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La leyenda de Mijaín López crece tras su tercer oro Olímpico

RÍO DE JANEIRO -- Apenas habían pasado unos minutos desde que Mijaín López recibió su medalla de oro, cuando ya corría con lágrimas en los ojos para abrazar a cuanta persona encontrara en su camino.

El luchador cubano celebró emotivo como pocas veces se ha visto. Parecía como si nunca hubiera ganado algo, muchos menos en unos Juegos Olímpicos.

Pero la realidad es que el “Gigante de Herradura”, como se le conoce en su país, ha ganado todo, incluidas tres medallas olímpicas doradas.

Este lunes en la noche, se ratificó como el mejor en la lucha grecorromana en el planeta, al derrotar al turco Riza Kayaalp en la final de Río 2016, categoría 130 kilogramos.

“Esta es la medalla que más he disfrutado en mi vida por diversas razones”, dijo López, de 33 años y 1.98 metros de altura. “Es la tercera que ganó en Juegos Olímpicos y me pone a la par de los más grandes atletas cubanos de la historia. Le gané a un rival que me había vencido el año pasado en el Mundial. Demostré otra vez que soy el mejor luchador del mundo”.

Nadie puede objetar que López se ha convertido en una figura mítica y un futuro miembro del Salón de la Fama, si a sus tres coronas olímpicas se añaden cinco campeonatos mundiales.

“Lo mejor de Mijaín es su sencillez y humildad”, consideró el entrenador Raúl Trujillo. “Es demasiado sencillo. Podría vivir en la mejor zona de La Habana y prefiere quedarse en su pequeño pueblo de la Herradura, que no llega ni a los 300 kilómetros cuadrados de área”.

López alcanzó al ruso Alexander Karelin, como los únicos que ganaron en lucha grecorromana olímpica tres veces consecutivas.

“Él (Karelin) fue el mejor luchador de su propia era”, mencionó. “Yo soy el más grande de la mía. Hubiera sido una gran pelea contra él, algo trascendental que el público hubiera admirado”.

“He ganado todo”, añadió. “Sólo estoy compitiendo contra esa leyenda (de Karelin).

También será colocado en la misma vitrina que los boxeadores Teófilo Stevenson y Félix Savon.

“Nadie puede derrotar a Mijail”, agregó Trujillo. “Cuando perdió en el Mundial en realidad fueron algunas distracciones y que no queríamos mostrar todo lo que teníamos hsata llegar a estos Juegos. Es muy superior a cualquiera de los demás. Estábamos muy bien preparados en todos aspectos, psicológicos, físico...”.

López dijo que había cumplido su misión, que ahora tendrá que regresar a su casa para meditar su futuro, aunque es muy probable que ya sea fuera del combate.

“Es probable que trate de compartir mis experiencias con los jóvenes, con las nuevas generaciones”, dijo López. “Allá en mi pueblo me gustaría alguna vez ser entrenador”.

El cubano se marcó después de más de una hora de alternar con aficionados, amigos y periodistas por todos los rincones de la Arena Carioca 2 del Parque Olímpico.

“Me siento muy contento por toda la gente que me apoyó”, afirmó. “No sólo las personas de Cuba, sino también los de Brasil. Aquí hicimos un buen campamento de entrenamiento”.

Y ahora dijo que sólo tiene una asignatura por cumplir.

“Tengo que aprender a bailar”, bromeó mientras se alejaba hacia su vestidor después de haber bailado cuando fue declarado vencedor. “He cumplido con todo lo demás”.