Cuando Luis Martínez tenía ocho años y vivía en Dorado, Puerto Rico, los sábados y domingo era obligado ver la lucha libre en la televisión.
Ahí fue que comenzó el amor a esa disciplina que hoy practica a sus 36 años en la compañía Ring of Honor usando el nombre de Punishment Martínez y luciendo el campeonato de televisión de la empresa.
"Cuando yo tenía ocho años, vivía en Puerto Rico, en Dorado. Como todos los niños en esos tiempos en la isla veíamos las luchas, a Carlos Colón, El Invader", recordó Martínez, puertorriqueño nacido en Nueva York. "También todos los juegos, que teníamos, que nuestros padres compraban, eran de WWF. Ahí fue que comenzó el interés en la lucha libre".
Una situación familiar obligó a su padre y a él a regresar a La Gran Manzana y continuar su desarrollo como adolescente, pero el amor a la lucha continuó alimentándose cada vez que su padre lo llevaba al Madison Square Garden a ver los eventos de la entonces WWF en vivo.
"Después me mudé con mi papá a Nueva York y seguí enamorándome de la lucha libre y siempre me llevaba a la lucha en el Madison Square Garden a verla en vivo", añadió Martínez.
La lucha, sin embargo, no fue el primer deporte de contacto que practicó. Debido a que su padre practicaba las artes marciales, Martínez entrenó con él y llegó a ganar campeonatos nacionales en Nueva York cuando la UFC no tenía el ímpetu presente.
Sin embargo, su pasión por el pancrasio dominó su éxito en las artes marciales mixtas y a los 20 años ingresó a la escuela de lucha libre Monster Factory basada en Nueva Jersey y comenzó a "pagar sus deudas", como se dice en el argot del deporte. Durante 10 años luchó en promociones pequeñas independientes en la costa este de Estados Unidos antes de tener su oportunidad en Ring of Honor.
"El sueño mío desde que era chiquito era tener ese momento como yo los veía en televisión, estos luchadores haciendo sus entradas, ganando campeonatos y todos esos momentos que veía que eran especiales, y yo quería eso para mí", apuntó Martínez. "A los 20 años fui a una escuela y aquí estoy yo".
Kevin Kelly, quien era el narrador de Ring of Honor en el 2014, asistió a un seminario en donde participaba Martínez y comenzó a hablarle de la empresa. De hecho, fue quien lo entusiasmó a ingresar en la compañía.
"Me empezó a explicar muchas cosas, ya que no conocía de Ring of Honor. Allí empecé en su escuela y poquito a poco, un paso a la vez, me dieron la oportunidad de luchar en televisión", dijo Martínez.
El pasado 18 de junio, se coronó campeón de la televisión al vencer a Silas Young, y el 28 de septiembre, le toca defender el campeonato en Las Vegas ante Chris Sabin. Martínez aspira retener en la ciudad del pecado, ya que tiene más adelante un gran sueño que cumplir.
"Ahí fue el primer PPV mío con Ring of Honor, para mi es especial", aseguró Martínez. "Muchas cosas especiales han pasado allí en Las Vegas. Este viernes voy contra Chris Sabin, quien es reconocido como luchador. Para mí lo conozco muy bien y no entienden que es tremendo, puede luchar solo. Su único problema es que lo va a tratar contra Punishment", adelantó.
En abril del 2019, Ring of Honor tendrá un espectáculo de primer nivel en Nueva York, área en donde ocurrirá Wrestlemania al otro lado del Río Hudson. La empresa se arriesgó a competir con la WWE y alquiló el Garden, sede regular de la compañía, y vendió toda la boletería en horas.
Llegar al histórico recinto como luchador significa mucho para el puertorriqueño, que nunca ha peleado en el país caribeño.
"Para mí, personalmente luchar en Madison Square Garden es algo súper especial. Mi papá me llevaba a cada mes. Es algo bien especial regresar como adulto y ahora luchador en el mismo edificio. Es un sueño que nunca se tuvo, pero quieres tener. No se puede explicar", explicó en entrevista telefónica.
El vender en su totalidad el Garden significa mucho, además, para los restantes integrantes de la nómina de Ring of Honor, incluyendo empleados y luchadores. Es reflejo del trabajo fuerte que hacen.
"Cada luchador, cada empleado de la compañía, hacemos lo más posible para hacer el mejor show", dijo Martínez. "Eso es orgullo, pasión, cada uno de nosotros cada vez que vaya a trabajar va a hacer el mejor trabajo posible, no importa cuántas personas hayan (en el edificio)".
Todo se reduce simplemente, de acuerdo a Punishment, a disfrutar su trabajo, algo que comparte con los otros luchadores.
"Nosotros estamos felices haciendo lo que gozamos siendo niños", concluyó Martínez.