Mark Sánchez y los Jets de Nueva York saltaron a la cancha del Estadio Gillette buscando reivindicación tras la senda paliza que les propinaron los Ravens el pasado domingo.

Sánchez apenas lanzó para 119 yardas en la frígida noche en Baltimore, donde el monstruo morado de la defensa de los Ravens se comió vivo al ex estrella de la Universidad del Sur de California, quien apenas completó una tercera parte de sus pases, sin conseguir ningún touchdown en la derrota por marcador de 34 por 17.

Mark Sánchez
Getty ImagesMark Sánchez no pudo evitar la derrota de su equipo a pesar de su buen partido ante Patriots

Fue una embarazosa noche para la línea ofensiva neoyorquina, que sin su estelar centro Nick Mangold fue completamente arrollada por los Ravens, derribando a Sánchez en varias ocasiones, algo que ha ido sucediendo con singular frecuencia en los últimos partidos sin el todo estrella como ancla.

Sin embargo, las amplias críticas que ha recibido Sánchez, incluido un pésimo rating como quarterback, reportado por ESPN como 75.9, uno de los peores de la liga, no pareció afectar la disposición del joven mariscal de cara al crucial partido en Nueva Inglaterra.

"No importa lo que digan, yo soy el jefe aquí. Vamos a ganar el próximo juego, esa es la confianza que tengo en mí mismo y es el tipo de actitud que tengo que tener, y así me siento", declaró Sánchez tras una práctica previa al encuentro en Foxborough.

Fue así como el mariscal mexico-americano y una rejuvenecida escuadra verde se dieron cita a las afueras de Boston con Mangold a cuestas, en una insólitamente cálida tarde de otoño, sin aparente aprensión con respecto a los impresionantes números ofensivos que han sumado los Patriotas y el siempre temible Tom Brady.

Los Patriotas arrancaron por todo lo alto para el deleite de la afición local, extendiendo una temprana ventaja de 10 puntos.

Con 11:39 restando antes del entretiempo la historia parecía haber cambiado, Shonn Greene acarreó tres yardas por tierra un pase de Sánchez para un touchdown, y justo antes de finalizar el cuarto, Antonio Cromartie interceptó un balón de Brady para evitar que se ampliase el marcador.

La segunda parte del duelo siguió siendo de ida y vuelta, con apenas seis puntos separando a los archirrivales del Este la Conferencia Americana a poco más de sietes minutos del pitazo final.

Al fin y al cabo los Patriotas sellaron su cuarta victoria de la temporada con una patada de 28 yardas, y aunque sus estadísticas no fueron equivalentes a las de Brady, Sánchez tuvo un buen encuentro, completando 16 de 26 pases, con tres touchdowns sin ninguna intercepción. Su rating hasta fue mejor que el de Brady, 105.6 contra 100.7.

Pero los únicos números que importan son las cifras finales, y en este caso, Nueva Inglaterra se impuso 30-21, con una ofensiva efectiva para 446 yardas, en su decimotercer partido consecutivo marcando 30 puntos o más en casa, a uno sólo de igualar la marca de todos los tiempos en la NFL. Fue también el tercer revés consecutivo de la temporada para los Jets, todos fuera de casa.

"Tuvimos las oportunidades, pero no comprendo qué sucedió... porqué tardamos tanto en arrancar", declaró Sánchez en relación a la ventaja temprana acumulada por los locales. "Tuvimos una de las mejores semanas de práctica de toda la temporada, de veras que no sé qué nos sucedió".

"Es sumamente frustrante, pero una vez arrancamos, agarramos el ritmo y a mitad del partido no fue muy bien", añadió Sánchez, en referencia a los tres touchdowns anotados por los Jets en respuesta a la ofensiva patriota. "Nunca dudamos que llegamos aquí a ganar, así que es increíblemente frustrante, pero tenemos que reponernos de esta derrota. Nunca pensé que perderíamos tres partidos al hilo y este es uno de los peores momentos... es muy frustrante..."

"En ningún momento fue falta de esfuerzo, estoy muy orgulloso de mi equipo, tuvimos ahí y luchamos hasta el final... ahora lo importante es estudiar y prepararnos para el próximo partido, simplemente tenemos que ganar", concluyó.

Cabe señalar que previo al partido se celebró un minuto de silencio en honor a Al Davis, el legendario técnico y gerente general de los Raiders de Oakland, quien murió el día anterior.

El extenso legado de Davis definió lo que conocemos como la NFL hoy en día, ya que en 48 años de legendaria carrera, fue un pionero en redefinir la liga y quebrar barreras, siendo el primer dueño de equipo en contratar a un coach afro-americano, Art Shell, y al primer hispano, Tom Flores.

Davis también hizo muy famosa una singular frase en inglés... "Just win, baby!" (Sólo hay que ganar, baby...), destacando desde un principio la verdad más importante en la NFL: Lo único que importa es ganar.

Es así como sólo nos queda decirle a Sánchez, con mucho respeto al Sr. Davis, llegó la hora de ganar.

Llegó la hora de demostrar su temple y talento, de comprometerse con la excelencia, y no hay mejor momento que el próximo partido en casa, el lunes, 17 de octubre, antes las cámaras del célebre Monday Night Football transmitido por ESPN, ante nada menos que los Miami Dolphins... no hay mejor silenciador para las críticas que la victoria.