesora adjunta de Sociología de la USC, Jody Agius Vallejo escribe, "... las crecientes generaciones de mexico-estadounidenses de segunda y tercera generación constituirán una proporción significativa de la población en edad laboral, y los demógrafos estiman que los latinos llegarán a ser un cuarto de la población trabajadora antes de 2050".
No debe sorprender entonces, que el día que los Rams jugaron su primer juego de pretemporada este año en Los Ángeles contra los Dallas Cowboys el 13 de agosto, una porción significativa de los aficionados que asistieron provenían de las áreas suburbanas de L.A., como el Valle de San Fernando. Si bien algunos condujeron y pagaron los inflados precios de estacionamiento alrededor del estadio, otros fueron más astutos, aprovechando las opciones de transporte público que ni siquiera existían cuando los Rams se fueron a San Luis.
"La Red Line comienza en North Hollywood, y solo es necesario un trasbordo para llegar al Coliseum," explicó Mathew Alesana, que viajó con su familia en el metro para presenciar el juego de pretemporada.
Una colega de Vallejo, Priscilla Leiva, profesora adjunta de Estudios Chicanos y Latinos en la Universidad Cal State de Los Ángeles, señala que dado su historial previo en la ciudad, los Rams no están partiendo de cero con los aficionados hispanos de L.A.
"Los Rams tienen una base de fanáticos Latinos que existía antes de su retorno", explicó Leiva. "Han tenido fanáticos acérrimos. El reto es ampliar esa base para incluir a los Latinos que aportaron su lealtad a otros equipos que alguna vez jugaron en L.A., como los Raiders y los Chargers".
Sin embargo, parte de la historia registra opiniones diversas.
"Los Rams también tienen importantes figuras históricas como Tom Fears, que nació en Guadalajara, México, jugó para Los Angeles Rams (1948-1956) y se convirtió en el primer mexico-estadounidense en ser inducido al Salón de la Fama de la NFL".
Leiva explicó a continuación que todavía quedaba cierto resentimiento desde que la franquicia se mudó al condado Orange en 1980.
"Los Rams abandonaron el estadio en el que están jugando ahora (Coliseum) y optaron por Anaheim debido a inquietudes relacionadas con el delito. Menospreciaron al vecindario predominantemente habitado por negros y latinos que rodeaba al Coliseum para justificar los incentivos financieros que los esperaban en Anaheim".
Durante la ausencia de los Rams de la ciudad, algunos fanáticos hispanos se convirtieron en entusiastas de otros equipos de la NFL, especialmente de los Cowboys. En el juego de pretemporada que tuvo lugar en el Coliseum, aunque los Rams ganaron, 28-24, quedó claro que gran parte de los 89.140 asistentes estaban a favor de los Cowboys.
Maxi Rodríguez, aunque declaró ser neutral, asistió al juego con algunos familiares cercanos, y estuvieron avivando a favor de los visitantes de Dallas.
"Mis padres son fanáticos de los Cowboys", aclaró Rodríguez, destacando que no eran los únicos. "Los fanáticos de los Cowboys eran más que los fanáticos de los Rams."
Alesana, cuya familia tiene ahora abonos de temporada para los juegos de los Rams, se ha convertido en fanático de ellos. "Toda la vida fui un fanático de los 49ers pero hice la promesa de apoyar a un equipo de L.A. cuando vino".
El partido de fútbol americano nocturno del 12 de septiembre entre los 49ers y los Rams puede haberle producido cierta amargura a Alesana, al observar cómo su equipo anterior impedía anotar a su equipo actual en un juego poco agradable que terminó 28-0.
Para muchos fanáticos hispanos de Los Ángeles, que son tradicionalmente leales, puede resultar difícil cambiar y brindar su adhesión a los Rams.
Después de una ausencia tan prolongada del sur de California, será más difícil para la nueva generación de latinos, que es más variada y menos homogénea que nunca, sentir alguna conexión con el equipo.
"Más que nada, los Rams necesitan ganar y representar algo más que el retorno a casa", insiste Leiva. "Los latinos no quieren caprichos. Equipos como los Dodgers y los Raiders aportaron esperanza a las comunidades de latinos en momentos políticos y económicos difíciles. Se hicieron eco de la lucha de los latinos en L.A. y aportaron esperanza para una segunda oportunidad y un mañana mejor. Nada conquista mejor a una ciudad que la grandeza".
Considerando su primer juego de la temporada regular de este año, los L.A. Rams tienen un largo camino por recorrer para ganar el apoyo de fanáticos que quieren ver grandeza.
Pero eso de ninguna manera es imposible. Para algunos, el solo amor por el juego y la proximidad de un equipo local han demostrado ser suficientes.
"No me arrepiento en absoluto", insistió Alesana acerca de convertirse en fanático de los Rams. "No podría estar más contento por tener el fútbol americano de nuevo en L.A."