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Camino de Indios a playoffs tiene ruta familiar: estrellas latinas

Cuando los Kansas City Royals vengaron su derrota en la Serie Mundial del 2014 apenas un año después, los puntos de plática fueron la consistencia y el gran grupo que formaron. A pesar de la falta de jugadores estrella, los campeones en el 2015 emplearon diariamente una ruta al éxito que dependía más del grupo y no del individuo.

Como muchos equipos notables hoy en día, aquello incluyó grandes contribuciones de los peloteros latinos que ayudaron a cargar el equipo durante la temporada regular y en octubre. En esa campaña, Kendrys Morales fue el líder de Kansas City en jonrones e impulsadas. Edinson Vólquez y Yordano Ventura ganaron desde el montículo más juegos que cualquier otro lanzador del club, y Vólquez lanzó más de 200 entradas, el único en la rotación que lo logró. Kelvin Herrera, Alcides Escobar y Salvador Pérez fueron tres de los siete Reales votados al Juego de las Estrellas aquel julio.

Pese a no poder sostener ese éxito en esta temporada, los Reales tienen un sucesor espiritual en los playoffs actuales: su rival de división, los Indios de Cleveland. Con una nómina relativamente baja, pocos jugadores estrella y un gran grupo de latinos que ha mostrado consistencia, la Tribu parece lista para enfrentar la postemporada, una que si termina de la forma que acabó para los Reales el año pasado, acabaría con una sequía de 68 años sin campeonato.

En el orden de bateo, el Dominicano Carlos Santana pegó 34 jonrones, la mayor cantidad en el equipo junto a Mike Napoli. Las 87 impulsadas de Santana lo colocan segundo después de Napoli, y nadie jugó más que los 158 juegos en los que apareció esta temporada. El desarrollo de Francisco Lindor fue más que notable, ya que el jugador de 22 años de edad anotó 99 veces, pegó 15 jonrones y robó 19 bases en su segunda temporada dentro de las mayores. Defensivamente hablando, el puertorriqueño fue una revelación salvando 15 carreras defensivas en 155 partidos como campo corto.

Además de Lindor, la juventud tuvo gran representante en José Ramírez, quien a sus 24 años bateó .312, robó 22 bases y conectó 46 dobles en la temporada. Jugando 117 veces en tercera base, cometió apenas cinco errores y ayudó a completar 16 doble matanzas. Los receptores Yan Gomes, de Brasil, y Roberto Pérez, de Puerto Rico, combinaron para sacar a 39 por ciento de los que intentaron robar base. Pérez se convirtió en el catcher personal del lanzador Corey Kluber, y lo guió a un porcentaje de carreras limpias de 2.52 cuando ambos coincidieron en 2016.

Como Kansas City el año pasado, los Indios también dependieron bastante de sus lanzadores latinos para llegar a octubre. Pese a que Terry Francona, el manager de Cleveland, no podrá emular a su contraparte en Kansas City, Ned Yost, como este operó el pasado octubre (Yost puso a abridores latinos sobre el montículo en 13 de los 15 juegos de postemporada en 2015, su confianza fue tanta que Johnny Cueto lanzó el primer juego completo en la Serie Mundial desde 1991), no será el talento que tendrá a su disposición sino la cantidad de jugadores saludables que impactará la prosperidad o la falta de ella para los
Indios en los siguientes juegos.

Carlos Carrasco acabó con récord de 11-8 y un PCL de 3.32 en 25 juegos esta temporada. Pese a tener la menor cantidad de juegos dentro de la rotación de abridores, sus estadísticas son solamente superadas por Corey Kluber dentro de la misma. El jugador de 29 años de edad también brilló al tener su PCL más bajo como abridor en tres temporadas. La semana pasada, Carrasco fue transferido a la lista de lesionados, acabando su temporada tras una segunda lesión y obligando a Cleveland a reconstruir su grupo de abridores.

Mientras tanto, el lanzador de 26 años, Danny Salazar, continuó su ascenso dentro de la rotación con una línea estadística de 11-6, 3.87 PCL y 161 ponches en 25 aperturas. Pese a que Salazar también ha batallado con lesiones (se perdió la mayor parte de septiembre con una lesión en su antebrazo) se espera que pueda volver en los playoffs. Su salud ha sido lo único malo de su campaña, ya que el producto de la República Dominicana llegó a su primer Juego de las Estrellas, acabando una gran primera mitad con un PCL de 2.22 en junio, siendo el segundo mejor en toda la Liga Americana.

Cuando los Indios se enfrenten a las Medias Rojas este jueves en la Serie Divisional de la Liga Americana, será responsabilidad de muchos de esos jugadores para entregar una gran postemporada que busca satisfacer a una ciudad que apenas rompió con una sequía impresionante con todas sus franquicias cuando los Cavs lo ganaron todo en la NBA. Irónicamente, un segundo campeonato en un año otorgaría una comparativa justo a la ciudad de Boston y al equipo que deben vencer en esta serie para mantener vivo su sueño.

Si efectivamente lo logran, los Indios seguramente agradecerán las comparaciones con Kansas City y Boston para su franquicia y su ciudad. Pero hoy, la historia está para que ellos la escriban, y si efectivamente triunfan este octubre, será solamente su historia la que realmente les importará.