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La golfista Lizette Salas mantiene nexo estrecho con la comunidad latina

La meta de Lizette Salas ha sido la de impulsar el juego de golf dentro de la comunidad latina. David Cannon/Getty Images

Lizette Salas estaba frente al tee para así dar inicio a su semana en el torneo ANA Invitational de este año y miraba hacia la pista, donde docenas de rostros se concentraban detrás de los cordones puestos para separarlos de la acción. Esas caras se parecían mucho a ella.

Y durante las horas y días siguientes, la golfista orgullo de Azusa, California, era seguida por la cancha del Mission Hills Country Club paso a paso y tiro por tiro por damas pertenecientes a la Asociación de Golfistas Latinas (LGA, por sus siglas en inglés).

La mayoría de ellas hacían el viaje a diario desde el Área Metropolitana del Gran Los Ángeles para así apoyar a la estrella de su terruño. Todas estaban allí presentes para así poder aplaudir a la mujer que provocó que ellas se interesaran por un deporte que pocas jugaron mientras crecían pero que han aprendido a amar desde entonces.

"A veces, todas vestimos camisetas y botones con su nombre y caminamos al lado de ella y aplaudimos y coreamos", expresó Azucena Maldonado, fundadora de la LGA.

"Ella sabe quienes somos nosotros, además, hay muchos amigos y familiares oriundos de Azusa y niños del programa infantil de San Gabriel siguiéndola", prosiguió Maldonado. "Todos nos sentimos tan orgullosos de ella".

Salas se ha convertido en la figura central entre las golfistas norteamericanas de ascendencia hispana, especialmente en su terruño de Asuza, en el área oriental de Los Ángeles, en la cual hay un 68 por ciento de población de origen latino.

A medida que ha crecido la estatura profesional de Salas durante sus siete años en LPGA Tour, en los cuales ha ganado un torneo, se ha ubicado en el Top 10 en 26 ocasiones, jugado en tres equipos representando a Estados Unidos en la Solheim Cup y amasado más de $4 millones en premios, también ha aumentado su presencia dentro de la comunidad que aún denomina su hogar.

"Una de mis metas era crear mayor conciencia sobre el golf donde se podía creer que este deporte no existía, especialmente dentro de una comunidad hispana de gran tamaño", expresó Salas, actualmente dueña del puesto 24 del ranking mundial.

El programa local San Gabriel Junior Golf, iniciado por su instructor de gold Jerry Herrera, ha enseñado este deporte a 14.000 niños en 13 años. Los participantes del programa público, que se lleva a cabo durante todo el año, practican una vez a la semana, pagando $2 la sesión por cada niño. Estas incluyen instrucción profesional, pelotas ilimitadas, tutoría escolar, mentoría para orientación vocacional y una variedad de formas de jugar golf para los niños.

El programa se inició en 2006 en el Azusa Greens Golf Course, donde el padre de Salas sigue laborando en el mantenimiento de la cancha de golf. Fue allí donde su hija comenzó a golpear pelotas. Luego, el programa cruzó el Río San Gabriel hasta llegar a la cancha ejecutiva de nueve hoyos del Rancho Duarte Golf Course en 2016 y sigue convirtiendo a niños de los barrios locales en golfistas prestos a ganar becas universitarias.

No sorprende entonces que la jugadora que todos respetan y veneran es justamente la que creció igual que ellos, la que ahora es patrocinadora del programa, ayudó a pagar por una pizarra de $6,400 que también sirve como escenario de oradores invitados y quien les dice que su educación es más importante que cualquier tiro en la cancha de golf.

"Si bien viaja por el mundo con el LPGA Tour, Lizette se mantiene activa dentro del programa y sirve de tremenda inspiración para los niños y niñas que forman parte de él", indicó Herrera, profesional de la PGA y presidente del programa San Gabriel Junior Golf. "Cuando ella hace una aparición, los niños rebozan de alegría, pero se sienten muy cómodos con ella, como si fuera una de ellos".

Salas hace mucho más que sólo aparecer en escena y firmar autógrafos. Forma parte de la junta directiva del programa como secretaria-tesorera y se mantiene informada sobre los costos del programa. Cuando los jóvenes participantes aplican para obtener becas universitarias o se inscriben para un cupo colegial, Salas firma cartas de recomendación.

Además, aporta su nombre al premio Lizette Salas al Jugador del Año del programa, otorgado tanto para golfistas masculinos como femeninos. Y cuando el programa incorporó su equipo viajero comunitario en la PGA Junior Golf League, tanto niños como niñas vistieron camisetas que rezaban "Equipo Lizette Salas".

"Los niños me mantienen humilde", dijo Salas, sonriente. "Siempre supe que el golf iba a ser mi boleto a la universidad y así poder tener una vida diferente".

Salas fue golfista novata en la Universidad del Sur de California (USC, por sus siglas en inglés) cuando Herrera inició el programa, pero ella ha podido ver de primera mano el impacto que ha causado en las vidas de jovencitos provenientes de su comunidad.

"Si yo hubiese podido participar en un programa junior así cuando fui niña, me habría ayudado a comenzar con buen pie", indicó.

Salas también ha servido como influencia en los jugadores de secundaria de su área. Durante los dos últimos años, su exentrenador de secundaria ha llevado a sus pupilos a verla jugar en el Kia Classic.

Alexa Melton, quien aprendió a jugar dentro del programa San Gabriel Junior Golf, se impuso en el Campeonato Amateur Femenino del Sur de California en julio pasado. Melton, de 17 años, practicará golf en la Universidad Pepperdine el próximo año y espera seguir los pasos de Salas en el LPGA Tour.

"Tenemos jóvenes increíblemente talentosos y algunos llegarán a superar a Lizette en el futuro", expresó Herrera.

Otra joven de la localidad, Briana Chacón, de 17 años, no comenzó en el programa de San Gabriel, pero si vio a Salas como la jugadora que quería emular. Chacón jugará golf en la Universidad de Oregon el próximo año e igualmente, sueña con hacer vida en la LPGA una vez se gradúe.

"Siempre le mostré a Lizette y al equipo femenino de golf de la USC a mi hija", indicó Oscar Chacón, residente de Whittier, California. "Le decía: 'Lizette es mexicana-norteamericana, igual que tú'. Por eso, su influencia siempre ha estado presente".