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Mujeres en control: De Simone Biles, unitardos y hasta bikinis

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¿Bronce con sabor a oro para Simone Biles? (2:33)

Faitelson y Joserra comentan la actuación de la gimnasta estadounidense en los Juegos de Tokio. (2:33)

¡Saludos deportivos, amigos! En estos Juegos Olímpicos de Tokio, vimos a la superestrella Simone Biles sufrir, y triunfar, ante nuestros propios ojos. Hace una semana, nos confundió a muchos cuando la otrora invencible gimnasta estadounidense abandonó la final por equipos por problemas de salud mental.

Biles conquistaría la gloria el martes en el único aparato en el que compitió, la viga de equilibrio. Por gloria, no me refiero a la medalla de bronce que ganó, sino simplemente al hecho de que clavó su salida, no se perdió en el aire y al fin domó los 'twisties' para brillar y sonreír.

No sabemos exactamente qué le causó los 'twisties' a Biles en Tokio. Conocemos que ella está entre las cientos de víctimas de abuso sexual del exmédico de USA Gymnastics, Larry Nassar.

La ahora ganadora de siete medallas olímpicas en gimnasia, con lo cual empató con Shannon Miller por el mayor total de preseas acumulado por una gimnasta estadounidense, ha revelado que cayó en una depresión profunda y tuvo pensamientos suicidas a raíz de ese abuso.

Además, le afectó muchísimo el haber tenido que esperar un año para estos Juegos Olímpicos, pospuestos por la pandemia del COVID-19, y así prolongar su traumática relación con USA Gymnastics. Sin duda, todos son factores contribuyentes a su salud mental y a los 'twisties'.

El mensaje más importante que nos deja la gimnasta más condecorada de la historia en campeonatos mundiales - hombre o mujer - es que prestar atención a tu salud mental es lo primordial, por encima incluso de ir por una medalla de oro.

Biles escuchó a su mente y a su cuerpo, viró de cabeza al mundo que esperaba oro y espectáculo, y ese mundo ahora le dice, 'Gracias, Simone, por la lección; ¿cómo te sientes?'

Simone Biles dice sayonara con la frente en alto

Por supuesto, ahora se especula sobre el futuro de Biles. ¿La veremos en París 2024 o se retira? Yo predigo que hasta aquí llega su carrera ilustre en la gimnasia.

En una entrevista realizada en junio con la revista Glamour, ella reveló que durante la pandemia descubrió la felicidad afuera del gimnasio, disfrutando con su novio Jonathan Owens. Entonces sucedió lo que vimos en Tokio 2020. Tal vez se recupere de los 'twisties' o tal vez no (al final de los Juegos admitió que no había vuelto a encontrarse por completo al girar en el aire), pero este es su momento para irse por la puerta grande.

Podría equivocarme, pero veo en mi bola de cristal a la jovial Biles como portavoz de la salud mental, dando charlas motivacionales con su estilo confiado y hablando de la experiencia y del corazón.

¿Unitardos en la gimnasia?

Es aquí donde se cruza la historia de Biles con otra que se desarrolló durante Tokio 2020: la del equipo de gimnasia femenino de Alemania. Ellas vistieron unitardo, o uniforme de cuerpo completo hasta el tobillo, declarándose en contra de la "sexualización en la gimnasia". ¡Brava! Las aplaudo por valientes, por utilizar su plataforma global.

Alemania llevó este atuendo por primera vez en una competición europea en abril en lugar de los leotardos de corte alto. Con su protesta de, "Basta de sexualizar el deporte", esperan influenciar a otras gimnastas para que tengan el poder de elegir cuál vestimenta llevar y cuándo.

La tres veces olímpica Elisabeth Seitz, de 27 años y quien culminó quinta en la final de las barras asimétricas, afirmó, "Se trata de lo que resulta cómodo. Queríamos demostrar que cada mujer, cada una, debe decidir qué ropa llevar".

Biles apoya a las germanas, "Si cualquiera quiere vestir un unitardo o un leotardo, es su decisión". Sin embargo, añadió que dado que es de baja estatura, 4 pies 8 pulgadas, ella prefiere vestir los leotardos, que alargan la pierna y la hacen ver más alta.

Queda por verse si los unitardos se volverán "trending", o se pondrán más de moda, en la gimnasia artística...

Hablemos de los bikinis

Por último, los bikinis se han convertido en tema de debate últimamente en el balonmano playa.

El mes pasado el equipo femenino de balonmano playa de Noruega decidió actualizarse al siglo XXI y rechazar usar la parte de abajo del bikini, que es uniforme obligatorio para las mujeres (no puedo creer que acabo de escribir esa frase, "bikini obligatorio"). Ellas optaron por llevar un cómodo pantalón corto como el de los hombres en el partido por la medalla de bronce ante España en el Campeonato Europeo y la Federación Europea de Balonmano (EHF) multó a cada jugadora por "un caso de ropa inadecuada". Es como si tus papás te enviaran a tu cuarto a cambiarte porque tu ropa no es lo suficientemente reveladora, "Cámbiate, mija; ponte algo más sexy para salir". La EHF se ha pasado de sexista y machista, imponiendo reglas de la década de los ochenta que ya caducaron.

Las jugadoras noruegas, que solo quieren sentirse cómodas y jugar en los mismos 'shorts' que utilizan en sus prácticas, han recibido apoyo incondicional de todas partes del mundo. Incluso la famosa cantante Pink ofreció pagar la multa y criticó a la EHF, diciendo, "La (EHF) debería ser multada por sexismo".

Algo es seguro: cuando se reúna por primera vez la nueva Comisión de Balonmano Playa este mes y se discuta el tema de la vestimenta de las mujeres, el mundo entero estará pendiente. Solo veo dos posibilidades: eliminar la reglamentación sexista que exige un uniforme de la parte de abajo del bikini para las mujeres, o añadir un uniforme nuevo de handball para los hombres, que consista de una tanga, y que al igual que el requerido bikini femenino, sea de un ancho lateral de un máximo de 10 centímetros... ¡y listo! ¿Qué les parece?