Carlos Nava, ESPN Digital 7y

Kaleb Canales rompe barreras en tierra de gigantes

DALLAS - La familia Canales pronto descubrió que su hijo Kaleb tendría que buscar un deporte diferente al de la gran mayoría de los hispanos, el fútbol. Y rápido decidió por el básquetbol.

"Una de las historias es que cuando yo era pequeño mi papá era entrenador de fútbol soccer", recordó Kaleb Canales. "Me llevó a la cancha a jugar, me pasó la bola y yo la recogí con las manos y desde ese tiempo mi papá me dijo 'no, tú no vas a jugar fútbol'".

"Es una cosa que cuando estaba muy pequeño me enamoré del deporte del básquet y aquí estoy", agregó.

Kaleb Canales, de 38 años, es ahora la mano derecha del entrenador en jefe de los Dallas Mavericks en la NBA, donde funge como coordinador ofensivo.

"Es algo de lo que estamos muy orgullosos", dijo Canales. "Es un honor para mi familia y para mi tener esta oportunidad de estar como entrenador de los Dallas Mavericks; estar con el entrenador Rick Carlisle, estar con Donnie Nelson, Mark Cuban. Y con jugadores como Dirk Nowitzki y J.J. Barea".

"Es una oportunidad para nosotros", agregó. "Un honor para nosotros que trabajamos muy duro todos los días para ser mejores".

De hecho, Canales, nacido en Laredo, Texas, es el único mexicano-americano que cumplió el sueño de ser entrenador en jefe de un equipo en la NBA, cuando en el 2012 fue nombrado estratega interino de los Portland Trail Blazers.

"Cuando está pasando no piensas en todo", mencionó. "Sólo piensas en el equipo y cómo vas a preparate para el siguente juego. Aún teníamos 23 juegos y yo sólo pensaba en cómo prepararlo para el resto de la temporada, cómo ganar esos partidos".

"Es una cosa que ahora regreso y veo que fue una gran oportunidad que nos dieron ahí para crecer como entrenador y que con el favor de Dios nos ayudará en el futuro".

Jugadores de los Mavericks consideraron que Canales es uno de los principales entrenadores asistentes en la liga, que es muy inteligente, maduro y creativo, por lo que pronto tendrá otra oportunidad como entrenador en jefe.

"A pesar de todas sus habilidades estratégicas y de liderazgo, su principal cualidad es su pasión por el deporte", consideró el estrella de los Mavericks, Dirk Nowitzki. "Es un muchacho que siempre tiene la respuesta adecuada y que sabe la manera de motivar, de ajustar. Es una mente brillante joven en la NBA".

Pero el camino de Canales hacia el máximo nivel del básquetbol comenzó desde su infancia, en la que pasó buena parte de su tiempo libre jugando con sus amigos de la "cuadra" como cualquier otro niño y en ligas organizadas.

Siempre dijo que estuvo consciente de que primero tenía que concentrarse en la escuela y que el resto caería por sí mismo, en términos personales y deportivos.
Hasta que llegó el momento de tomar la decisión de dejar la duela como jugador y comenzar a pensar en que podría seguir una carrera con pantalón largo en el básquetbol.

"Llega ese tiempo en que ya sabemos que no puedes jugar, que te das cuenta que no vas a jugar en la NBA", comentó. "En ese momento comencé y oré que yo quería ser entrenador. Gracias a Dios trabajé muy duro con la escuela para tener oportunidades como ahorita".

Las principales obligaciones de Kaleb como coordinador ofensivo son tratar de mejorar el desempeño de sus jugadores de ese lado de la duela, incluidos veteranos como José Juan Barea, Wesley Matthews, con quien también trabajó en Portland; Nowitzki, y los recién llegados Harrison Barnes y Andrew Bogut.

Dijo que trabajar con Nowitzki es un sueño convertido en realidad, aunque también acarrea responsabilidad.

Canales consideró que el gran secreto de la longevidad al más alto nivel de Nowitzki durante 18 temporadas con los Mavericks es su preparación, dentro y fuera de la duela.

Pero que de cualquier manera necesita ayuda de entrenadores y compañeros.

"Para eso estamos aquí, para seguir poniéndolo a él en la mejor posición para el equipo", explicó. "Él hace un gran trabajo pero nosotros tenemos que ayudarle para dejarlo en la mejor posición en la cancha para que tenga grandes oportunidades".

"No sólo para encestar, sino también para que vea al resto del equipo", agregó.
También de manera voluntaria funge como "traductor honorario" para los entrenadores, en especial esta pretemporada con la llegada del argentino Nicolas Brussino, incapaz de hablar o entender inglés.

"Yo le digo a todos: 'Él habla basquetbol'", dijo. "A la mejor no habla inglés y no lo entiende como él quisiera ahorita, pero sí lo va a entender. Él habla el idioma del básquetbol y ahorita el lenguaje del básquetbol se habla en todo el mundo".

UN HISPANO COMO CUALQUIER OTRO

Paralelo al glamour que conlleva ser uno de los más reconocidos entrenadores asistentes en la NBA, Canales lleva una vida común como la mayoría de los hispanos.

Gusta de ver el fútbol mexicano, en particular a los Pumas de la UNAM, equipo en el que dijo recuerda a la generación de Luis García y Jorge Campos que cuando era pequeño su padre idolatró.

También escucha música mexicana y se alegra de las grandes fiestas, como el verano pasado cuando contrajo nupcias.

"Mi esposa es de Portland, Oregon", dijo. "Hicimos una gran fiesta con mucha música de las dos culturas. Fue una gran tiempo y la pasamos muy a gusto".

También se detiene como cualquier mexicano a comer en puestos o pequeños restaurantes de tacos, aunque es un hecho que tiene bien claro cuál es su comida favorita.

"Todo lo que hace mi mamá...", afirmó. "Claro que la comida mexicana es mi favorita, pero cuando viene mi mamá a visitar siempre le pido que haga sus enchiladas, cosas así, pero todo es muy rico".

Caleb reiteró estar sólo concentrado en su trabajo y oportunidades con los Mavericks, que incluso ayudan a la unión familiar por la cercanía geográfica con su natal Laredo, Texas.

Pero no descarta como uno de sus objetivos de vida ser entrenador en jefe de tiempo completo en la NBA.

"Es un sueño todavía para mi", manifestó. "Fue un sueño cuando tuve la oportunidad y va a ser un sueño para mí en el futuro".
Caleb reconoció ser un ejemplo en vida de que sin importar la nacionalidad, raza, estatus social o cultural, todas las metas se pueden cumplir con dedicación y estudio.

"Es un honor (representar a los hispanos en la NBA)", afirmó. "Es una responsabilidad. Hay que enseñarle a los niños que también pueden soñar y algún día llegar aquí".

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