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Simone Biles no se ha dado cuenta de su grandeza

RÍO DE JANEIRO -- Simone Biles parece una joven tan ingenua que tal vez ni siquiera se ha dado cuenta de la grandeza de su desempeño en apenas dos competencias de Juegos Olímpicos.

Biles fue la base para que Estados Unidos ganara la medalla de oro por segundos Juegos consecutivos en el All-Around femenil por equipos, el lunes pasado.

La atleta, de 19 años, ni siquiera tuvo competencia este jueves para convertirse en la nueva reina de la gimnasia, al coronarse en el All-Around individual de Río 2016 y en la cuarta campeonato consecutiva estadounidense de los Juegos en la especialidad.

“Creo que ni siquiera me he dado cuenta de lo que está pasando”, dijo Biles, menos de una hora después de conquistar subir al podio para recoger su segundo oro consecutivo. “Sólo me concentro en lo que debo hacer sin importar lo que hagan las demás. Vine con un objetivo y hasta ahora he cumplido”.

En medio de un centenar de reporteros que esperaban por la estadounidense en la zona mixta para entrevistas, la chica pasaba con sonrisa de oreja a oreja, una sencillez y comentarios maduros digna de aplaudir para una joven de su edad.

Más aún, para una joven que tiene a los “dioses del Olimpo” de su lado.

Incluso los más grandes atletas estadounidenses, celebridades, políticos y hasta rivales se inclinaron hacia ella; rindieron tributo a través de redes sociales y de manera más pública.

Mientras, ella dijo que sólo pensaba en la alegría que daba a sus padres, compañeras de equipo y al público que llegó a la Arena Olimpica de Río para ovacionarla, rendirle un culto casi sagrado, que pocas veces se ve para una competidora en cancha ajena.

Biles ejecutó casi perfecta en las cuatro modalidades, a pesar de que llegó a la última ya con la medalla en la bolsa, en un día en que la mitad de los conocedores de la gimnasia sabían que era un mero trámite.

Incluso, su compañera de equipo Alexandra Rasmani, quien consiguió el segundo lugar, sabía que la medalla era para Biles, desde que comenzó la competencia.

Incluso cuando llegó a la rutina de piso a manos libres, Rasmani ejecutó muy apegada a la perfección; el pública la ovacionó hasta que la hizo llorar.

Inmediatamente después de ella siguió Biles, quien sólo necesitaba 13.666 puntos para coronarse en Río.

“Sólo le dije ‘quiero que tú ganes porque yo voy a terminar segunda”, dijo Raisman.

Así sucedó, Raisman hubiera sido campeona en casi cualquier otro momento. Pero no esta noche porque ahí estaba su amiga.

Ambas esperaron por las calificaciones que los jueces otorgaron a Biles sumó 15.933 puntos y no dejó duda alguna. Ganó de manera categórica para darle a la que ya parece la capital mundial de la gimnasia, el estado de Texas, su oro más reciente.

“Nadie piensa en este momento que puede vencer a Simone”, consideró Raisman. “La mayoría de la gente cree que es invencible. Es como Usain Bolt o Michael Phelps. Ellos tienen que perder, porque las demás no podemos ganarles”.

La residente de Houston aún tiene tres pruebas pendientes y en todas es favorita.

Biles tiene edad para pensar en Tokio 2020 y acrecentar su leyenda.

“La gimnasia es un deporte tan complicado en el que debes estar en forma todos los días o es difícil llegar otra vez”, reconoció. “Pero seguro que pensaré en ello cuando regrese a casa. Ahora sólo quiero ir a descansar para pensar en mis siguientes competencias”.

Nadie ha sido capaz de ganar cinco medallas de oro en la gimnasia femenil en unos mismos Juegos.

“Muchos dicen que puedo ser la mejor de todas”, dijo Biles. “Otras personas me dicen que no, que tengo fallas como para pensar en ganar todo. Yo me mantengo al margen y sólo salgo a tratar de enseñar lo que practiqué”.

“Martha (Karolyi, su entrenadora) me dijo antes de competir hoy ‘sal y divertete’”, agregó. “Y eso fue lo que hice. Fue una gran noche”.