LOS ÁNGELES -- Don Ignacio "Nacho" Beristaín es uno de los mánagers más prestigiosos y respetados del pugilismo actual.

Merecidamente, su nombre ya está en el Salón de la Fama del Boxeo en Canastota, Nueva York, gracias a una fructífera carrera que comprende su presencia en la esquina de veinte campeones mundiales, desde Ricardo "Finito" López, hasta los hermanos Márquez, Juan Manuel y Rafa, pasando por Gilberto Román, Daniel Zaragoza y el mismo Oscar de la Hoya.

Don "Nacho," a quien he tenido la suerte de conocer, tratar y entrevistar, a lo largo de las pasadas tres décadas, es uno de los mejores en el mundillo de las narices chatas y las orejas de coliflor, cuando de pedirle una opinión se trata.

Porque es articulado, porque es un buen analista del boxeo, un estudioso de la materia y porque siempre va de frente a la hora de expresar lo que siente y piensa.

Manny Pacquiao y Juan Manuel Márquez
AP PhotoPacquiao y Márquez tuvieron la penúltima parada de su gira promocional en Beverly Hills

Y dentro de ese tenor, Beristaín no se anduvo por las ramas al comentar sobre las 25 mil millas que comprende la gira promocional de la pelea entre su pupilo, Juan Manuel Márquez y Manny Pacquiao, que se inició en Manila, Filipinas, hizo escala en Nueva York y este miércoles aterrizó en Beverly Hills, antes de finalizar en México, D. F.

"Ha sido agobiante, difícil para todos, pero debemos colaborar con la promoción," reconoció "Nacho," quien entiende a la perfección las reglas del juego, en una época en que los sueldos de los boxeadores, incluído el porcentaje para su entrenador, en cada una de estas mega carteleras, dependen de la promoción, para atizar el fuego de la pasión que, a su vez, se traduce en compras para el pay-per-view.

Sólo para dar un ejemplo, Antonio Margarito se embolsó alrededor de 10 millones de dólares, por concepto de porcentaje en las ventas del hoy popular pago por evento, con motivo de la paliza que el congresista filipino le propinó el año pasado en el estadio de los Cowboys de Dallas.

El sistema funciona así: cada boxeador tiene garantizada una bolsa, que en el caso de Pacquiao vs Márquez III, el filipino ganará cinco veces más que el mexicano. En otras palabras, si Manny se lleva 10 kilos, Márquez se queda con dos.

Luego viene lo bueno, porque según lo que diga la letra fina del contrato, por cada hogar que pague los 54 dólares con 95 céntimos que cuesta la pelea, más allá de un límite, que puede ser los 500 mil o los 750 mil abonados, Márquez y también Pacquiao, obviamente, se llevan un porcentaje.

El negocio está garantizado, porque en cada una de sus últimas seis peleas, Manny Pacquiao pasó del millón de afiliados al pay-per-view.

Por ello, todos, boxeadores, entrenadores, sus promotores y hasta quienes les cargan la maleta, le entran con gusto a la promoción del evento.

Juan Manuel Márquez tuvo un recibimiento de huésped distinguido en las Filipinas, según nos relató "Nacho" Beristaín, con un Pacquiao mostrándose como un gran anfitrión, incluída una visita a la catedral, recepciones por parte del alcalde de Manila y de la Embajada de México en esa ciudad.

Manny cantó en Nueva York, en otra conferencia de prensa, combinada con el acceso de los aficionados.

Lo de este miércoles, en uno de los hoteles más pomadosos de Beverly Hills, el favorito de José Mourinho, ya sea en pretemporada con Chelsea, Inter o con el Real Madrid, por su cercanía con Rodeo Drive, fue un poco más reservado.

Tan "sólo" unos 500 reporteros, incluyendo a los colados que no pueden faltar, más de 40 cámaras de televisión, valet parking, un suculento almuerzo, pues todo va a la cuenta del producto del pay-per-view.

Los boletos del MGM, ya etán agotados. Y eso se produce virtualmente desde el primer día que salen a la venta, pues lo que sucede, es que se los reparten entre todos los casinos, para atraer a sus huéspedes VIP, a quienes hasta les mandan traer en aviones privados.

Pero eso no es un problema, pues todo mundo puede irse a la Ciudad del Pecado y de las máquinas traga-monedas sin fin, y ser parte del carnaval boxístico, ya que, además del cupo para unos 18 mil espectadores del Garden Arena en el MGM, se habilitarán otras 20 mil butacas para ver la pelea en circuito cerrado, en diferentes escenarios.

Mientras tanto, la gira no se detiene. Pacquiao, a bordo de un avión privado, viaja a la capital mexicana, para la última cita, antes de ser depositado en su país natal.

Esta vez, el espectáculo promocional será en el Monumento a la Revolución, donde dirá presente don Francisco "Paquito" Valcárcel, quien viaja ex profeso desde su natal Puerto Rico. El es el presidente la Organización Mundial de Boxeo, organismo que avala el título mundial de peso welter que Pacquiao expone frente a Márquez, en un combate pactado en las 144 libras.

Es que, con todo el circo promocional del pay-per-view, casi nos olvidamos que esto se trata de boxeo.