ESTOCOLMO -- El presidente del Brasil, Juscelino Kubitschek, en una breve alocución a través de los micrófonos de Radio Nacional de Brasil manifestó que la victoria del equipo brasileño en la final del Campeonato Mundial es una hazaña "que marca una nueva etapa para el nuevo Brasil".
El presidente anunció que proclamará día de fiesta nacional el día que el equipo brasileño regrese al país. Anunció luego que enviará su avión personal a Recife para que desde allí traslade a los jugadores hasta Río de Janeiro, donde los recibirá personalmente.
No sólo el mandatario se mostró feliz con la conquista en Suecia, sino todo el pueblo brasileño. Según informó el diario La Vanguardia, una lluvia de cohetes fue lanzada con motivo de la victoria. Además, las bocinas de todos los vehículos emitieron un ruido ensordecedor y el clásico sonido del compás de la samba fue escuchado por primara vez en el centro de a ciudad desde que terminó el Carnaval de Río.
Todos los brasileños, en la calle, se estrechaban las manos, felicitándose por la victoria del equipo. Los periódicos publicaron ediciones extra y los aficionados bailaron la samba en todo el país. El pavimento de las principales calles era invisibles, ya que quedó cubierto por una sábana de confetti.